Rajoy seguirá el cortejo a C's con un pacto de gobierno tras tramitar sus exigencias

Mariano Rajoy da por encauzada la negociación con Albert Rivera para lograr su sia la investidura como presidente del Gobierno, pero ha advertido a los suyos de que "todavía hay mucho que trabajar" (presionar) para que el PSOE de Pedro Sánchez se baje del "no es no". Es el mensaje básico que el jefe del Ejecutivo en funciones transmitió -después de entrevistarse con el presidente de Ciudadanos-al comité de dirección de su partido reunido en la sede de Génova y en un almuerzo posterior con sus miembros.

El PP tramitará el día 17 en su comité ejecutivolos seis requisitos de Rivera con algunas advertencias sobre su alcance y aplicación, empezando por la de que deben hablarse también con los socialistas como el otro partido 'de gobierno'. Después planteará las negociaciones sobre lo inmediato y urgente en cuatro grupos de trabajo de los que quiere que salga un acuerdo de gobernabilidad (no solo de investidura) para acabar con el bloqueo institucional y que la legislatura pueda ponerse en marcha.

En fuentes de los populares insisten en que el diálogo con Ciudadanos es muy positivo, porque añade presión a los socialistas, si es verdad que para pasar a la abstención exigen una opción de gobierno con el aval de 169 diputados (137 del PP más los 32 riveristas), como sostienen los barones autonómicos y la vieja guardia del PSOE. Pero también reconocen en los mismos medios que Rajoy no da pistas de que esa parte de la ecuación, el cambio de los de Sánchez, la tenga resuelta.

En el PP no dan mayor importancia a la mayoría de las exigencias planteadas por Rivera, ni siquiera a que se pongan en marcha en un periodo de tres meses. Algunas estaban en sus propios documentos de negociación, como los cambios en materia de concesión de indultos, pero las de más calado, por afectar a la Constitución y al régimen electoral general, necesitarán todo un periodo de sesiones parlamentarias (y después de invitar al PSOE al pacto) para esbozar su tramitación en las Cortes.

El principal escollo será la comisión sobre el caso Bárcenas,si Rivera quiere instrumentalizar el requisito como factor de desestabilización del próximo Gobierno recién constituido. A falta de las pegas que pueda poner el comité ejecutivo del PP, en fuentes del partido se limitan a comentar que carece de sentido que Ciudadanos pretenda abrir esa vía de acoso a Rajoy mientras siga abierta la vía judicial contra el extesorero, con citas para este mes de octubre.

En el Congreso ya quedó constituida en la pasada legislatura unacomisión permanente para tomar medidas contra la corrupción y hay otros partidos con serios problemas en el origen de sus finanzas, como es el caso del PSOE en Andalucía (losERE)o Podemos,por sus relaciones con el chavismo.

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El Partido Popular está interesado en dar el visto bueno a las condiciones de Rivera en cuanto estudien sus consecuencias y acoten los resultados, para pasar cuanto antes a las urgencias de la formación de un Gobierno con facultades plenas para la gestión. Los populares quieren que se formen cuatro grupos de trabajo con los riveristas. El primero se encargaría de las reformas institucionales que consideran más necesarias, donde caben parte de los requisitos de Ciudadanos más la reforma de la Administración, la lucha contra el terrorismo, la seguridad, la defensa y la política exterior.

El segundo grupo se ocuparía de todo el bloque económico: techo de gasto, objetivos de estabilidad presupuestaria, cumplimiento de los compromisos en la materia con la UE y proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2017. En ese punto, se incluiría un programa para mantener la recuperación económica y la creación de empleo y las bases para un nuevo modelo de financiación autonómica.

Los otros dos grupos de trabajo definirían los fundamentos para un pacto nacional de educación "y por la ciencia",y las medidas para garantizar los servicios sociales básicos y actualizar el Pacto de Toledo (pensiones). El PP pretende que de las negociaciones de los cuatro grupos salga un guion de compromisos de apoyo parlamentario para la legislatura, un pacto de gobernabilidad que en las cuestiones "de Estado" quiere que se amplíe al concurso del PSOE. Sin la abstención de los socialistas en la investidura, o sin su apoyo posterior en las reformas institucionales, el Gobierno no podrá ponerse en marcha.