El final de 'Amar es para siempre', explicado por su guionista: por qué se parece al de 'Cuéntame' y cuál es su gran diferencia

19 temporadas después, siete desde que arrancó como Amar en tiempos revueltos en TVE y 12 como Amar es para siempre, el exitoso serial diario ha llegado a su fin en Antena 3, y lo ha hecho con un aplaudido desenlace en el que los Gómez al completo sellaban sus destinos en un salto temporal en el que veían su historia llevaba a la pequeña pantalla.

Las comparaciones con el final de Cuéntame cómo pasó no se han hecho esperar, y no es para menos, ya que en este desenlace varias han sido las tramas de similares características: una esperada reunión familiar ante un posible trágico desenlace (Herminia en el caso de la cadena pública, Pelayo en esta ficción, aunque afortunadamente no fallece), el lanzamiento de un libro sobre los personajes de la serie (el de Carlitos en aquella, el de Leonor en esta) y, por último, la emisión de la propia ficción sobre sus vidas.

"Hay muchos elementos comunes. Nosotros escribimos el final en septiembre, y se rodó el octubre. El final de Cuéntame cómo pasó se emitió en noviembre. Nosotros no teníamos ni idea de cómo acabaría. Sí que es cierto que tenían lo de la novela de Carlitos por ahí, pero no sabíamos cómo le darían cierre. Yo he seguido su temporada final y es verdad que tenemos muchos elementos comunes, muchos paralelismos, pero creo que están abordados de forma muy diferente", analiza en exclusiva para EL CONFI TV Pablo Fajardo, director argumental de la producción.

Fajardo, sobre la comparación con el final de Herminia en 'Cuéntame': "¡Menos mal que no matamos a Pelayo!"

"Sí que es cierto que creo que Amar y Cuéntame tienen muchos vasos comunicantes, en cuanto al tipo de serie que son, el período que han abordado, la filosofía de la serie,... entonces me parece bastante lógico que llegáramos al mismo punto, porque la historia te va llevando ahí. Ambas comparten muchos elementos en común, como la vocación de contar la historia de España a través de una familia que va traspasando a lo largo de generaciones, el tono incluso,... para mí tiene cierta lógica que acabáramos llegando al mismo sitio", esgrime el guionista.

La gran diferencia entre ambos finales es la muerte del abuelo, un paso que finalmente aquí no han dado: "Si hubiéramos matado a Pelayo habría sido peor, ¡menos mal que no lo hicimos! Sí que lo aprovechamos como detonante para que la familia se vuelva a unir, pero nosotros no le hemos dado tanto dramatismo familiar, como en Cuéntame han hecho con la última temporada. A nosotros se nos había pedido hacer un final más alegre y luminoso, también con la intención de separarnos un poco de las tramas más dramáticas que siempre han caracterizado a todas nuestras temporadas. Aquí no ahondamos tanto en la separación familiar como sí apostaron por hacer en Cuéntame", desgrana Fajardo, poniendo así de relieve las grandes diferencias entre ambos desenlaces, dentro de las evidentes similitudes que no trata de esconder.

El problema, como él mismo comenta, ha sido el timming de grabación y emisión de ambas ficciones: para cuando se emitió el final de Cuéntame, ellos ya no podían hacer nada. El final de Amar es para siempre estaba rodado y sellado. "No se podía hacer nada al respecto, porque cuando se emite el final de Cuéntame los decorados de Amar están derruidos ya. Nos daba la sensación de que las dos series podían finalizar más o menos parecido, pero cuando vi su final me tranquilicé un poco porque los tonos empleados para abordar el final son muy diferentes. Ellos apostaron por el dramatismo dentro de la familia, nosotros no explotamos esa vía", sentencia el guionista.

Dos finales en uno: cómo cerrar 19 años de historia

"A la hora de enfrentarnos la final de Amar decidimos que la serie debería de tener como dos finales: por un lado, el final de la temporada 12, que es esta última, y, por otro, un desenlace a toda la serie tras estos 19 años", comparte Pablo Fajardo, explicando que desde el guion planearon "el escenario de que teníamos que cerrar las tramas principales de esta temporada, siendo en esta ocasión la de Lola la más troncal, esa lucha por recuperar a su hija, a la vez que ir finiquitando también las de todos los secundarios. Tras ello, los saltos temporales para abordar el cierre definitivo".

"En ese sentido, si bien es cierto que la serie comenzó con los personajes de El Asturiano siendo secundarios, como un alivio cómico, con el paso del tiempo fueron ganando protagonismo hasta convertirse siempre en los personajes que llevaban el peso de la trama troncal. Al tener que abordar el final de la serie, ellos tenían que ser los grandes protagonistas, pero no queríamos cerrar con tensiones muy en alto, como sucede con todos los finales de temporada, por lo que por eso optamos por dar un salto temporal de seis meses con el que dejar a los personajes reposar un poco de todos los clímax vividos", explica el coordinador de guion.

"Así encaramos un último bloque que estaba más enfocado a cerrar la serie en sí, como una especie de regalo al público, mucho más amable, más emotivo y menos dramático de lo que suele ser habitual en una recta final de temporada. Queríamos dejar un buen sabor de boca en el espectador, por eso le dimos un final más luminoso, también siguiendo las directrices de la cadena y de la producción ejecutiva", destapa Fajardo, un encargo que cumplieron gracias a juntar, por fin, a toda la familia Gómez: "A la hora de articular este último bloque nos gustaba cumplir el deseo de los seguidores de juntar por fin a toda la familia, algo que nunca había sucedido. El público se merecía ver cómo funcionaban juntos como familia por primera vez, pero también ver cómo han ido evolucionando durante todo este tiempo, qué había pasado con ellos".

"Se había repetido mucho que la serie tendría que acabar con la muerte de Pelayo, por eso lo aprovechamos para reunir a todos los nietos, aunque tuvimos más o menos claro siempre que no iba a morir", agrega en este sentido, un final que terminaron descartando para apostar por un desenlace menos dramático. La serie merecía irse con buen sabor de boca, algo que esa muerte podría empañar: "Se habló de matar a Pelayo porque es algo que siempre ha sobrevolado nuestra ficción, pero lo descartamos al saber que desde la producción ejecutiva no lo vería con buenos ojos. Sí que es verdad que lo que teníamos en mente siempre fue ver ese reagrupamiento familiar, por lo que partimos de ahí y las ideas fueron surgiendo. No hubo muchas versiones del final, lo tuvimos bastante claro desde el inicio".

¿Una continuación con todos los hijos?

Con los datos en la mano, la temporada final de Amar es para siempre ha funcionado realmente bien en Antena 3, unas cifras que, dada la cantidad de regresos televisivos que estamos viviendo durante los últimos años, nos lleva a interesarnos por una posible continuación en el futuro. Su guionista no lo considera tan descabellado: "Nosotros bromeamos mucho con eso por la fiebre revival que hay. Obviamente, ahora no hay nada sobre la mesa, pero creo que sí que podría volver, sobre todo porque la reunión familiar ha funcionado muy bien. Nunca habían coincidido los siete hijos del matrimonio en pantalla, por lo que hay mucho territorio por explotar ahí. Con esto podríamos hacer muchísimas temporadas con una nueva generación de Gómez. ¡Quién sabe lo que sucederá en el futuro!".

"Amar' deja un legado histórico mucho más allá de la pura narrativa, es la crónica de un país"

En cualquier caso, Pablo se siente muy satisfecho con el trabajo realizado en este cierre: "Estoy bastante contento con el desarrollo de la última temporada, y de hecho ha funcionado muy bien en cuanto a audiencias. El seguimiento bajó un poco la pasada temporada, pero en esta temporada hemos remontado, teniendo audiencias que no cosechábamos desde 2021. Tengo la sensación de que la temporada ha gustado, también porque la centramos en Lola, quien se había marchado muy pronto. Tirar de ese hilo, de esa última pieza del puzzle de la familia de El Asturiano, con una trama tan emocionante como la de su hija, con una villana a la altura como la que ha interpretado brillantemente Miriam Díaz-Aroca, ha sido clave para que la temporada funcione".

"Uno normaliza lo que es excepcional en televisión, porque lo normal es que las series y programas no duren mucho más que dos o tres temporadas. Lo de Amar y Cuéntame son situaciones insólitas que no creo que se vuelvan a dar, porque el hábito de consumo también ha cambiado mucho. De cara a la industria, su éxito ha sido una gran noticia, porque ha sido una escuela tanto para los actores como para todo el equipo técnico. Y en un sentido más histórico, creo que son series que dejan un legado histórico, son testimonio de momentos históricos mucho más allá de la pura narrativa, son la crónica de un país", concluye orgullo Fajardo.