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“El éxito económico está sobrevalorado, es mejor dedicarte a hacer lo que amas”
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CÓMO ES LA VIDA EN LA CARRETERA

“El éxito económico está sobrevalorado, es mejor dedicarte a hacer lo que amas”

Esta noche, The Dream Syndicate, una banda americana de los años ochenta muy recordada entre los amantes del rock, volverá a los escenarios madrileños (22:30 h.

Foto: “El éxito económico está sobrevalorado, es mejor dedicarte a hacer lo que amas”
“El éxito económico está sobrevalorado, es mejor dedicarte a hacer lo que amas”

Esta noche, The Dream Syndicate, una banda americana de los años ochenta muy recordada entre los amantes del rock, volverá a los escenarios madrileños (22:30 h. sala El Sol) para celebrar los 30 años de su primer disco, el fantástico Days of Wine and Roses. The Dream Syndicate facturó durante aquella época una serie de celebrados e influyentes discos que dieron el impulso suficiente para que Steve Wynn, su líder, pudiera iniciar una larga y fructífera carrera en solitario. Wynn conversó con El Confidencial acerca de cómo es la vida en la carretera, en la mitad de su gira española, que les llevará a Mallorca (jueves 27, Teatre Lloseta) y a Bilbao (sábado 29, Walk On Project Festival) y con la que han pasado ya por Barcelona y Valencia.

Esteban Hernández. Muchos estudios sobre los hobos (los trabajadores sin hogar y los vagabundos que fueron figura habitual en los Estados Unidos de finales del siglo XIX y en el principio del XX) señalaban cómo el viaje era el perfecto correlato de su visión del mundo: el permanente movimiento y la falta de raíces en las que vivían estaban directamente relacionadas con su voluntad de no tener anclajes sentimentales, de no comprometerse y de buscar un tipo de vida que no estuviera sujeta a la rutina. El músico heredó, en el imaginario de la gente, esas características. Lo cual es peculiar, porque creo que ya no queda demasiado de eso en los músicos. ¿O sí?

Esteban Hernández. Lo peculiar es que antes el músico, como el hobo, eran lo contrario de la gente común. Los músicos viajaban, tocaban, conocían gente, su vida era distinta cada noche. La mayoría de la gente tenía vidas pautadas mientras que la del músico era todo lo contrario. Hoy, la cotidianeidad de la gente común es mucho menos rutinaria (están sujetos a demasiados cambios laborales, familiares, afectivos), por lo que el músico ya no es percibido con tanta envidia. Antes se le podía ver como alguien que vivía de un modo más libre. Hoy no es así, ni siquiera ese mito de las mujeres y las drogas cada noche ejercen como atractivo. Mucha gente de la City o de Wall Street tiene más posibilidades de cometer excesos que cualquier músico. Lo que sí es probable es que se envidie al músico que logra vivir de ello porque puede trabajar en algo que de verdad le gusta y no tanto por el tipo de vida que lleva. Por otra parte, quizá la pregunta no sea por qué sigue tocando Dylan, sino por qué lo sigue haciendo mucha gente a la que le cuesta dinero hacerlo. Muchas bandas, nuevas y no tan nuevas, se embarcan en giras en las que pierden bastante pasta. Antes, la gira era también una forma de generar ingresos, de ganarte la vida en la carretera, y ahora no lo es la mayoría de las veces. Y, sin embargo, se sigue haciendo…

Las dificultades que antes eran propias del músico las están sufriendo aquellos que se suponía que iban a tener la vida resuelta por contar con un título universitario

Steve Wynn. Bueno, la situación es diferente para cada cual. La mayoría de nosotros hemos estado en bandas en las que todo lo que quieres es tener el suficiente dinero para llenar el depósito, encontrar un fan que te deje un lugar donde dormir y quizá una o dos cervezas gratis. Por supuesto, el romance desaparece en pocos años. Recuerdo una época en la que mi familia y mis amigos se preocupaban por mi futuro. ¿Tendría seguridad laboral? ¿Qué iba a hacer cuándo “creciera”? ¿Y sabes qué? Dejad de preocuparos, amigos y familia, dejad de preocuparos. Todavía tengo el placer de redescubrir las 12 notas noche tras noche, de conocer gente nueva, de descubrir cómo la musa se cruza con la realidad y, al menos en un sentido creativo, de no haber crecido. Y además, y esta es la moraleja de la historia,  ya no hay nada a lo que pueda llamarse "seguridad laboral". De modo que mi vida de hobo, mis caminos nómadas, son una manera mucho más noble de seguir adelante que, por ejemplo, negociar acciones en Wall Street. Hey, creo que estoy escuchando el silbido del tren…Es hora de saltar al vagón…

Esteban Hernández. Tú tienes el talento (o la suerte o las dos cosas) para haber conseguido seguir haciendo aquello que te gusta, y con lo que disfrutas. Tú puedes subir al tren y eso hace que mucha gente te envidie (yo no, yo te envidio por haber compuesto algunas de las canciones que has escrito). Pero lo que me llama la atención es que esa apuesta y ese enfrentamiento con una familia (o quizá con una pareja) que entiende que estás malgastando tu vida ahora lo está sufriendo mucha gente que no lo esperaba. Un buen número de arquitectos, historiadores, periodistas, psicólogos, sociólogos, etc. están pasando por la misma situación que tuviste que pasar tú.  Eso que antes era propio de la música ahora lo están viviendo aquellos que se suponía que iban a tener la vida resuelta por tener un título universitario. Tú, al menos, tienes la posibilidad de subirte al tren, y creo que eso te convierte en afortunado.  

El éxito está muy sobrevalorado excepto cuando se refiere al éxito de saber que has hecho algo trascendente

Steve Wynn. Sí, una de las cosas más bonitas de envejecer habiendo hecho lo mismo durante mucho tiempo es que nadie se molesta en decirte cómo tienes que ver vivir o cómo debes hacer tu trabajo. Se imaginan que debes saber algo o, si no, que ya es demasiado tarde para que cambies de opinión Sí, tengo suerte. Mi mujer es también mi batería y ella es feliz cuando organizamos giras. Creo que ella me odia cuando no estoy haciendo música. Creo que seguiré haciendo esto hasta los 85 años. Entonces haré una pequeña pausa, antes de comenzar la segunda fase.

Esteban Hernández. ¿Y qué les dirías a las personas que pueden estar en la situación en la que tú estabas hace 25 años? Hay un montón de gente de 20 y 30 años (e incluso de 40) años que está dudando si seguir haciendo aquello para que lo estudiaron y se formaron, y que además es lo que les gusta, o abandonar y marcharse a otro sector que les permita vivir algo mejor. Aguantar en trabajos mal pagados porque te gusta lo que haces (o aguantar el paro hasta que encuentras algo “de lo tuyo”) no es fácil de llevar. ¿Hay algo de tu experiencia que les pueda resultar provechoso?

Steve Wynn. ¿Sabes qué? Haz lo que amas. Dísfrutalo. Llévalo tan lejos como puedas. Y después llévalo un paso más allá. Utiliza tu propio sentido de lo que es necesario y de lo que no lo es para saber cuándo es tiempo de parar. Pero no pares hasta entonces. El éxito está muy sobrevalorado excepto cuando se refiere al éxito de saber que has hecho algo trascendente. Es todo lo que queremos y es todo lo que necesitamos. ¿Y después? Game over.

Esta noche, The Dream Syndicate, una banda americana de los años ochenta muy recordada entre los amantes del rock, volverá a los escenarios madrileños (22:30 h. sala El Sol) para celebrar los 30 años de su primer disco, el fantástico Days of Wine and Roses. The Dream Syndicate facturó durante aquella época una serie de celebrados e influyentes discos que dieron el impulso suficiente para que Steve Wynn, su líder, pudiera iniciar una larga y fructífera carrera en solitario. Wynn conversó con El Confidencial acerca de cómo es la vida en la carretera, en la mitad de su gira española, que les llevará a Mallorca (jueves 27, Teatre Lloseta) y a Bilbao (sábado 29, Walk On Project Festival) y con la que han pasado ya por Barcelona y Valencia.