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La patronal asegura que la crisis restó medio millón de usuarios al transporte urbano
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según un informe de atuc

La patronal asegura que la crisis restó medio millón de usuarios al transporte urbano

Los españoles se movieron menos entre 2008 y 2013. Los empresarios del sector tampoco ocultan su preocupación ante el auge de nuevas alternativas como Car2Go o Uber

Foto: España perdió 405.000 pasajeros de transporte urbano en los años más negros para la economía.
España perdió 405.000 pasajeros de transporte urbano en los años más negros para la economía.

A más desempleados, menos usuarios de transporte público. El azote de la crisis también se ha notado en el sector que agrupa a metro, tranvía, autobús y metro ligero, pues perdió 405.000 viajeros (-12,9%) en toda España entre 2008 y 2013. "La gente renuncia a ir al cine o de compras porque tiene menos dinero. Se mueve menos", explica Jesús Herrero, presidente de la Asociación de Empresas Gestoras de los Transportes Urbanos Colectivos (ATUC).

"No es lo mismo ir al trabajo todos los días que desplazarse para hacer alguna entrevista de vez en cuando”. La correlación entre la tasa de desempleo y la caída de usuarios es directa. Según un informe de ATUC, hoy hay unos 2,854 millones de viajeros respecto a los 3,134 millones de 2008. Las perspectivas empezaron a mejorar ligeramente en 2014, momento en que el flujo de pasajeros aumentó un 0,07%. En 2015, se registró un aumento del 1,5% frente a la subida del 3% prevista para este año, adelanta la patronal a este periódico.

Al igual que las nuevas alternativas como Blablacar o los tentadores descuentos del AVE están haciendo polvo al sector de los autobuses interurbanos, el transporte urbano se expone a retos parecidos. Plataformas como Car2Go o Uber amplían el abanico de opciones para el usuario y pueden llegar a representar una amenaza para un sector consciente de que debe modernizarse para competir.

Foto: El sector asegura que la política agresiva de precios del AVE pone en peligro su viabilidad. (EFE)

Pago con tarjeta en autobús, ¿futuro inmediato?

“Debemos estar preparados para lo que venga”. Esto implica luchar contra la ineficiencia, integrar todos los medios de transporte en un único billete, ahorrar en tiempo de espera y facilitar la compra a través de otros dispositivos, como el móvil. “Pagar en efectivo es algo del pasado. Lo suyo es que puedas recargar tu abono 'in situ' o pagar con tarjeta en el propio autobús, como ya ocurre en la línea que va al aeropuerto de Barajas. Vamos hacia eso”.

De hecho, Metro de Madrid ya está en conversaciones con las operadoras para solucionar otros problemas como la falta de cobertura en determinadas estaciones de la capital. La nueva flota de autobuses ya cuenta con enchufes para que los viajeros puedan cargar sus dispositivos electrónicos.

Ocho de cada 10 ciudadanos tienen un 'smartphone', mientras otros tantos ya pagan con sus dispositivos móviles en algunos comercios, si bien los mayores de 65 años se muestran más reticentes al uso de las nuevas tecnologías: un tercio no quiere saber nada de internet. El 30% de los pasajeros de transporte urbano son ancianos, un colectivo que suele recurrir al autobús al encontrarlo más accesible. “Son personas con baja movilidad o a las que no les gusta viajar bajo tierra”.

Las subvenciones se desplomaron un 25%

El flujo de viajeros no fue lo único que se resintió como consecuencia de la crisis. Las ayudas estatales pasaron de los 66,9 a los 51 millones de euros entre 2008 y 2015. Así lo revela el 'Análisis de la financiación del transporte público en España', un informe elaborado por la Universidad Rey Juan Carlos para ATUC.

“El reparto de fondos no es equitativo con el tamaño de la población. Las ciudades más grandes, y por tanto con mayores necesidades de transporte, son las más afectadas por los recortes presupuestarios”. Entre ellas, se encuentran Sevilla, Málaga o Zaragoza. ATUC protesta ante la falta de una ley de financiación de transporte urbano colectivo que permita saber de dónde salen los recursos para ordenarlos de manera eficiente.

España es de los pocos países europeos que no cuentan con regulación al respecto ni con otros mecanismos para costear el sistema (al margen de las tarifas y las aportaciones de las administraciones), a diferencia de Francia, donde existe un impuesto finalista del 0,16% destinado al transporte, o Alemania, donde paga más quien más contamina.

Según Herrera, “tenemos un sistema absolutamente desigual”, donde ciudades como Madrid o Barcelona reciben unos 20 euros por habitante para costear el transporte público, mientras otras como Valencia apenas perciben cinco o seis per cápita. “No es un tema de dinero, sino de orden”, matiza Herrero.

De Berlín a Málaga

Por otra parte, viajar en transporte público en España es tan caro (o tan barato) como hacerlo en Berlín: según otro estudio de ATUC, un billete sencillo de metro, autobús o tranvía cuesta 1,48 euros de media en nuestro país, casi tanto como en la capital alemana (1,50). Los madrileños también pagan 1,50 euros, por encima de otras ciudades como Sevilla (1,40), Zaragoza (1,35) o Málaga (un euro), igual que en Valencia (1,50) y menos que en Barcelona (2,15), la ciudad española más cara.

Los germanos no son los únicos que gastan igual que los españoles en transporte público, pese a tener mayor nivel de riqueza. Un billete sencillo en Ámsterdam cuesta 1,46 euros de media, cuatro céntimos más barato que en Madrid.

No obstante, este periódico ha constatado que algunos precios recabados por la patronal de transporte urbano pueden dar lugar a error, al menos en el caso de Berlín. La capital alemana cuenta con dos tipos de sencillos: uno ordinario y otro para distancias cortas, que solo tiene validez si el trayecto comprende un máximo de tres paradas de metro o seis en el caso de autobuses y/o tranvías.

Este último tendría una tarifa similar a la recogida por ATUC (1,70 euros para adultos y 1,30 para niños), pero no ocurre lo mismo con el tique de ida ordinario: cuesta 2,70 euros. El informe no hace distinción entre modelos de billete.

¿Cuánto cuesta desplazarse en otras ciudades europeas? Las más caras son Estocolmo (3,88 euros), Oslo (3,23), Copenhague (3,22) y Londres (3,18), a gran distancia de Viena (2,20) o París (1,70). Los últimos del 'ranking' son Praga (0,87), Vilna (un euro) y Málaga (uno). La media europea asciende a 2,32 euros por un sencillo de transporte urbano colectivo, por encima de la tarifa promedio en España (1,48 euros).

A más desempleados, menos usuarios de transporte público. El azote de la crisis también se ha notado en el sector que agrupa a metro, tranvía, autobús y metro ligero, pues perdió 405.000 viajeros (-12,9%) en toda España entre 2008 y 2013. "La gente renuncia a ir al cine o de compras porque tiene menos dinero. Se mueve menos", explica Jesús Herrero, presidente de la Asociación de Empresas Gestoras de los Transportes Urbanos Colectivos (ATUC).

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