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Gran Vía 30: Thor Equities vende en 6 meses el 70% de sus pisos de lujo a 1,1 M la unidad
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90% de COMPRADORES ESPAÑOLES

Gran Vía 30: Thor Equities vende en 6 meses el 70% de sus pisos de lujo a 1,1 M la unidad

Thor Equities ha vendido el 70% de su gran proyecto residencial de lujo en la capital, Teatro Gran Vía 30, una promoción de 28 exclusivas viviendas con precios medios de 1,1 millones

Foto: Gran Vía 30. (EC Diseño)
Gran Vía 30. (EC Diseño)
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El mercado residencial de lujo de la capital está que arde. Tras un 2019 en que este segmento residencial parecía estar tocando techo, el precio de las viviendas más exclusivas y de los edificios residenciales no para de subir. En un contexto de tipos de interés en mínimos históricos, máxima liquidez y con Madrid en el punto de mira de inversores nacionales e internacionales, comprar ladrillo sigue siendo una de las opciones más rentables y seguras. Y el segmento del lujo sigue atrayendo a numerosos compradores.

Gran Vía 30, edificio comprado en 2018 por el fondo estadounidense Thor Equities, es un claro ejemplo del apetito voraz del mercado, ya que en apenas seis meses se han vendido el 70% de su gran proyecto de lujo en la capital, Teatro Gran Vía 30, una promoción de 28 exclusivas viviendas con precios medios de 1,1 millones de euros, a una media de 7.500 euros el metro cuadrado, un precio que encaja con la tipología de producto más buscado en el mercado de lujo de Madrid.

El precio medio de las viviendas se sitúa en 1,1 millones y se ha incrementado un 7%

Entre las unidades vendidas está uno de los áticos, mientras que aún queda por vender la joya de la corona, otro ático de 140 metros y una terraza de 84 metros cuadrados ubicado en la novena planta, por 2.169.475 euros, a un precio medio de 11.900 euros el metro cuadrado. Una cantidad que se sitúa casi un 12% por encima de los 1.938.700 euros a que salió a la venta.

El gran interés generado por el proyecto ha provocado un incremento de precios cercano al 7% desde que arrancó la venta de las viviendas, hace aproximadamente medio año. Un porcentaje que da idea del enorme apetito comprador que sigue existiendo en la capital y que parece incluso haberse intensificado tras la pandemia.

Teatro Gran Vía 30 ha entrado de lleno en el punto de mira de inversores y compradores nacionales. De hecho, el 90% de los propietarios de estas lujosas viviendas han sido nacionales, profesionales y 'family offices' de Madrid, pero también de fuera de la capital —norte de España, Cataluña y Levante—, que "quieren un 'pied-à-terre' en Madrid, planteándose incuso el alquiler de corta estancia de las viviendas, pero también como inversión. Es decir, como un activo seguro con mucha revalorización a largo plazo", explica a El Confidencial Luis Valdés, 'managing director' de Residential Sales Advisory en Colliers, la consultora inmobiliaria junto a Knight Frank encargada de la comercialización de las viviendas. "Un 40% no tiene intención de alquilar las viviendas, frente a un 60% que sí", añade Valdés.

placeholder Gran Vía 30.
Gran Vía 30.

¿Y el 10% restante? El perfil extranjero apenas representa el 10% de las ventas y este es muy disperso, latinoamericano, japonés, filipino.

"Para conseguir unos ritmos de comercialización tan buenos como en este proyecto es fundamental tener un producto bien armado. Hay que acertar en precio y en diseño. Nosotros tenemos también el ejemplo de Espronceda 32, con los mismos ritmos de venta que Teatro GV30. Cuando detrás del producto hay una ubicación buena, equipo de arquitectos/interioristas de renombre —el proyecto cuenta con el sello de Robledo Arquitectos—, calidades, una marca y un precio adecuado, el proyecto funciona muy bien en el mercado. En Espronceda 32, por ejemplo, ya solo queda un ático disponible de 50 unidades".

Luis Valdés destaca cómo "la rehabilitación del Complejo de Canalejas ha actuado como activador de la demanda de vivienda residencial 'high-end' en el centro de Madrid. Hoy, el centro de la capital es un destino para redescubrir, por la arquitectura de sus edificios, sus lugares emblemáticos como la Puerta del Sol, el Parlamento, los hoteles de lujo que lo circundan, sus tiendas históricas y sus bares y restaurantes", añade.

Foto: Panorámica de Madrid. (Unsplash)

En opinión de este experto, "el conjunto de sus atractivos hace de esta zona la más vibrante y cosmopolita de la capital, conectando con un perfil de comprador antes desconocido que valora el hecho de poder vivir en el centro mismo de la ciudad con todo tipo de comodidades. Teatro Gran Vía 30 se ha concebido para satisfacer las necesidades de este nuevo comprador y de todo aquel que desee redescubrir el centro de Madrid".

Las obras del inmueble están siendo ejecutadas por la constructora ACR y se espera que estén finalizadas a lo largo de este mes para comenzar con la entrega de las llaves en el verano de 2022, es decir, en apenas cuatro meses.

De teatro a pisos de lujo

Gran Vía 30 fue construido entre 1920 y 1924 por los arquitectos José López Sallaberry y Teodoro de Anasagasti Algán, por encargo del marqués de Fontalba y Cubas.

Según recoge la Dirección General de Intervención en el Paisaje Urbano y el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, el proyecto contemplaba un edificio de viviendas que incluía un teatro que fue bautizado provisionalmente como Olimpia —el mismo nombre que se daría en planos al futuro Palacio de la Música—, pero que terminaría llamándose Fontalba en referencia directa a su promotor; siendo el primer edificio de espectáculos que se construiría en la nueva Gran Vía, cuyo coautor fue el propio López Sallaberry.

Foto: Padilla 66.

Con un aforo de 1.246 plazas, el teatro fue gestionado por Tirso Escudero con dirección artística del dramaturgo Eduardo Marquina y fue inaugurado el 20 de octubre de 1924 con 'La virtud sospechosa', de Jacinto Benavente. Durante la II República, el teatro fue rebautizado como Teatro Popular, y al cambiar de dueño en 1949, pasó a denominarse Teatro Álvarez Quintero. Cerró definitivamente sus puertas en 1954.

Cinco años después se construía en su lugar el Banco Coca, absorbido por Banesto, que reconvirtió el edificio en oficinas. Entre 1989 y 1992, el edificio fue ampliado y reformado por Federico Echevarría Sainz. Tres décadas después, el edificio cobrará vida como viviendas de lujo, con diferentes servicios y 'amenities', gimnasio o 'rooftop' con zona 'lounge' o 'chill out' en la parte superior del edificio.

El proyecto residencial de Thor Equities será realidad en apenas unos meses tras haber adquirido el edificio a Angelo Gordon en abril de 2018 por 75 millones de euros y haber transformado sus 4.800 metros cuadrados —de los cuales, casi 1.200 están disponibles para uso comercial— en el único proyecto residencial de la conocida avenida madrileña.

De hecho, desde 2013 no sale al mercado un proyecto de lujo en Gran Vía donde, por el contrario, sí ha proliferado la rehabilitación de edificios, pero para uso hotelero.

Para encontrar el último proyecto residencial en Gran Vía, hay que retroceder ocho años y bajar hasta el número 48, en dirección a plaza de España. Aquel año se construyó un edificio sobre el solar que ocupaba la antigua sede del Banco Atlántico. Cuatro años más tarde, el fondo norteamericano Oaktree rehabilitó Gran Vía 68 para transformarlo en 49 viviendas. En ambos casos, los precios de aquellas viviendas se movían en torno a los 10.000 euros el metro cuadrado.

El mercado residencial de lujo de la capital está que arde. Tras un 2019 en que este segmento residencial parecía estar tocando techo, el precio de las viviendas más exclusivas y de los edificios residenciales no para de subir. En un contexto de tipos de interés en mínimos históricos, máxima liquidez y con Madrid en el punto de mira de inversores nacionales e internacionales, comprar ladrillo sigue siendo una de las opciones más rentables y seguras. Y el segmento del lujo sigue atrayendo a numerosos compradores.

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