Es noticia
Los socios de Sareb asumen que tendrá rentabilidad negativa en sus 15 años de vida
  1. Empresas
SOLO ESPERAN NO TENER QUE PONER MÁS DINERO

Los socios de Sareb asumen que tendrá rentabilidad negativa en sus 15 años de vida

Los accionistas privados de Sareb han tirado la toalla. Asumen que su rentabilidad será negativa al final de su vida (15 años) y se conforman con no poner más dinero

Foto: El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen. (EFE)
El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen. (EFE)

Sareb será incapaz de recuperar las pérdidas acumuladas en los 10 años que le quedan de vida, con lo que la rentabilidad del proyecto será negativa. No inferior al 14% prometido inicialmente (objetivo al que el propio banco malo ha renunciado oficialmente), sino directamente negativa. Así lo creen varios de los accionistas privados presentes en su capital, que han asumido este quebranto y aseguran que se conforman con no tener que poner más dinero en el proyecto. Dado que el Estado es el principal accionista de Sareb con el 45% del capital, será el mayor perjudicado si se confirman estos vaticinios.

"La rentabilidad de Sareb va a ser negativa. Todos tenemos provisionada nuestra inversión y no esperamos recuperar esas provisiones. Simplemente confiamos en que no tengamos que provisionar más", señala un alto ejecutivo de uno de los accionistas. Estas provisiones tuvieron que dotarse después de la amortización de todo el capital del banco malo, para absorber las pérdidas acumuladas, y la conversión de la deuda subordinada en acciones para recapitalizarlo.

Esto implica que dichos accionistas consideran que ni siquiera con la recuperación del sector inmobiliario en los próximos 10 años (los que le quedan de vida) Sareb será capaz de vender sus activos a un precio lo suficientemente alto como para obtener beneficios con los que compensar las pérdidas pasadas (3.200 millones acumulados) y recomponer el capital inicial de la sociedad, lo que permitiría a sus accionistas liberar las provisiones dotadas.

Fuentes de otro accionista aseguran que estas expectativas vienen de antiguo, simplemente se han confirmado ahora con la marcha del banco malo. "Sabíamos lo que había, pero nos metimos porque había que meterse. En parte por hacer un servicio al país y en parte porque nos interesaba impulsar el saneamiento global del sector financiero por el bien de todos". "No se valora suficientemente la contribución del sector al saneamiento bancario, parece que solo se habla del dinero público que ha costado", se queja. El único banco sano que se negó a participar fue BBVA, y también entraron en Sareb aseguradoras, eléctricas y otras empresas.

El cambio contable evita poner más dinero

Las expectativas de no tener que poner más dinero por parte de los socios no se basan solo (ni principalmente) en la esperada recuperación del ladrillo en España, puesto que gran parte de sus activos son de mala calidad: suelos y promociones sin terminar en ubicaciones sin apenas demanda, que van a tardar mucho en recuperar precios cercanos a los de la burbuja, si es que alguna vez lo hacen. Se fundamentan sobre todo en el cambio de la normativa contable de Sareb, muy beneficioso para la sociedad.

Foto: Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, en el Foro de Perspectivas Económicas de El Confidencial y Pimco.

Para contentar a los accionistas que han perdido toda su inversión inicial (y para evitar que el FROB, que este año ha tenido que ser recapitalizado con 3.000 millones de los contribuyentes, siguiera perdiendo dinero en Sareb), Luis de Guindos hizo el triple salto mortal contable sin red a finales del año pasado con un decreto que otorgaba dos grandes ventajas para la sociedad: no debe reconocer las pérdidas latentes en la cuenta de resultados ni tampoco en el capital —en las cuentas de 2016 admitió que las minusvalías son de 3.389 millones—, y estas pueden compensarse en el balance con las provisiones dotadas en años anteriores.

Además, este cambio también se puede aplicar de forma retroactiva desde su inicio, con lo que esa pérdida acumulada de 3.200 millones se reduce a 751 millones según la nueva norma (lo cual no deja de ser un artificio, porque las minusvalías están ahí y se han comido todo el capital). En la práctica, esto evita que el Estado y los demás accionistas tengan que poner más capital en el futuro pase lo que pase. Incluso si las pérdidas llevaran a Sareb a tener patrimonio neto negativo, cosa nada descartable a este paso, no entraría en causa de disolución.

Sareb será incapaz de recuperar las pérdidas acumuladas en los 10 años que le quedan de vida, con lo que la rentabilidad del proyecto será negativa. No inferior al 14% prometido inicialmente (objetivo al que el propio banco malo ha renunciado oficialmente), sino directamente negativa. Así lo creen varios de los accionistas privados presentes en su capital, que han asumido este quebranto y aseguran que se conforman con no tener que poner más dinero en el proyecto. Dado que el Estado es el principal accionista de Sareb con el 45% del capital, será el mayor perjudicado si se confirman estos vaticinios.

Sareb Accionistas Rentabilidad FROB Sector Financiero Luis de Guindos
El redactor recomienda