Avance del capítulo 112 de 'La Moderna' de este lunes, 4 de marzo

• La última crueldad de doña Carla deja roto a Íñigo en La Moderna: así ha sido su último golpe
• La feliz reconciliación de Íñigo y Matilde, y la mezquindad de doña Carla marcan una nueva etapa en La Moderna

​Ante el golpe más mezquino de doña Carla, en el capítulo de este lunes del melodrama romántico, la villana del Salón de té La Moderna se queda fría y encendida por los celos al escuchar que Íñigo y Matilde tienen pensado retomar sus planes de boda. En el episodio anterior, Íñigo se ha encontrado muerto a su padre en el apartamento, mientras que la viuda de don Jaime ha disimulado su crueldad como buena manipuladora que es.

Después de que doña Carla haya dejado morir a Pascual, ahora no se despega de Íñigo. Don Fermín y Emilio han asistido al velatorio. Tampoco ha faltado Matilde, que ha apoyado a su pareja con un tierno abrazo. La dependienta le ha sugerido aplazar la boda, mientras los celos de doña Carla han resurgido de nuevo.

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La vida ha sonreído a Antonia después de enterarse de que alguien ha saldado su deuda mientras Emilio se ha encontrado con un nuevo desafío. Raimundo se ha fugado de la cárcel y ahora él se debate entre prestarle su ayuda o alejarse de un camino que ya enterró hace tiempo.

Avance del capítulo 112

Íñigo, apenado por la muerte de su padre, cree que lo mejor es aplazar la boda con Matilde. Los celos de doña Carla no tardan en asomar y, en pleno velatorio, no se reprime las ganas de violentar a la dependienta y ponerla en evidencia. Por su parte, Conchita y Antonia intentan averiguar quién ha sido el salvador del desahucio. Además, la dependienta intenta averiguar el paradero de Marta. La joven se marchó sin dar demasiadas explicaciones.

Conchita intenta cuadrar las cuentas para que puedan costearse el viaje a Barcelona y que su sobrina pueda someterse a la operación que podría acabar con sus ataques de ceguera. Mientras, en el salón de té, las compañeras de Antonia se alegran de que haya recuperado su casa. Por su parte, Cañete siente la necesidad de confesar sus sentimientos a Teresa, pero la encargada es demasiada testaruda y no lo pondrá fácil. Finalmente, Pietro consigue la figura que le faltaba a Esperanza para completar el concurso y Aguirre sigue poniendo a prueba a don Fermín.