Natalia Sánchez, de 'Sueños de libertad': "Tengo a muchas mujeres presentes cuando encarno a Begoña"

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La actriz Natalia Sánchez lleva más de dos décadas poniéndole cara a la ficción televisiva española. Desde su joven debut como la eterna Teté de Los Serrano, hasta su nuevo proyecto en Antena 3, la serie diaria Sueños de libertad, pasando por muchas otras ficciones como Amar en tiempos revueltos, Hospital Valle Norte o Los herederos de la Tierra: la intérprete madrileña se ha ganado un puesto de honor en las pantallas y los corazones de viejas y nuevas generaciones de espectadores.

Su personaje de la bondadosa y sufrida Begoña Montes ocupa ahora la franja de sobremesa del canal en abierto, en compañía con otros intérpretes de la talla de Alain Hernández, Dani Tatay, Nancho Novo o Ana Fernández. La nueva producción de Diagonal TV ha llegado a las sobremesas con el firme planteamiento de suponer un antes y un después en la ficción diaria: sus constantes giros de guion y la agilidad de sus tramas potencian la necesidad de seguirla día tras día.

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Por el momento, el público les acompaña desde su estreno, el pasado febrero. Sus datos la han situado como uno de los mejores estrenos de una serie en los últimos tiempos, y de momento ha conseguido mantenerse entre semana como líder de audiencia en directo y en diferido, todo un reto para un proyecto de considerables dimensiones.

El desafío de trabajar en una serie diaria, sin embargo, parece no asustar a Sánchez, con quien EL CONFI TV ha tenido la oportunidad de hablar durante un descanso de su ajetreada vida, entre el estudio del guion y el rodaje de nuevos episodios. La protagonista del melodrama de época ha echado la vista atrás para vislumbrar el camino recorrido, y ha comentado por qué la relación extramarital entre Andrés de la Reina (Dani Tatay) y Begoña, es una cuestión ineludible.

PREGUNTA. Durante una temporada formaste parte de la precuela de la serie que antes ocupaba el puesto de Sueños, Amar es para siempre. ¿La sensación ha sido como la de volver a terreno conocido?

RESPUESTA. Por un lado, sí, porque conocía a todo el equipo. Pero esta serie va unos cuantos pasos más allá en cuando a medios y en cuanto a tiempo. El nivel de dificultad es bastante mayor al trabajar en distintos exteriores. Y las tramas son realmente intensas, como has podido ver. Pasan muchas cosas. Se pierde un poco esta cotidianeidad y costumbrismo al que estamos habituados en las series diarias, de manera que los tempos van un poco más rápidos. Para nosotros también es una dificultad mayor.

"Si volviera a empezar, repetiría cada paso que he dado en mi carrera y en mi vida"

P. Es verdad que cada capítulo tiene un momento culminante diferente, y lo que parece que se va a arrastrar durante tiempo, se resuelve en cuestión de un capítulo.

R. Y estáis por el comienzo todavía. Nosotros estamos grabando ahora el episodio 70. No sé si soy capaz de hacer un resumen de todas las cosas que pasan. El ritmo y la intensidad son increíblemente frenéticos.

P. ¿Te apetecía volver a embarcarte en una serie diaria, con el ritmo que ello conlleva?

R. Sí. Tengo muy buena memoria, si no, no podría estar haciendo esto, lidiando con mi vida diaria. Es un reto. Como un entrenamiento a nivel interpretativo, porque pasas por todos los estados de ánimo en un día, y todos los días. Vas a un nivel de intensidad y de profundidad muy, muy fuerte. Para mí es un regalo en cuestión actoral. Es morar todos los rincones de la mente, del cuerpo, del alma. Es como hacer terapia, todos los días. Es agotador, pero también carga las pilas.

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P. Comentaba Alain Hernández que él todavía no era actor cuando te veía en Los Serrano. Y es verdad que te embarcaste en la actuación muy joven. ¿En algún momento de tu carrera te hubiese gustado elegir un camino diferente o seleccionar otros proyectos?

R. No, jamás. Si volviera a empezar, repetiría cada paso que he dado en mi carrera y en mi vida, sin ninguna duda. Con todo lo que he hecho he tenido muchísima suerte, y hasta con lo que no ha tenido suerte, porque a veces te equivocas en las decisiones, las volvería a repetir, porque me han hecho estar donde estoy ahora mismo. Todo es un aprendizaje.

"No puedes cambiar a una persona que no quiere y que no se puede cambiar"

P. Begoña es un personaje muy sufrido, pero que alberga mucha luz por dentro. ¿Cómo has preparado el personaje?

R. Voy creciendo con el personaje a medida que lo voy conociendo. De base, sí que planté pilares muy fuertes en cuanto a que era una persona honesta, vital, con un poder femenino muy, muy potente, con unas creencias muy firmes y muy humanas. Desde ahí he ido trabajando todo lo demás. Entonces, todo lo que le pase ya son circunstancias externas, que no son lo que es ella. Pese a estar viviendo una situación de relación tóxica o de maltrato, su base es luminosa y es luchadora y va a luchar por ella y por la niña hasta donde pueda. Si hace falta dar su vida por ella, pues lo hará.

Vamos muy in extremis con todas las tramas, y por eso los pilares del personaje tienen que estar muy anclados. Begoña es una gran mujer: es ayudadora de naturaleza, y precisamente por ahí es por donde entra la relación tóxica. Cuando una siente que puede salvar a otra persona, o ve la parte que sufre de ese maltratador, en lugar de alejarse, intenta cambiarlo o ayudarlo. Y es ahí donde está el grave error. No puedes cambiar a una persona que no quiere y que no se puede cambiar.

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P. Lo bueno de Begoña que no se calla a la hora de decir lo que piensa a Jesús, aunque la tenga martirizada. ¿Evitabas encarnar a una mujer sumisa?

R. No creo que sea sumisa, creo que se comporta de manera sumisa por miedo o por la sociedad. Hay mil escritos y documentos sobre mujeres que eran así por los tiempos que vivían, en los que no tenían ni siquiera el léxico emocional que tenemos ahora. Poner palabras a los sentimientos, a las estrategias mentales, emocionales de un maltratador, a nivel de inteligencia emocional, era muy complicado, porque realmente no existía ni la palabra "salud mental". Antes te llamaban loca y te mandaban a un manicomio o te encerraban.

Otra cosa es que sea complaciente, o que sea educada, que es ahí donde está el límite, hasta qué punto hay que ser buena o hay que ser tonta. Puedes ser buena persona, pero no dejar que pasen por encima de mí por necesidad ajena.

P. Comentaba también Alain que lo mágico de su personaje es que no era un malo absoluto, sino que tiene sus momentos de lucidez e incluso su compasión. Por otro lado, tenemos a Begoña, que parece que es toda bondad y ternura. ¿Esconde algún pasado oscuro o traumático bajo la alfombra?

R. Todos los personajes esconden algo. No quiere decir que necesariamente sea malo. Todos tenemos una parte luminosa dentro y una parte oscura. Creo que el personaje de Jesús no se puede blanquear, pero obviamente nadie es un ogro el cien por cien del día. Si no, Begoña no se hubiera enamorado jamás. Las relaciones tóxicas tienen que tener una parte luminosa. Y de hecho, curiosa y peligrosamente, son muy potentes cuando lo son. Por eso te enganchas como una polilla a la luz. Begoña tiene un carácter opuesto, aunque se atraen porque tienen muchas cosas en común: son dos personas inteligentes, son divertidas, son perspicaces, son irónicas. Pero claro, son equidistantes.

P. ¿Qué podemos esperar de la relación de Begoña con Andrés?

R. El personaje de Andrés tiene algo como lo tiene Dani, que es como magnético. Es como un imán. Tiene tanta luz y una energía tan bondadosa que es difícil no sentirse atraída por él. Más aún cuando estás en una situación complicada y aparece la luz. Ya de forma natural, creo que hubiera ido directa, pero si encima está en un momento en el que necesita ayuda, él se la proporciona y él va a estar ahí, para ella, frente a las adversidades, pues claro, va a dar que hablar. Y hasta aquí puedo leer.

Dani Tatay tiene una energía tan bondadosa que es difícil no sentirse atraída por él

P. ¿Cómo ha sido trabajar con Alain y Dani?

R. Es un placer, la verdad. Son dos pedazos de profesionales. Son generosísimos, son compañeros a los que les puedo pedir absolutamente todo y más. Nunca hay un mal gesto, siempre es disposición. En momentos más complicados siempre hay como una mirada de apoyo, un gesto, un abrazo o algo de sostén que se agradece mucho. Y por mi parte hacia ellos es exactamente igual. Son trabajos muy intensos y muy duros, con jornadas intempestivas, y si no tienes un buen sostén, es que no se podría llevar a cabo. Si después de las discusiones que tengo con Alain, tan, tan duras, no somos capaces de reírnos, o de que haya una mirada de complicidad, o un "¿estás bien?", después de hacer la secuencia, sería imposible hacer esto.

P. La historia que se cuenta en Sueños podría ser la de los abuelos de las generaciones actuales. ¿Qué Begoñas tienes en tu vida?

R. Sin duda, todas las mujeres que me rodean, desde mis abuelas, que además eran de la época. Mi madre, mi hermana, mis amigas, mi cuñada, mi suegra, mi ex-suegra, mis compañeras de trabajo. Solo por el hecho de ser mujer ya es un valor añadido para mí. No me tengo que ir lejos. No tengo que buscar referentes en novelas y en películas, que también. Las amigas que han pasado por lo que el personaje ha pasado, me han ayudado muchísimo, de forma directa o indirecta. Tengo mucha suerte, y cada vez que encarno a Begoña, las tengo presentes, como en cada paso que doy.