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Raimundo se pone en la palestra y se autoinculpa del asesinato de Don Jaime y Doña Carla quiere destruir 'La Moderna'
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CAPÍTULO 48

Raimundo se pone en la palestra y se autoinculpa del asesinato de Don Jaime y Doña Carla quiere destruir 'La Moderna'

Matilde abandona su puesto de trabajo de forma temporal hasta que las aguas se calmen. Mientras, Teresa aparecerá por sorpresa en casa de Trini y Miguel y Marta es auxiliada por Pietro en la corrala

Foto: Iñigo y Matilde durante el capítulo 48 de 'La Moderna' (RTVE)
Iñigo y Matilde durante el capítulo 48 de 'La Moderna' (RTVE)

El salón de té se prepara para una jornada que va a estar colmada de una sensación agridulce para las empleadas. La investigación sobre el crimen de Don Jaime sigue su curso y la familia Garcés sigue esperanzada ante la posibilidad de que Pablo vuelva pronto a casa. En el capítulo anterior, Matilde se ha derrumbado ante Manuel. La joven cree que necesitan un milagro, ya que nadie va a aceptar el testimonio de la hermana de uno de los acusados.

Los testigos de la taberna tienen muchas cuentas pendientes y no correrán peligro por un desconocido. Doña Bárbara ha amenazado a Iñigo que se ha mostrado disgustado al enterarse de que el empresario ha rechazado a su hija. Por su parte, Cañete se sincera con Teresa y lamenta haber pagado su mal humor con ella. El camarero ha confesado el motivo de su enfado: le han roto el corazón.

Aguirre quiere hacer borrón y cuenta nueva con Iñigo como si nada hubiera pasado. El empresario está lleno de ira y no puede olvidar la malvada jugada del hombre que ha secuestrado a una niña inocente. Se trata del ultimátum del peligroso soldado. El gestor del Madrid Cabaret no quiere volver a verse las caras con su enemigo y le amenaza con matarle si se vuelve a acercar a la familia Garcés.

Doña Carla, la ruina de La Moderna

Antonia y Pietro salen a buscar a Marta, pero no hay ni rastro de su compañera. La dependienta está angustiada porque cree que la joven está desvalida en alguna parte de la ciudad. No se equivocan. La sobrina de Higinio sigue mendigando por la calle. Por su parte, Aguirre se siente orgulloso de lo creíble que ha resultado su mentira, respaldada por Doña Carla. El empresario quiere asociarse con el negocio que planea la villana. Es un proyecto hotelero a gran escala que se llevaría por delante la galería que acabaría completamente derruida, dejando sin trabajo a todos los empleados.

Luisa echa de menos a Pablo y no tiene el ánimo suficiente para afrontar el día. Matilde le pide que confíe en la justicia. La ilustradora sigue pensando en que no deben esperar más para contarle a su madre la compleja situación de su hermano. La última palabra la tiene Pablo que les pide que guarden silencio hasta que Rosario regrese a la ciudad.

Evaristo Senabre ha vuelto a escribir otro artículo que apunta directamente a La Moderna y a la familia Garcés. Alguien ha saboteado las puertas de las galerías y ha alterado el orden en el salón de té. Don Fermín recomienda a Matilde que se ausente unos días hasta que cesen los actos vandálicos. Antonia intenta saber más detalles sobre el sitio exacto donde Esperanza vio a Marta. La dependienta no va a parar hasta encontrarla. Finalmente, Pietro encuentra a Marta tirada en la corrala y acude a socorrerla.

El inspector Ocampos lee la confesión de Raimundo ante Emilio que no puede creerse lo que está escuchando. La falsa declaración puede llevarle al garrote vil, pero no parece importarle al joven que sigue admitiendo que fue el único responsable del asesinato de Don Jaime. El ladrón es el salvador de Raimundo y Pablo.

Amelia no sabe donde está Collado y se presenta en el salón para preguntarle a Laurita. El actor no ha dormido a casa. En ese momento, la madre de la dependienta aparece por sorpresa y la esposa del galán de cine le desvela la verdad. Era lo único que faltaba para alimentar el odio de Gabriela hacia su hija que asegura que es la vergüenza de la familia. Don Fermín intenta defender a su sobrina que está atravesando un doloroso engaño.

Teresa le pide a Miguel que cuide de Aquiles, su periquito. La encargada aprovecha para pasar tiempo con el librero. Mientras, Iñigo acude a la corrala para hablar con Matilde tras enterarse de su ausencia en el salón. La dependienta le cuenta las últimas novedades sobre el caso del asesinato de Don Jaime. La joven sigue insistiendo en que Doña Carla miente. Además, cree que también puede estar detrás de los ataques de Evaristo Senabre.

El salón de té se prepara para una jornada que va a estar colmada de una sensación agridulce para las empleadas. La investigación sobre el crimen de Don Jaime sigue su curso y la familia Garcés sigue esperanzada ante la posibilidad de que Pablo vuelva pronto a casa. En el capítulo anterior, Matilde se ha derrumbado ante Manuel. La joven cree que necesitan un milagro, ya que nadie va a aceptar el testimonio de la hermana de uno de los acusados.

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