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"La televisión ya no tiene esa vocación primera de corte informativo, salvo La Sexta"
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ENTREVISTA A IÑAKI GABILONDO

"La televisión ya no tiene esa vocación primera de corte informativo, salvo La Sexta"

Tras casi 60 años de profesión, el comunicador se despide de la televisión con la pregunta más difícil de su carrera, '¿Qué (diablos) es España?', un nuevo formato para Movistar Plus+

Foto: Iñaki Gabilondo presenta '¿Qué diablos es España?'. (Miguel Moya)
Iñaki Gabilondo presenta '¿Qué diablos es España?'. (Miguel Moya)

Es probable que sea una cuestión sin respuesta, pero, sin lugar a dudas, abrirá debates sustanciales entre un comunicador de la talla de Iñaki Gabilondo y sus invitados. ¿Qué (diablos) es España? ya está disponible en Movistar Plus+. El nuevo programa documental de La Caña Brothers es un diálogo abierto, analítico y sin prejuicios que repasa nuestra historia, pero mirando hacia el futuro. Es el formato con el que el donostiarra se despide del mundo de la televisión, al igual que ya lo hizo de la radio hace poco más de un año.

Tal y como él mismo reconoció en la presentación del espacio, se va por "fatiga natural" (y totalmente obvia) a los 80 años que acaba de cumplir. No obstante, lo quiere hacer sin recrearse en la nostalgia. "No tenemos derecho a trasmitir a las generaciones siguientes nuestra sabiduría convertida en avinagramiento y cinismo. En este documental se habla serenamente sobre España con gente que no representa a nadie", dice Gabilondo. El periodista reflexionará con personajes públicos como el escritor Antonio Muñoz Molina, el cómico David Broncano, la activista Elizabeth Duval o la cineasta Isabel Coixet.

Su conversación pendiente: "Hubiera querido entrevistar a Juan Carlos I"

En nuestra charla con él, Gabilondo se ha pronunciado sin tapujos sobre la fulminación en 2019 de Noticias Cuatro, de las que fue rostro principal desde su nacimiento en 2005 hasta 2010; el papel actual de los espacios informativos en la pequeña pantalla y, por supuesto, el devenir de RTVE, casa de la que también formó parte en una época crucial para nuestro país, la Transición.

placeholder Iñaki Gabilondo en '¿Qué (diablos) es España?'. (Movistar Plus)
Iñaki Gabilondo en '¿Qué (diablos) es España?'. (Movistar Plus)

PREGUNTA. ¿Te quedas con alguna reflexión de las personas con las que has conversado para este programa?

RESPUESTA. José María Ridao dijo que nos contamos muy mal nuestra historia. Cayetana Álvarez de Toledo, que España es una pequeña Europa con todas sus dificultades de estructuración unitaria. Daniel Innenarity hace referencia a todas esas dificultades de corte estructural, de problemas territoriales, que van a poder transformarse a medida que cambien los marcos de referencia. En general, hay una llamada a bajar el pistón y mirar las cosas desde la serenidad.

José Álvarez Junco me explicó que España no será en el futuro como es hoy, ni como lo fue en el pasado. En el documental, presentamos la idea de un país que no tiene una especie de quintaesencia clavada desde la Prehistoria hasta nuestro tiempo, sino que vive en transformación permanente a todos los efectos. Antonio Muñoz Molina recordaba la frase de Jaime Gil de Biedma: "La historia de España es la peor porque siempre acaba mal". Me quedo con ese pataleo de Muñoz Molina contra ese pesimismo determinista, porque no lo acepta.

La palabra España no se puede decir normal. Tienes que estar prevenido para ver si la dices o no, con qué pedrada la disparas. Eso demuestra que es un país que tiene sin aprobar algunas asignaturas básicas. Está en último curso de carrera, pero sin haber aprobado asignaturas de primero.

"Eso demuestra que es un país que tiene sin aprobar algunas asignaturas básicas"

P. Te marchas de la televisión casi como llegaste, preguntando. ¿Consideras que hay alguna pregunta que no hayas hecho en tu carrera profesional?

R. Siempre quedan muchas preguntas por hacer, depende de las personas con las que hubieras querido hablar y no lo has hecho. Hubiera querido tener la oportunidad de entrevistar a Juan Carlos I largo y tendido. Fui testigo de varios años de su vida, en sus viajes. Repasar lo que él significaba y cómo lo veía en aquellos tiempos, y en qué momento se "jodió el Perú". Más que una pregunta, diría que es la conversación pendiente.

El caso de Juan Carlos es curioso. Se convirtió en una pieza clave de la reconciliación y parece que ahora es una pieza clave de la difícil unión nacional. Yo he estado en México cuando abrazó a la viuda de Azaña o en Mauthausen, entregando una corona de flores a los republicanos muertos en el campo de concentración. Estaba simbolizando la gran unidad nacional que fraguaba aquí con la democracia. De repente, se constituyó una corte de gente metida en tinglados económicos rarísimos. Creo que, desde el periodismo, deberíamos haber actuado de otra manera.

P. En 2005, encabezaste el nacimiento de Cuatro, una cadena que tras su absorción dejó de ser lo que era, perdiendo su propia identidad. ¿Cómo valoras el desmantelamiento de sus informativos?

R. Con tristeza, como cuando pasó con CNN+. Es la deriva de un determinado tipo de actividades hacia el mundo del espectáculo o al periodismo más o menos superficial y banal. Esto ha terminado por hacer molesto, innecesario, un coñazo, el periodismo tradicional. Cuando la farmacia, para optimizar sus resultados, introdujo productos no exactamente farmacológicos, a eso se le llamó parafarmarcia. En el periodismo, a lo que ha pasado cuando se han introducido elementos de otro color no se le ha llamado paraperiodismo. Ambas cosas han vivido mezcladas en un fragoroso lío.

P. Aún quedan rostros muy reconocidos en los principales informativos de las cadenas. ¿Qué aportan profesionales como Ana Blanco, Matías Prats o Pedro Piqueras a sus respectivas cadenas y, en general, a la televisión?

R. Son personajes, en cierto sentido, de otros tiempos. No es porque ellos sean de otro tiempo, son de este, pero representan unos medios que no son lo que eran en otros tiempos. La 1 ya no es lo que era, aunque todavía la política se crea que sí y libre peleas monumentales por cinco segundos en el telediario, olvidando la cantidad de canales que hay. Creen que con un segundo en la televisión pública ya pueden ganar elecciones, como cuando los referentes tenían un valor muy distinto al que tienen ahora.

Ana Blanco es el árbol de Gernika instalado en TVE, pero ya no tenía tanto sentido como valor referencial. Matías es un fenómeno singular. Como tiene una personalidad tan simpática, se ha convertido en un personaje encantador al que todo el mundo quiere, pero no exactamente un motor informativo de primer orden. Vicente Vallés quizá sí. Pedro Piqueras, como le quitaron Pasapalabra antes de su informativo, no creo que tarde mucho en dejarlo estar.

Los tres han significado mucho. Piqueras fue bandera de Telecinco, aunque la apuesta informativa de la cadena no ha sido muy aguda; Matías, primero de TVE y luego de Antena 3. Han sido, en cierto sentido, superados por los tiempos. En el caso de TVE, todas las guerras y contraguerras que se suceden unas a otras no han permitido que los Servicios Informativos de RTVE respiren con naturalidad casi nunca. Ahora hacen un telediario magnífico, pero da igual, porque ya están metidos en el centro de un cuadrilátero de pelea de fuerzas políticas. Así no se puede juzgar a nadie, Ana Blanco se ha quedado como otra referencia de lo que el viento se llevó en TVE...

"Piqueras fue bandera, pero la apuesta informativa de Telecinco no ha sido muy aguda"

P. Hablando de TVE, en una entrevista para este medio, una periodista de RTVE decía que la pública no había hecho la Transición, periodo que tú viviste ahí con gran intensidad, y que por eso mantenía estructuras clientelistas que no la dejaban ser independiente. ¿Qué opinión te suscita esta afirmación?

R. La política nunca ha querido que fuese un medio de comunicación como dice que quiere que sea. Hubo un amago con Zapatero, con Fernando Castedo cuando yo estaba allí, pero la pública siempre ha sido vista como un regalo que te tocaba con la victoria electoral. Si ganabas elecciones, ganabas una televisión pública nacional o autonómica y una caja de ahorros. TVE nunca ha tenido la oportunidad, muy pocas veces, de desarrollarse como medio de comunicación con criterios profesionales.

Siempre ha estado sometida, bajo vigilancia de los partidos. Solo dejó de serlo cuando Zapatero le otorgó la libertad condicional, pero las comunidades autónomas no lo han hecho. Ni siquiera en esa época de Zapatero las comunidades del PSOE dieron esa libertad a sus canales regionales. Me resulta casi cómico, porque la batalla por TVE es una disputa por el hecho de que haya un minuto más de determinado partido en los informativos, como si ahí se jugara la batalla de las elecciones, en un mundo de mil millones de señales informativas cruzadas.

placeholder Iñaki Gabilondo e Isabel Coixet en '¿Qué diablos es España?'. (Movistar)
Iñaki Gabilondo e Isabel Coixet en '¿Qué diablos es España?'. (Movistar)

P. Ahora, con el consumo televisivo cayendo en picado y la presencia de tantas plataformas, ¿ves cada vez más cerca el fin de la televisión lineal?

R. Veo muy cerca un cambio profundo en la televisión que hemos conocido, clarísimamente. Es un universo que está llamado a despedida o a transformarse, aunque no sé muy bien cómo. Desde luego, no me lo imagino viviendo mucho más en sus actuales estructuras. Sospecho que estarán, como muchas otras cosas, batidas por los tiempos actuales. Están empezando a observarse las trompetas del nuevo tiempo.

P. ¿La televisión actual sabe escuchar y, por lo tanto, entender a sus espectadores? No me refiero solo a sus gustos de entretenimiento, sino a sus problemas de la calle, del día a día.

R. Salvo algunas excepciones, en general, la tele se ve a sí misma como un medio de evasión, con vocación de obtener grandes audiencias y que busca los elementos más luminosos y brillantes para atraerla. No está planteada como un medio de comunicación tradicional. El Confidencial, por ejemplo, querrá tener todo el éxito, pero en el fondo se mueve por criterios de periodismo de calidad, de contar lo que la gente tiene que saber.

La televisión no se plantea eso. Se plantea un universo en tecnicolor que produzca grandes concentraciones de audiencia y de respuesta publicitaria. También con una atención informativa media, pero sin ser una prioridad en su juego. En el caso de Telecinco, está clarísimo que no. Ya lo dijo Paolo Vasile: 'Yo hago programas para venderle a la gente publicidad'.

"Es la deriva de un determinado tipo de actividades hacia el mundo del espectáculo o al periodismo más o menos superficial"

P. ¿Han perdido entonces los informativos su sentido en la pequeña pantalla?

R. TVE sí tiene la tarea informativa más colocada en un territorio clásico, pero, como casi nunca la dejan, tampoco la ha podido desarrollar. En este momento, Antena 3 es la que ha sabido manejarla con distinto criterio y en distintas cestas. Tiene la cesta de La Sexta y la de Antena 3, de distintos colores, y juegan sus bazas, atendiendo a sus sectores y públicos. Salvo La Sexta, que se ha convertido en un parque temático de informativos, las televisiones ya no tienen esa vocación primera de corte informativo. Cuando les toca hacerlo lo hacen lo mejor posible, pero ese no es su motor.

Es probable que sea una cuestión sin respuesta, pero, sin lugar a dudas, abrirá debates sustanciales entre un comunicador de la talla de Iñaki Gabilondo y sus invitados. ¿Qué (diablos) es España? ya está disponible en Movistar Plus+. El nuevo programa documental de La Caña Brothers es un diálogo abierto, analítico y sin prejuicios que repasa nuestra historia, pero mirando hacia el futuro. Es el formato con el que el donostiarra se despide del mundo de la televisión, al igual que ya lo hizo de la radio hace poco más de un año.

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