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Por qué 'Ataque a los titanes' es el anime perfecto para recomendarle a ese colega que no ve anime
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Por qué 'Ataque a los titanes' es el anime perfecto para recomendarle a ese colega que no ve anime

Esta serie sobre una humanidad devorada por gigantes descerebrados puede ser una puerta de entrada fantástica a la animación japonesa, pero está repartida entre varias plataformas

Foto: Una imagen de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)
Una imagen de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)

El fenómeno del anime está más que consolidado a nivel global, pero sigue siendo complicado entrar en él. Para empezar, en España nunca está del todo claro cuándo y dónde se podrá ver una de estas series que lo peta en Japón. Y las que sí están a la mano no son necesariamente las más aptas para los primerizos en esto de la animación nipona. Por eso, te chivamos una serie perfecta para recomendarle a ese colega que no ve anime: Ataque a los titanes.

Ya hace cuarenta años de la revolución de Akira, Totoro, Bola de dragón, Oliver y Benji y otros puntales del anime que abrieron las fronteras de este medio al mundo, tanto en la pantalla grande como en la pequeña. Sin embargo, algunas series de anime siguen siendo muy suyas. Primero, porque manejan un lenguaje propio que puede dejar fuera a los espectadores menos acostumbrados. Y segundo, porque hasta para los más duchos, el anime sigue funcionando a veces como un nicho: incluso las series más famosas pueden llegar a las plataformas cortadas, con el doblaje incompleto o repartidas en varios servicios de streaming.

El prota de 'Ataque a los titanes' es el fruto podrido de la filosofía Mr. Wonderful

Eso es exactamente lo que le ocurre a Ataque a los titanes. Y aun así, te la recomendamos como la puerta de entrada ideal para acercarte a las series de anime si los protagonistas masculinos insoportables, la fantasía desbocada y las tramas absurdamente enrevesadas te tiraban para atrás. Porque Ataque a los titanes incurre en todo eso, pero lo hace deliciosamente bien.

Ataque a los titanes arranca en un mundo que no está claro si es un pasado medieval alternativo o un futuro que ha salido irremediablemente mal. En ese escenario, nos cuentan, la humanidad ha sido diezmada por la aparición repentina cien años atrás de unos gigantes llamados titanes, cuyo único impulso es devorar personas. Así, los pocos humanos supervivientes han terminado viviendo recluidos en un país formado por tres murallas concéntricas que mantienen a los titanes a raya... por el momento.

Ese mundo diminuto y cercado por los muros es lo único que ha conocido en toda su vida, Eren Jaeger. Obsesionado con descubrir lo que hay al otro lado de las murallas, y después de que un titán destruya todo aquello que ama, el niño jura vengarse y acabar con sus propias manos con todas y cada una de estas mortíferas pero descerebradas criaturas. Con el propósito de restaurarle a la humanidad su dignidad perdida, se une al Cuerpo de Exploración, un escuadrón que se juega la vida en el exterior de los muros tratando de descubrir la verdad sobre los titanes y cómo derrotarlos.

De Goku, Naruto y Luffy... a Eren

Aquí entra en escena el primero de esos tres tópicos del anime —que, en realidad, son solo propios del anime shonen o mal llamado para chicos, aunque obliteran los del resto de géneros—: el protagonista masculino insoportable. Se puede trazar una línea gruesa, pero clarísima que pase por casi todos los personajes principales de los animes más populares. Ahí estarían Goku de Bola de dragón, Luffy de One Piece y Naruto de la serie homónima. Pero Eren es diferente.

Todos estos protagonistas clásicos del shonen describen de alguna manera un mismo arco posibilista: el del joven sensible, pero tenaz que daría la vida por sus seres queridos y que está dispuesto a hacerse más y más fuerte con tal de protegerlos, siempre violencia mediante. El caso de Eren es interesante —y, por ello, tiene más papeletas para cautivar a los menos iniciados— porque revela que debajo de esos supuestos héroes nobles comprometidos con la causa hay un necesario grado de psicopatía que Eren asume desde el principio. El prota de Ataque a los titanes es el fruto podrido y desquiciado de la peor filosofía Mr. Wonderful.

placeholder Eren Jaeger, el protagonista de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)
Eren Jaeger, el protagonista de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)

Con el mundo en el que se mueve, Eren ocurre algo parecido. La serie es, por momentos, una metáfora — algunos dirían que un blanqueamiento— del imperialismo japonés en el siglo XX; no obstante, su imaginario es de inspiración más europea. De hecho, casi todos los nombres y apellidos tienen ecos alemanes y solo hay un par de personajes de origen asiático. Tal vez esta cercanía de los referentes pueda allanar el camino a los neófitos en el anime, frente a otras series más fuertemente inspiradas en el folclore nipón.

De todas formas, esa sensación de ligera familiaridad frente a animes vestidos de leyendas y cuentos locales como InuYasha, Ranma 1/2 o Kenshin, el guerrero samurái será solo momentánea. El otro gran atractivo de Ataque a los titanes es que tiene una de las tramas más inexplicablemente complejas del anime reciente. Pero el lado bueno es que casi todos los volantazos del guion —y hay cientos, sin exagerar— son bienvenidos.

Ataque a los titanes enseña a la audiencia en sus primeras temporadas a no acomodarse, rompiendo una y otra vez lo que en cualquier anime de aventuras de los noventa sería un clímax previsible y estirajado con continuos frenazos a traición, de esos que dejan mal cuerpo. A partir de un cierto número de episodios, la ficción confía en que el espectador ya sepa manejarse solo y saca la artillería pesada: sin entrar en spoilers, diremos que es imposible ver nada más empezar Ataque a los titanes una captura de la última temporada y reconocerla como la misma serie.

placeholder Un momento de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)
Un momento de 'Ataque a los titanes'. (Crunchyroll)

El único problema es que es tan complejo seguir el hilo de lo que sucede con Eren y el resto de personajes como el de las propias temporadas en que se ha repartido Ataque a los titanes. Por la dimensión que ha adquirido el fenómeno, la serie lleva ya años terminando. De su cuarta temporada, la llamada Temporada Final, van ya tres partes.

Las temporadas uno, dos y tres —partida en dos trozos— están disponibles dobladas y completas en Netflix y en Amazon Prime Video. Allí, de la Temporada Final, encontramos solo la primera parte, que es también donde se terminan los episodios con doblaje castellano. Para ver la segunda parte y la primera mitad de la tercera —que es, a su vez, un especial de una hora— hay que recurrir a Crunchyroll, y verla en el japonés original con subtítulos. La segunda mitad de la tercera parte de la cuarta temporada todavía no tiene fecha de estreno.

El fenómeno del anime está más que consolidado a nivel global, pero sigue siendo complicado entrar en él. Para empezar, en España nunca está del todo claro cuándo y dónde se podrá ver una de estas series que lo peta en Japón. Y las que sí están a la mano no son necesariamente las más aptas para los primerizos en esto de la animación nipona. Por eso, te chivamos una serie perfecta para recomendarle a ese colega que no ve anime: Ataque a los titanes.

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