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Sánchez insiste en una "gran coalición de fuerzas progresistas" tras viajar a Portugal
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LA CRISIS DE LOS SOCIALISTAS TRAS EL 20-D

Sánchez insiste en una "gran coalición de fuerzas progresistas" tras viajar a Portugal

El secretario general del PSOE se muestra determinado a intentar reeditar el "acierto portugués", la unión de las "fuerzas del cambio", si Rajoy y el PP fracasan en la investidura

Foto: El primer ministro portugués, António Costa, saluda a Pedro Sánchez, al inicio de su reunión en Lisboa, en la sede del PS, este 7 de enero. (EFE)
El primer ministro portugués, António Costa, saluda a Pedro Sánchez, al inicio de su reunión en Lisboa, en la sede del PS, este 7 de enero. (EFE)

No caben dudas de las intenciones de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE va a intentar articular una "gran coalición de fuerzas progresistas para liderar el cambio que necesita España"en caso de que Mariano Rajoy no logre formar gobierno. Y no le importarán las "siglas", sino las "políticas" de izquierdas que pongan fin a las medidas de austeridad y de recortes de la derecha. Lo buscará contra viento y marea, contra el escepticismo de su propio partido y pese a la dificilísima aritmética parlamentaria que dejó el 20-D.

Sánchez verbalizó este jueves su compromiso, quizá con más rotundidad que nunca, tras reunirse en Lisboa con el primer ministro portugués, el socialista António Costa. Es el primer viaje que el líder del PSOE realiza tras las generales (y tras el paréntesis navideño), y con él quería visualizar claramente que su apuesta nítida es por una repetición de la experiencia del país vecino. Esto es, un pacto con toda la izquierda capaz de desbancar a la derecha del Ejecutivo. Costa, como él, perdió las elecciones -en su caso, las legislativas del 4 de octubre-, aunque consiguió armar un pacto por el que pocos daban un duro previamente: con el Bloco de Esquerda, con el Partido Comunista y con Los Verdes. Los cuatro juntos sumaron mayoría absoluta. El líder del Partido Socialista luso gobierna el país, por tanto, desde noviembre pasado.

Esa habilidad para conjugar intereses contrapuestos y para poner fin a las hostilidades entre socialistas y comunistas -existentes durante 40 años- fue alabada por Sánchez insistentemente. Es "el acierto portugués", el darse cuenta de que "cuando las fuerzas del cambio se unen, se multiplican los beneficios para la mayoría de ciudadanos", glosó el secretario general, que viajó a Lisboa acompañado de la secretaria de la UE de su ejecutiva, la castellanoleonesa Iratxe García, y su directora de Comunicación personal, Verónica Fumanal.

Sánchez aboga por una "gran coalición progresista" si Rajoy no logra formar Gobierno

Pero los deseos de Sánchez de imitar una coalición a la portuguesa chocan con los números del nuevo Congreso emanado del 20-D y con las declaraciones públicas de Podemos (69 escaños), su potencial aliado. Pablo Iglesias ya ha dicho que no tiene líneas rojas para hablar, pero a la hora de pactar sigue defendiendo un referéndum de autodeterminación para Cataluña, una condición inasumible para el PSOE, ya queasí lo aprobó por casi completa unanimidad el comité federal el pasado 28 de diciembre. Hoy mismo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, recordaba en RNE que "no se puede hablar de un pacto a la portuguesa" mientras "no haya una renuncia a la autodeterminación de los pueblos de España". Si levanta esa condición, entonces sí sería posible un Ejecutivo de izquierdas. El president valenciano, Ximo Puig, aseguraba en la Cope que el entendimiento PSOE-Podemos es complicado y la situación no es equiparable a la de la Comunitat Valenciana -él gobierna con Compromís con el apoyo externo de la formación morada-, ya que las dos formaciones tienen "miradas diferentes que van más allá de la aprobación de un referéndum".

Ferraz cree que la formación morada puede acabar cediendo. "El partido de Pablo Iglesias sabe que el referéndum en Cataluña es inconstitucional -expresó Sánchez desde la sede del PS, en Lisboa-. El 27 de septiembre [en las anteriores elecciones autonómicas], los catalanes votaron mayoritariamente contra la independencia de Cataluña. Queremos que los catalanes voten un nuevo acuerdo, no una ruptura". El PSOE, pues, cree en un "derecho a decidir de todos los españoles", vía modificación de la Carta Magna.

[Lee aquí en PDF la intervención inicial de Sánchez en Lisboa]

"Mano izquierda", como la de Costa

El máximo responsable del PSOE subrayó una y otra vez que ahora "es el tiempo de Mariano Rajoy", porque es el PP, como primera fuerza, quien tiene la "responsabilidad" de hacerlo. Pero si fracasa, los socialistas asumirán también su "responsabilidad" y convocarán en consecuencia "a todas las fuerzas de progreso" para propiciar los cambios. Porque, como ha ocurrido en Portugal, donde las urnas dibujaron un Parlamento fragmentado -aunque allí no hay fuerzas separatistas-, las "fuerzas del cambio deben entenderse para poder gobernar". Se necesita la "mano izquierda"empleada por Costa y que le falta a la derecha, pues "Rajoy ha confundido mayoría absoluta con absolutismo".

Sánchez da a entender que se sentará incluso con los nacionalistas catalanes, porque el PSOE “se fijará“ en las políticas alternativas, y no “en las siglas“

De modo que el PSOE votará "en contra" del PP. "Diremos 'no' a una gran coalición, y diremos'sí' a una gran coalición de fuerzas progresistas que una todas las fracturas que la derecha ha provocado y que haga frente a cuatro años de grandes transformaciones que la sociedad española necesita", señaló.

A la mesa, Sánchez sentará a Podemos, pero dio a entender que también iniciará el diálogo con los nacionalistas catalanes, pues el PSOE "se fijará" en las políticas alternativas a la derecha "y no en las siglas" de las formaciones con las que hablará. "Hay muchas fracturas, muchas desigualdades" en estos últimos cuatro años que hay que reparar. No quiso especificar con quién quiere tejer esa mayoría alternativa a la del PP, porque primero ha de despejarse la primera parte de la ecuación, el fracaso de los conservadores.

Insistió en que la repetición de las generales, el escenario más probable en el que ya se sitúan los principales barones, empezando por Susana Díaz, "no es la solución", ya que ir a unos comicios "es aplazar el problema". Los españoles, dijo, ya votaron el 20-D, y apelan a los partidos a que dialoguen, no a tender "líneas rojas o cordones sanitarios", sino que les conminan a "tender puentes", y los socialistas, en ese sentido, quieren "convocar y no confrontar". En definitiva, el PSOE "tenderá la mano a izquierda y derecha, a todas las fuerzas progresistas, para liderar el cambio político". Con ello, según detallaron fuentes oficiales, el líder estaba haciendo un guiño a Ciudadanos, buscando su abstención, aunque la formación naranja la descarta si se apoya en Podemos. Ferraz cree que se trata de las declaraciones típicas del comienzo de toda negociación, pero que se reconducirán ya que a Albert Rivera lo que menos le interesa es ir a nuevas elecciones.

Sin embargo, el comité federal sí le marcó una clarísima línea roja, la de ni siquiera empezar a hablar con Podemos si no renuncia a la consulta en Cataluña. Sánchez interpreta que en las generales los votantes pidieron "cambio", "capacidad de diálogo" y un giro "progresista". Los principales barones, no obstante, entienden que el PSOE, con sus 90 escaños, debe pasar a la oposición, y punto.

Sí hubo "tensiones" dentro de su partido, reconoció, pero el comité federal avaló la estrategia poselectoral de confluencia con las izquierdas en caso de que el PP se estrelle, con un 90% de respaldo y solo cuatro votos en contra, los de Izquierda Socialista, que criticaban el carril tan estrecho por el que los barones hicieron que Sánchez circule a la hora de hablar con Podemos.

Hoja de ruta compartida

Sánchez, al comienzo de su rueda de prensa -pasadas las cinco de la tarde, hora española, y sin Costa a su lado-, incidió en que "los vientos de cambio de Europa han llegado para quedarse", porque lo que faltan son "gobiernos que, como el socialista en Portugal, luchen contra la desigualdad y la precariedad". El secretario general del PSOE señaló que comparte con el Ejecutivo de Costa sus prioridades -algunas ya puestas en práctica-, como una apuesta por un crecimiento justo, el 'no' a los recortes, la revalorización de las pensiones, la subida del salario mínimo, la aplicación de una "fiscalidad más justa" para las clases medias o trabajadoras o la reactivación del consumo.

Podemos dice que no tiene líneas rojas, y Garzón quiere un Gobierno de izquierdas

Y en España, como en Portugal, "los pactos pasan por los socialistas". Costa forjó una históricaalianza con el Bloco -socio de Podemos, Syriza e IU- y el ortodoxo Partido Comunista (PCP) -que concurrió junto a Los Verdes-. Un pacto con dos fuerzas críticas con la moneda única y el euro que, sin embargo, es solo de ámbito parlamentario, ya que el Ejecutivo es monocolor, formado por miembros del PS y afines, informa EFE. Así, desalojaron al conservador Pedro Passos Coelho (PSD) -primer ministro entre 2011 y 2015-, que se había presentado en coalición con el democristiano CDS-PP. El centro derecha aventajó al PS en 6,24 puntos, aunque no logró mayoría absoluta, que sí sumaba toda la izquierda junta.

Costa, pese a no ser primera fuerza, logró desalojar a los conservadores gracias a una histórica alianza con los comunistas y el Bloco de Esquerda

En España, los 90 escaños del PSOE,los 69 de Podemos y las plataformas autonómicas aliadas y los dos de IU-Unidad Popularno llegan a los 176 diputados que otorgan la mayoría absoluta del Congreso. Sánchez necesitaría o la abstención de Ciudadanos o el apoyo o abstención de fuerzas nacionalistas y separatistas como PNV (seis diputados), ERC (nueve)o Democràcia i Llibertat (ocho).

De cuestiones internas, Sánchez no quiso hablar. Tampoco de si está en la cuerda floja. "No tengo ninguna preocupación por mi futuro", sostuvo. Lo que sí le inquieta y le mueve es que España tenga un Gobierno progresista. Liderado por él.

[¿Qué partidos deberían pactar para formar Gobierno?]

No caben dudas de las intenciones de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE va a intentar articular una "gran coalición de fuerzas progresistas para liderar el cambio que necesita España"en caso de que Mariano Rajoy no logre formar gobierno. Y no le importarán las "siglas", sino las "políticas" de izquierdas que pongan fin a las medidas de austeridad y de recortes de la derecha. Lo buscará contra viento y marea, contra el escepticismo de su propio partido y pese a la dificilísima aritmética parlamentaria que dejó el 20-D.

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