La famosa novela de la que habla Andrés en 'Sueños de libertad' refleja lo que siente por Begoña

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Con cada episodio, la serie Sueños de libertad va sumando componentes a sus tramas que provocan el enganche directo de sus espectadores. En el capítulo de este viernes de la ficción de época que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas, el misterio del secreto recién desvelado de Begoña, y la pasión incipiente entre ella y Andrés, ha dotado de gran intriga a la historia protagonizada por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay.

Ya recuperado, Damián ha regresado a trabajar a la fábrica, pese a las negativas de Jesús de que se incorporase con su delicada salud. Cuando el gerente se ha marchado, Begoña le ha pedido hasta cinco mil pesetas a su marido, con la excusa de destinarlo a una obra importante de la beneficencia. Jesús le ha indicado a Begoña que pecaba de bonachona, y solo le pensaba conceder la mitad de la cantidad que le pedía.

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Con ello, Begoña no podía pagar, en realidad, la cuota para que su tía Eugenia, quien ya había comenzado a recibir electroshocks, ingresase en un mejor centro de cuidados a la salud mental. Luz le ha indicado que debía buscar el dinero como fuese, y la chica ha pensado que algo se le ocurriría. Luis ha entrado en el dispensario después, pidiéndole perdón a la médico por su plantón del día anterior.

Para disculparse, el científico le ha explicado a Luz la razón por la que se había marchado pitando, y aunque la doctora se sintió muy humillada, ha podido perdonarle cuando este le ha hecho entrega de la nueva fragancia De la Reina, llevada a cabo gracias a la idea que obtuvo de ella de sumarle grosella negra a la fórmula de su padre.

Sin amenazas de Lázaro

Por su parte, Joaquín ha otorgado a Gema todo el dinero que Jesús le dio, quien lo ha usado para comprar ropa y pasar por la peluquería. La sirvienta también le ha regalado una camisa y unos caros gemelos a su marido, y le ha pedido perdón por poner en duda todo el sacrificio que hacía por la familia. "Siento mucho que no nos haya ido mejor", ha expresado la mano derecha de Jesús, echando la vista a los últimos años.

Joaquín ha entrado en el despacho de Damián y Jesús para contarles la noticia que acababa de recibir de la Guardia Civil: Lázaro se había ahorcado en prisión. En seguida, Damián ha cuestionado si acaso su hijo no había tenido nada que ver con el trágico final del ex empleado, y Jesús le ha indicado que debería estar agradecido de que ese hombre ya no pudiese contar la verdad sobre Valentín y Clotilde.

Begoña ha pensado que lo que le ha dicho Andrés era lo más bonito que le podía decir

Jesús le ha contado a Julia que aquel hombre ya no podría hacerle daño. La niña ha proseguido su relato sobre las cosas que su raptor le contó sobre la familia, y Jesús ha perdido los papeles por un segundo, instándole a que le contase más detalles sobre sus palabras. "Solo era un loco que solo buscaba asustarte sin motivo", ha acabado consolando a Julia.

Un libro muy acorde

En la terraza de la residencia de los De la Reina, Begoña ha proseguido con la rehabilitación de Andrés. La chica estaba masajeándole la rodilla, distraída, y el ex soldado le ha preguntado qué le sucedía. La joven no ha querido soltar prenda, y finalmente Andrés le ha hecho reír con bromas. "Estás mucho más guapa cuando ríes", ha reconocido el chico, que también ha confesado que estaba a gusto con ella.

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Begoña ha pensado que aquello era lo más bonito que le podía decir, porque eso implicaba que confiaba en ella, y que nada malo podía pasar en compañía del otro. Andrés ha sacado a colación el libro Adiós a las armas, de Ernest Hemingway, y le ha contado a Begoña que trataba de un militar que acababa profundamente enamorado de la enfermera que cuidaba de él. La pareja se ha mirado, y Begoña se ha quedado totalmente desconcertada al escuchar esto. ¿A qué les podía sonar aquella historia?

En ese momento, María ha aparecido y se ha mosqueado por la alta complicidad que ha visto entre los cuñados. Para no levantar sospechas, Begoña le ha indicado a la hija del capitán cómo podría encargarse ella misma de la rehabilitación de su novio.

De regreso a casa, Begoña ha buscado entre sus pertenencias, y ha encontrado un brazalete dorado que ha pensado vender para poder costear la residencia de Eugenia. En ese momento, ha escuchado un extraño ruido proveniente del desván. Al asomarse por la puerta entreabierta, ha encontrado a Jesús llorando y bebiendo, completamente ebrio, delante de un cuadro pintado de Clotilde. Begoña se ha marchado corriendo de allí, asustada. ¿Acaso no ha podido olvidar Jesús a su primera esposa? ¿Le contará Begoña a su marido lo que ha presenciado?