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El PSOE, espantado por el "circo" de Podemos en el Congreso y preocupado por los pactos
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El PSOE, espantado por el "circo" de Podemos en el Congreso y preocupado por los pactos

Diputados y cargos socialistas critican la actitud de la formación morada en la constitución de la Cámara Baja y le afean que se centre más en los gestos que en intentar alcanzar acuerdos con ellos

Foto: Pedro Sánchez felicita a Patxi López, elegido este miércoles como nuevo presidente del Congreso. (EFE)
Pedro Sánchez felicita a Patxi López, elegido este miércoles como nuevo presidente del Congreso. (EFE)

Durante horas pareció que PSOE, PP, IU, e incluso Ciudadanos, ni existían. Que la constitución del Congreso apenas iba con ellos. La entrada de sus diputados al hemiciclo estaba casi desprovista de expectación, ninguno iba con un bebé a cuestas, ni se salían del guion protocolario del "sí, prometo" o "sí, juro" al acatar la Constitución y el cumplimiento de la ley. Hasta el discurso de Patxi López como nuevo presidente de la Cámara, el primero de un color distinto al de la fuerza ganadora en unas elecciones, se había quedado pequeño, eclipsado por los fogonazos de 'flashes' y titulares que atrapaban otras señorías nuevas en sus escaños. Podemos.

Los diputados socialistas apenas daban crédito a lo que estaban viendo con sus ojos, delante de ellos. "Un circo", "un 'show", "un zoo", "un numerito tras otro", "¿esto qué coño es?", musitaban molestosvarios a la salida o ya después por teléfono. La sensación general era de espanto. Y también de preocupación por si la actitud de los parlamentarios de la formación morada preludiaba un escenario de imposible acuerdo, por si su escenificación en el mayor teatro político -el Congreso, con permiso de los platós de televisión- significaba que están pensando más en la repetición de las elecciones que en la búsqueda del consenso. Aunque no dan ninguna batalla por perdida y advierten de que aún es pronto para saber si será posible la investidura de Pedro Sánchez como jefe de un Ejecutivo progresista en caso de que Mariano Rajoy fracase en su aventura.

Atado el pacto entre PSOE y C's, y C's y el PP, para el reparto de la Mesa del Congreso, la votación ya carecía de expectación. Estaba cantada. El exlendakari Patxi López iba a salir elegido con los votos de la formación naranja y la abstención de los populares en segunda vuelta, y después resultarían proclamados las cuatro vicepresidentas -dos del PP, una socialista y una de Podemos- y los cuatro secretarios -una del PP, dos de C's y uno de la formación morada-, sin sobresaltos. Así que el "espectáculo", como apreciaban varios diputados de las filas de Sánchez con pesar, quedó para Podemos desde el primer minuto. Carolina Bescansa entró con su pequeño en brazos, y desde su escaño le daba el pecho de cuando en cuando, cubriendo la imagen con un pañuelo. Ya en su escaño provisional, a su lado, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón hacían monerías al bebé y lo acunaban en su regazo.

Juramentos con matices en el Congreso

"Estábamos flipando"

En la promesa como diputados, lanzaron su 'speech' -que muchos no traían aprendido de casa- para reivindicar el cambio en la Constitución y proclamar: "Nunca más un país sin su gente", en los idiomas cooficiales o, como Iglesias, en lenguaje de signos. Algunos con gesto airado, o señalando con el dedo. Hasta un "¡Viva España!" exclamó el diputado Rafa Mayoral. Fórmulas heterodoxas que en ocasiones apenas se oían y que opacaban la simple promesa o jura de la Constitución de los demás. Ni siquiera los dos diputados de IU-Unidad Popular, Alberto Garzón y Sol Sánchez, se explayaron. Desde el gallinero, dijeron "Sí, por imperativo legal, prometo" y punto. Iglesias, mientras, era perseguido por una nube de cámaras -hasta el baño- cada vez que salía del salón de plenos, y se paseaba por los pasillos como una estrella de rock. "Como si quisiera perdonarnos la vida", denostaban fuentes de la dirección del PSOE en el Congreso. El líder del partido morado redondeó su puesta en escena con lágrimas en los ojos y aclamado por sus simpatizantes en la carrera de San Jerónimo.

Los socialistas se decían consternados, "horrorizados" por lo que acababan de presenciar. Intentaban llevar el foco a las palabras de Patxi López, pero eran conscientes de que no iba a ser posible. "Aquello parecía un zoo. Estábamos flipando. Carolina con el bebé, otra sacando la plantita [Rosa Martínez, número dos por Vizcaya de Podemos, pero procedente de Equo], ellos aplaudiéndose entre sí... Gestos muy adolescentes, inmaduros, teatrales, propios del histrionismo. En comparación, los de Amaiur eran unos benditos", indicaba a El Confidencial un miembro de la dirección del grupo, apesadumbrado. "Todo ha sido muy raro, es un poco 'heavy' lo de esta gente. Había estado con ellos en platós y sabía que eran complicados de tratar. Y hoy [por este miércoles] no los he visto con mejor ánimo", aseguraba otra integrante de la cúpula parlamentaria socialista.

Los parlamentarios denuncian el “puro teatro“, el “postureo“, el “zoo“ en el que cayeron los representantes de la formación de Iglesias

Los diputados del PSOE ya se esperaban que "algún número iba a haber", pero no la coreografía desplegada por Podemos. "Puro teatro", "postureo", decían. Por no hablar de la indignación que recorría a los parlamentarios -especialmente a ellas- por la forma empleada por Bescansa para defender el derecho de todo el mundoa criar a sus hijos "como pueden y quieren" y "visibilizar" a aquellos que cuidan a niños, mayores o dependientes. Máxime cuando ella suele ir acompañada de una cuidadora y hay guardería en el Congreso, como le recordó, de hecho, la vicepresidenta primera, la popular Celia Villalobos.

Dureza de Iglesias

"Y tras la anécdota, ¿qué? ¿Cuándo hablamos de política?", se preguntaba un diputado, ejemplificando el malestar que recorría la bancada del PSOE por que no se hablara de políticas progresistas odel discurso de López y su alegato a favor del "diálogo" y dela búsqueda de lo que "une" y no de lo que "separa", muyaplaudido por los suyos por colar cuestiones que habían quedado, a su juicio, marginadas por el anterior presidente, Jesús Posada, como la violencia machista o la desigualdad "insoportable". O que no se subrayara lo suficiente que, "por primera vez en la historia de la democracia española, quien dirige el Congreso no es de la lista más votada". El PSOE quiere que se discuta sobre cuestiones concretas, de ahí que adelantara la presentación de15 iniciativas de calado social para responder a la llamada Ley 25de Podemos, o que pretenda, como también quieren otros grupos, que las comisiones comiencen a funcionar ya, antes incluso de que haya un nuevo Gobierno... si lo hay.

Dirigentes como Chacón, García-Page o Puig expresan sus temores a una legislatura corta o inestable y alertan de que la aritmética es complicada

Iglesias, además, arremetió de nuevo contra el "trío del búnker" formado por PP, PSOE y Ciudadanos, y dijo no fiarse de quien dice que busca pactos de progreso y luego amarra la Mesa con la derecha. "Hoy mismo, Patxi López repetía palabra por palabra cosas que anteriormente ha dicho Podemos, el problema no es lo que digan es lo que hagan, y casi siempre se ponen de acuerdo con PP o con su muleta, que es Ciudadanos", condenó.

Los gestos y las palabras de la jornada de este miércoles preconizan, para muchos dirigentes, que la formación morada "no quiere acordar". "Ellos han perdido porque no se sumaron al pacto de la Mesa. No les veo con muchas ganas de acordar, pero a ver cómo le dicen a la gente que no quieren gobernar", reflexionaba una dirigente del núcleo duro de Pedro Sánchez. Otro responsable del máximo nivel reprochaba a Podemos su falta de talante y su pretensión de tensar la cuerda y recurrir al 'show' porque en el fondo está pensando ya en el paso siguiente, en unas nuevas elecciones en las que pueda sancionar un eventual 'sorpasso' al PSOE.

Patxi López, presidente del Congreso de la XI Legislatura

Varias declaraciones públicas verbalizaron ese temor. La exministra Carme Chacón, portavoz adjunta en el grupo y secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, manifestó su impresión de que la legislatura "va a ser corta". El presidente manchego, Emiliano García-Page, subrayó que puede conformarse un Gobierno"con más o menos ruido". "Pero una cosa es la investidura y otra la estabilidad" del Ejecutivo. Y el valenciano Ximo Puig vio difícil la construcción de una alternativa progresista por la "difícil situación numérica que existe".

Generar un "clima de confianza"

"¿Con estos de Podemos cómo nos ponemos de acuerdo? Va a ser muy difícil. Lo que demuestran es que no quieren hablar con nadie -indicaba un cargo de la dirección del grupo, muy cercano al secretario general-. En Portugal no tienes esto. Yo echo en falta a Izquierda Unida, que siempre ha sido gente muy seria, y siempre ha actuado con respeto. Estos compiten en payasadas. Vienen a banalizar el Parlamento, a cargárselo. No vienen a hacer política, vienen a joderla. Vienen a joderte la boda".

Según estima otra integrante de la cúpula parlamentaria, la "estrategia más inteligente" que debe seguir el PSOE es "no bajarse a su nivel" e intentar "hablar de políticas", de mociones y proposiciones de ley, del control al Gobierno, si cabe. "El interés debería estar ahí".

Otros miembros de la ejecutiva de Sánchez advertían, sin embargo, de que esto es solo el principio, y que los siguientes capítulos se irán viendo. Lo prioritario es crear "climas de confianza" con Podemos, porque "ya hicieron cosas parecidas en ayuntamientos y comunidades y al final se pudo acordar con ellos". "En las primeras sesiones, como cuando se media en un conflicto laboral -analizaba una diputada y miembro de la dirección federal-, hay que dejar a las partes que escenifiquen sus diferencias. Solo después se entra de verdad en la negociación para intentar un acuerdo. Lo de verdad empezará en unos días. Y si no, tendrán que explicar muy bien por qué han priorizado lo peor de lo que ellos llaman vieja política, como tener cuatro grupos parlamentarios, en lugar de los problemas de la gente".

Los socialistas quieren llevar el debate con Podemos al terreno de las políticas, y trasladarle la presión por decir 'no' a un Gobierno progresista

No obstante, el PSOE no solo mira a Podemos. También tiene su vista puesta en los 40 diputados de Ciudadanos. Le ha dejado buen sabor de boca el entendimiento para la Mesa. Claro que los números son más complicados, porque con ellos suma 130 escaños y requeriría la abstención de la formación morada.

Más ponderación en IU-UP

Los dos diputados de IU-Unidad Popular, que apoyaron a los candidatos de la formación de Iglesias para la Mesa,no utilizaron las fórmulas "extravagantes" o "estrafalarias" que critican los socialistas a Podemos para hacerse notar. Sol Sánchez, número dos por Madrid, señala que ella y Alberto Garzón fueron más comedidos en la toma de posesión, porque consideraron que un "sí, por imperativo legal, prometo" era "más que suficiente" para expresar la protesta. "Pero si otros querían utilizar otras fórmulas, también es legítimo".

El bebé de Bescansa, protagonista de la jornada inaugural del Congreso

Sánchez no comparte las formas pero tampoco las condena. Por ejemplo, respecto al hecho de que Bescansa llevase a su hijo de cinco meses al pleno, cree que "se puede pensar que es un postureo o bien una forma de visibilizar la cuestión de los cuidados a los niños". "En todo caso, esto son anécdotas que le dieron colorido a la sesión. Pero nos preocupan mucho más temas como la Mesa del Congreso, que al final tiene mayoría conservadora [tres miembros del PP y dos de Ciudadanos] o que estuviera sentada en el hemiciclo una persona implicada en un caso de comisiones ilegales [Pedro Gómez de la Serna, que este miércoles se dio de baja en el PP]". La diputada de IU-UP considera que lo fundamental es que se saquen adelante iniciativas progresistas y se deroguen aquellas más restrictivas aprobadas por el PP.

IU intenta conseguir un grupo propio ayudándose de Bildu, Compromís o ERC

La negociación de los grupos parlamentarios es el siguiente paso tras la constitución de las Cortes este 13 de enero. Para ellos, los partidos tienen que presentar su solicitud hasta el próximo martes. Después, la Mesa decidirá. El foco en los últimos días ha recaído en la voluntad de Podemos de disponer de cuatro grupos distintos, que rechazan PP, PSOE y Ciudadanos.

El órgano de gobierno de la Cámara Baja tendrá que pronunciarse también sobre el intento de Izquierda Unida-Unidad Popular de formar grupo propio, necesario para garantizar su supervivencia, su voz diferenciada para evitar caer en el marasmo de un Mixto repleto de parlamentarios.

IU-UP es demasiado débil para disponer de grupo. Sólo consiguió dos diputados (Alberto Garzón y Sol Sánchez), ambos por Madrid, y un 3,67% de los sufragios en toda España. El reglamento de la Cámara especifica que para poder formar grupo se necesitan 5 parlamentarios y al menos un 5% de los votos en toda España o el 15% en las circunscripciones donde se presente candidatura.

Alberto Garzón baraja distintas alternativas para intentar acceder a un grupo propio, aunque todas ellas requieren una interpretación flexible de la normativa del Congreso por parte de la Mesa. La primera, es unirse a los dos representantes de Bildu, que aportan un 0,87%. Juntos, suman un 4,54%.

Segunda opción: marcharse con los 9 diputados de ERC. El problema es que los republicanos no tienen garantizado siquiera ellos mismos el grupo si la Mesa hace una lectura más rígida. ERC obtuvo más de un 15% en tres de las circunscripciones catalanas -Girona (23,44%), Lleida (22,26%) y Tarragona (17,48%)-, y en Barcelona no llegó a ese umbral (14,48%).

El tercer camino, según reconoció Sol Sánchez a este diario, es contar con cuatro diputados de Compromís, habida cuenta de que la coalición electoral Compromís-Podemos-És el Moment (9 actas) no llegará a tener grupo propio por sí misma, al chocar con el artículo 23. 2 del reglamento.

[¿Qué partidos deberían formar Gobierno?]

Durante horas pareció que PSOE, PP, IU, e incluso Ciudadanos, ni existían. Que la constitución del Congreso apenas iba con ellos. La entrada de sus diputados al hemiciclo estaba casi desprovista de expectación, ninguno iba con un bebé a cuestas, ni se salían del guion protocolario del "sí, prometo" o "sí, juro" al acatar la Constitución y el cumplimiento de la ley. Hasta el discurso de Patxi López como nuevo presidente de la Cámara, el primero de un color distinto al de la fuerza ganadora en unas elecciones, se había quedado pequeño, eclipsado por los fogonazos de 'flashes' y titulares que atrapaban otras señorías nuevas en sus escaños. Podemos.

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