Don Fermín comienza a caer en el abismo planeado por Aguirre en 'La Moderna'

• La indecente proposición de don Cecilio descoloca a Marta en La Moderna
• Saltan chispas entre Teresa y Cañete en las clases de baile: inesperado giro en su relación en La Moderna

​Los sueños de Teresa pronto podrían hacerse realidad en el Salón de té La Moderna. La encargada cada vez tiene más ganas de asistir a las clases de baile y encontrarse con Cañete, al que su cabeza ya ha imaginado como el culpable de un pasional romance. En el capítulo anterior, Matilde ha acercado posturas con Íñigo y ha querido acompañar al empresario en su desoladora situación. En la corrala, Marta se ha enfrentado a la repugnante propuesta de don Cecilio. El hombre que ha confesado que está casado ha manifestado su deseo de que la costurera sea su querida.

Además, Luisa se ha llevado un gran susto al descubrir que ha perdido la vista por completo, una noticia que ha generado un desconcierto en su tía Conchita, que ha intentado tranquilizarla. Por otro lado, Aguirre ha comenzado a sentirse atraído por Carla y Antonia ha recibido malas noticias del banco.

Pascual está feliz de desayunar al lado de Íñigo, un hijo que se está esmerando mucho en hacerle sentir como un rey. El empresario le confiesa que hay un tratamiento que podría curar su enfermedad. Sin embargo, el hombre se muestra incrédulo, ya que no se fía de Carla. Además, admite que cada vez tiene menos fuerza. "Me cuesta creer que esto va a remitir". Su último deseo es ver cómo su primogénito se reconcilia con Matilde, el único amor de su vida.

El infierno de Antonia

Teresa sigue recordando ese sueño que le quita el sentido: un Cañete fogoso con el que se deja llevar. La encargada empieza a ver cómo don Fermín cada vez pasa más tiempo con Aguirre. Las cartas están trayendo por el mal camino al jefe de La Moderna que ha trasnochado por el póker. El hombre asegura que se irá a descansar y volverá al trabajo a mediodía.

El médico ya ha atendido a Luisa, pero todavía no hay un resultado concluyente. La buena noticia es que la ilustradora ha recuperado la vista. Sin embargo, debe hacer reposo y no podrá ir al trabajo. En el salón, Teresa casi no puede mirar a la cara a Cañete. El camarero sigue encantado con revivir el momento culmen de sus clases de baile. Conchita se martiriza por no haberse dado cuenta de que Luisa dedicaba demasiado tiempo al trabajo. Sin embargo, Matilde cree que no tiene nada que ver con eso, sino con una infección o un antecedente familiar.

Doña Carla vuelve a visitar a Pascual y le trae la prensa. El padre de Íñigo intenta saber en qué consiste el tratamiento que podría curar su enfermedad. Doña Carla no puede esquivar sus celos al oír el nombre de Matilde. El hombre le pide permiso para contarle toda la verdad a su hijo, pero la villana se niega porque sería poner en contra a su gran amor.

Íñigo se acerca a las galerías para hablar con Matilde y comparte la noticia de que todavía hay esperanzas para la enfermedad de su padre. Por su parte, el dueño del Madrid Cabaret le desea una pronta recuperación a Luisa. Por otro lado, Teresa le cuenta a Matilde lo extraño que resulta que don Fermín haya faltado a su compromiso con el salón y sugiere mantenerse vigilantes ante cada paso que vaya a dar su jefe. Su mal humor ha quedado enterrado y se muestra cómplice con la dependienta.

Cañete está encantado con Teresa, que ha sido todo un descubrimiento para él, mientras Elías asegura que nadie supera la belleza de Trini. Mientras, Conchita nota algo inquieta a Marta y, no es para menos con la última visita de don Cecilio. Sin embargo, la joven no se atreve a contárselo a la costurera.

Laurita sigue preparando con entusiasmo las cuñas publicitarias, algo que le parece ingenioso a su tío don Fermín. El empresario se interesa por Inés y la dependienta se ve obligada a mentir por su hermana y su reciente marcha del Madrid Cabaret. Cañete tiene la sensación de que Teresa le está ignorando y no es la única compañera que tiene mala cara. Laurita y Antonia tienen la cabeza en otro lugar. Sin duda, el ambiente está demasiado enrarecido.

Inés no vive su mejor momento después de ser rechazada por Emilio. Su hermana le pide que le cuente a su tío que ya no trabaja en el Madrid Cabaret. Ella no quiere mentir más. Antonia vuelve a casa y llora desconsoladamente. "En menos de una semana nos quitan la casa", se lamenta la empleada de La Moderna. Marta se da cuenta de que estaba llorando, pero la dependienta disimula. No ha servido nada porque la ayudante de Conchita acaba de encontrar la carta de desahucio.

Íñigo se presenta en la corrala para visitar a Luisa y Matilde ahora está más receptiva con un hombre al que empieza a llamar "amigo". En el salón, Aguirre se reúne con doña Carla y asegura que su estrategia consistente en sacar por las noches a don Fermín y hacerle beber avanza sin complicaciones. El socio de la villana dice que le gustaría acompañarle en su viaje, pero la empresaria se niega.

Matilde acepta sin pensarlo la invitación de Íñigo. El joven quiere organizar una cena que, según él, ha sido idea de su padre. A la dependienta no le importa perderse una clase por pasar tiempo con su expareja. Además, Carla confirma que Jacobo sigue en paradero desconocido. El capítulo termina con una persona prisionera en un cobertizo que solloza en un lugar frío y desangelado. ¿Quién será?