Aflora el Ayala más agresivo en 'La Promesa': ¿qué pasaría si pierde para siempre a Petra?

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Son tiempos difíciles para el amor en la serie La Promesa, que La 1 de Televisión Española emite habitualmente de lunes a viernes a las 17:30 horas. Después de un lunes sin emitir nuevo episodio, debido al partido que aconteció ayer entre Rafael Nadal y Pedro Cachín en el Mutua Madrid Open, el episodio de este martes del drama protagonizado por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín, entre otros intérpretes, ha puesto las cosas muy difíciles para las parejas formadas por Jana y Manuel, Lope y Vera, Salvador y María Fernández, y Petra y Ayala.

El capítulo ha comenzado con la reacción del servicio sobre la noticia que María Fernández había callado: la duquesa de Abrontes le había invitado a convertirse en su doncella personal. La sirvienta todavía no había pensado si aceptar el puesto, y Vera le ha animado a que así lo hiciera: ella sabía que la casa era muy buena y cobraría más de lo que cobraba en La Promesa. Todos han felicitado a la chica menos Salvador, que se ha marchado enfadado porque su novia no le hubiese contado nada.

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Teresa le ha contado la noticia a Jana, pero la sirvienta tenía prisa por marcharse cuanto antes al boticario, para comprar un tratamiento para que Dieguito, el hijo de Pía, pudiese hacer frente a su infección. "Nos has mentido, María", ha constatado Jana cuando por fin ha podido hablar con su mejor amiga. La criada se ha disculpado, y ha reconocido que su corazón le impedía decantarse por marcharse: no podría dejar a un lado a sus compañeros tan fácilmente.

Después, María ha detenido a Salvador para disculparse por no haberle contado de primeras la propuesta de los duques. "Quiero ser tu amigo también", ha pedido el lacayo, quien ha esperado que le contase las cosas importantes, si acaso confiaba en él. "Igual eso significa que las cosas no van tan bien entre nosotros", ha sospechado el ex soldado. ¿Romperán su relación María y Salvador, para que la chica pueda marcharse de allí?

Un muro infranqueable

En la planta de arriba, Manuel se ha sincerado con su amiga Blanca. El triste viudo ha relatado cómo Jimena regresó sin recuperarse de su crisis nerviosa y, de paso, le ha contado sobre el fingimiento de su embarazo. "Eso es lo que ha sido mi matrimonio, amiga", ha sopesado el aviador, "una gran mentira". El heredero de los Luján ha admitido sentirse "raro", pues se había hecho a la idea de que iba a estar atado a esa mujer por el resto de su vida. Ahora, sin embargo, sentía que aquellas ataduras no se habían cortado.

Manuel, sobre Jana: "No puedo acariciarla, ni besarla, ni darle un simple abrazo"

"¿Y Jana?", ha preguntado la fotógrafa, a lo que su amigo ha contestado que la muerte de Jimena lo había cambiado todo. "No puedo acariciarla, ni besarla, ni darle un simple abrazo de amigos, y ella tampoco a mí", ha confesado Manuel, debido a que el recuerdo de Jimena y la carga de la culpabilidad pesaban demasiado. Jana, por su parte, le ha explicado a María Fernández que un muro infranqueable parecía haberse levantado entre ellos dos.

¿La ruptura de Lope y Vera?

Por su parte, Lope ha querido pedirle disculpas a Vera por presionarla para que contase la verdad sobre su dinero perdido. El chico se ha propasado buscando justificaciones familiares de la chica, y ella le ha gritado que parase. Casi llorando, le ha dicho que todos aquellos recuerdos de infancia le dolían, y no quería pensar en ellos. "¿Tan difícil es de entender?", ha preguntado la doncella, antes de que Lope escapara de aquel mal humor.

Más calmada, Vera ha acudido en son de paz al encuentro de Lope. "Siento haberte hablado así antes", ha empezado a decir la chica, a lo que el cocinero ha contestado que no había sido considerada. "Yo solo quiero saber cosas de ti", ha comentado Lope. Vera ha dicho que lo entendía, pero que para eso eran muy distintos, pues los recuerdos de su familia, a diferencia de los de su novio, eran dolorosos.

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"¿No te das cuenta de que todo esto nos está alejando?", ha preguntado Vera, pensando que cada vez era más complicado acercar posturas: "Ninguno de los dos está dispuesto a ceder lo más mínimo". "Estás hablando como si quisieras romper conmigo", ha pensado Lope. Vera ha callado al escuchar aquello, y ha asentido mínimamente con la cabeza cuando él le ha preguntado si así era.

El gesto violento de Ayala

Por último, Ignacio le ha contado a la señora Arcos que Cruz había pretendido echarle de La Promesa por sus acercamientos a Margarita, y creía que Petra había tenido algo que ver. Por suerte para él, Margarita ha salido en su defensa, alegando que ella era propietaria de un cuarto de la finca, y que él era su invitado. "Estás actuando por tu cuenta, Petra", ha culpabilizado el conde, quien ha creído que su antigua amante mentía cuando lo ha negado.

Ayala ha pensado que Petra estaba malmetiendo a Cruz contra él porque estaba celosa. La doncella le ha contestado que la marquesa tenía criterio propio para sacar sus propias conclusiones sin que ella le tuviese que influenciar. "Y tú no te has comportado precisamente como una persona muy discreta", ha ironizado Petra.

"Eres patético, y me alegro de que Feliciano jamás se enterara de que tenía a un pusilánime como tú de padre", ha soltado la doncella, lo que ha provocado el acto reflejo de Ayala de levantar la mano para abofetearla. ¿Agredirá el conde a Petra? ¿De quién está el conde enamorado verdaderamente? ¿Habrá perdido para siempre la confianza de Petra? Si Petra, Martina y Cruz formasen una alianza para garantizar la marcha de Ignacio del palacio, alegando signos de violencia, difícilmente Margarita sería capaz de impedirlo.