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La confección de las listas electorales reaviva la guerra entre pablistas y errejonistas
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La confección de las listas electorales reaviva la guerra entre pablistas y errejonistas

La discreción de la dirección del partido en los últimos fichajes no se debe tanto al intento de que pasen desapercibidos como a las resistencias internas del sector errejonista

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (d), conversa con el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón (i), durante un pleno del Congreso. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (d), conversa con el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón (i), durante un pleno del Congreso. (EFE)

Divergencias políticas con un trasfondo de sillones. Las tensiones entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón han vuelto a visibilizarse por la confección de las listas electorales. Los 'fichajes' de un histórico dirigente del PCE como Manolo Monereo para encabezar la lista por Córdoba o del líder jornalero del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, con un perfil marcadamente de izquierdas, chocan contra la estrategia transversal auspiciada por Íñigo Errejón.

Las últimas incorporaciones a las listas se han ido filtrando con cuentagotas y sin presentaciones públicas. Una estrategia que dista mucho de la campaña de comunicación utilizada en la pasada campaña para comunicar los fichajes estrella del exJEMAD Julio Rodríguez o de la jueza Victoria Rosell. La discreción utilizada por la dirección del partido en estos casos no se debe tanto al intento de que pasen desapercibidos como a las resistencias internas del sector errejonista.

El choque entre las dos almas del partido, la más moderada y transversal frente a la más rupturista, quedó patente coincidiendo con las informaciones que daban cuenta sobre la incorporación de Cañamero a las listas. Mientras Iglesias afirmaba que era la opción “más sensata” en un dúplex en La Sexta, su número dos mostraba sus reticencias desde Sevilla y eludía dar nada por hecho, diciendo que se debían tener en cuenta todavía distintos “encajes y fichajes”. Unas declaraciones que no sentaron nada bien entre el entorno de la secretaria general andaluza, Teresa Rodríguez, que se encontraba a su lado en esos momentos. De hecho, acto seguido insinuaban que su mano derecha, Sergio Pascual, no tenía asegurado el primer puesto en la lista por Sevilla.

Las fisuras internas no han impedido que los candidatos más cercanos al secretario político de Podemos hayan preservado sus puestos de salida, a pesar de los huecos realizados en las listas a Izquierda Unida. Estos son los casos del exsecretario de Organización Sergio Pascual, que encabezará por Sevilla con total seguridad, según la dirección del partido, Alberto Montero, que continuará siendo el número uno por Málaga, o el propio Errejón, que mantiene su tercer puesto por Madrid, el mismo al que aspiraba en un primer momento de las negociaciones para la confluencia Alberto Garzón.

La única diputada cercana a Errejón que será desplazada de los primeros puestos de las listas es Marta Domínguez, que el 20-D encabezó la lista por Córdoba, al ser reemplazada por el padre político de Pablo Iglesias, el intelectual y exdirigente de IU Manolo Monereo. La propuesta a Anguita para entrar en las listas, aunque fuese en un puesto simbólico, ya totalmente descartada, así como su visibilidad en los actos preelectorales y casi con total probabilidad en los electorales, ha acabado por hacer estallar las tensiones.

El portavoz parlamentario de Podemos ha evitado posicionarse sobre la idoneidad de estos últimos fichajes. Iglesias, en cambio, ha tenido buenas palabras para todos ellos. Sobre Cañamero ha dicho que es “un referente moral, una bellísima persona y ejemplo en su trayectoria”. Asimismo, ha destacado que “frente a aquellos de los consejos de administración, Cañamero es un campesino honrado. Es un ejemplo de honradez y de defensa de los más débiles. Es un honor que vaya a ser diputado por Jaén”.

Las palabras han sido igualmente halagadoras para Anguita y Monereo, sus principales referentes políticos desde la juventud y a quienes considera sus padres políticos. De Monereo fue alumno destacado en los cursos de formación política que impartía a los miembros de las juventudes comunistas, y su estrecha relación se ha mantenido hasta la actualidad. “La mejor cabeza del PCE”, como lo ha definido. Con Anguita no pudo evitar emocionarse tras fundirse en un abrazo durante el acto conjunto que mantuvieron en Córdoba. Las palabras sobran en este caso.

El rupturismo se impone al posibilismo

En los canales internos, copados por errejonistas, ha quedado claro el distanciamiento con estos tótems de la izquierda clásica, la misma que Podemos trató de superar desde sus inicios, con una estrategia transversal que cambiaba los conceptos del eje derecha-izquierda por los de arriba-abajo. Tanto es así que la secretaria de Análisis Político, Carolina Bescansa, ha tenido que salir en público a cerrar filas, asegurando que “es un orgullo que haya decidido participar en las listas”, en referencia al exalcalde de Córdoba.

El rupturismo de Iglesias y el posibilismo de Errejón se dieron la mano durante los dos primeros años de existencia de Podemos, pero tras el 20-D el secretario general quiso imprimir un giro hacia posiciones menos moderadas. Una hoja de ruta que se anunció en el primer debate de investidura, con un discurso en el que daba pistas sobre la aglutinación de fuerzas en el "bloque social" (un concepto anguitista), la recuperación de la esencia quincemayista y su apuesta por una oposición rupturista. Aquel giro se interpretó casi únicamente a la interna, en clave de refundación, y los pasos dados posteriormente les dieron la razón: desde la destitución de Sergio Pascual a la alianza con IU y otras fuerzas extraparlamentarias, pasando por la incorporación de referentes como Cañamero o Monereo y el mayor protagonismo de Anguita. Las grietas siguen agrandándose con sus consiguientes fricciones.

Divergencias políticas con un trasfondo de sillones. Las tensiones entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón han vuelto a visibilizarse por la confección de las listas electorales. Los 'fichajes' de un histórico dirigente del PCE como Manolo Monereo para encabezar la lista por Córdoba o del líder jornalero del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, con un perfil marcadamente de izquierdas, chocan contra la estrategia transversal auspiciada por Íñigo Errejón.

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