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El peligro inesperado para los astronautas que van a la Luna: las bacterias de su ropa interior
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El peligro inesperado para los astronautas que van a la Luna: las bacterias de su ropa interior

La nueva generación de trajes espaciales evitará que el tejido acumule bacterias que pueden ser nocivas para los astronautas, aunque tengan que compartir la ropa interior

Foto: (ESA)
(ESA)

En los próximos viajes a la Luna y Marte, los astronautas tendrán que salir de sus naves y enfrentarse a temperaturas extremas, el polvo abrasivo o la letal radiación espacial. Los trajes espaciales les pueden ayudar a lidiar con estos problemas externos, sin embargo, también hay un peligro inesperado que se encuentra precisamente en el interior del tejido que les protege: las bacterias de su ropa interior.

Foto: Ilustración del un sistema estelar binario. (Warwick University)

Los trajes espaciales que llevan los astronautas de las Estación Espacial Internacional fueron diseñados hace más de 45 años en la época de los transbordadores espaciales. En ese momento cada astronauta tenía su propio traje que vestía cada vez que tenía que abandonar la nave y salir al espacio, pero desde hace años eso ya no es así y toca compartirlos.

La NASA se ha propuesto renovar los trajes espaciales para las próximas misiones a la Luna y Marte. Pero su desarrollo está teniendo complicaciones que se han convertido en uno de los motivos del retraso del viaje que llevará a humanos de vuelta a nuestro satélite por primera vez desde los años 70 y que se esperaba para el año que viene. Sin embargo, ahora tampoco habrá trajes personalizados y uno de los problemas que les quedan por resolver es el de la higiene.

placeholder AxEMU, el prototipo de traje espacial para la misión a la Luna que será de color blanco en el modelo final. (NASA)
AxEMU, el prototipo de traje espacial para la misión a la Luna que será de color blanco en el modelo final. (NASA)

"Mantener limpia su ropa interior: es una tarea bastante fácil en el día a día, gracias al detergente, las lavadoras y las secadoras", explica Malgorzata Holynska, ingeniera de materiales y procesos de la Agencia Espacial Europea (ESA). “Pero en los hábitats de la Luna o más allá, lavar el interior de los trajes espaciales de forma constante puede no ser práctico. Además, lo más probable es que los trajes espaciales se compartan entre distintos astronautas y se almacenen durante largos periodos entre usos, en condiciones potencialmente favorables para los microorganismos. Por eso necesitábamos encontrar soluciones alternativas para evitar el crecimiento microbiano".

Ponerse un traje espacial es un ritual que lleva su tiempo, como explica este artículo publicado en la web de la ESA. Primero se tienen que poner una especie de pañal desechable que se llama Maximum Absorbency Garment, después una prenda térmica (Thermal Comfort Undergarment) y finalmente otra que recuerda a la ropa interior larga que llaman LCVG (Liquid Cooling and Ventilation Garment). El LCVG tiene una serie de tubos por los que pasa el agua fría que hacen que los astronautas no pase calor mientras realizan su extenuante trabajo fuera de la nave.

placeholder El astronauta Alexander Gerst vestido con la ropa interior del traje espacial. (ESA)
El astronauta Alexander Gerst vestido con la ropa interior del traje espacial. (ESA)

El LCVG va pegado a la piel y a los astronautas no les queda otra que compartirlos con los riesgos para la salud que esto supone para ellos. Como explica Holynska: "Los tejidos para vuelos espaciales, especialmente cuando están sujetos a contaminación biológica -por ejemplo, la ropa interior de los trajes espaciales-, pueden plantear riesgos tanto técnicos como médicos durante los vuelos de larga duración”.

Para buscar soluciones, la ESA ha puesto en marcha un programa llamado PExTex (Textiles de Exploración Planetaria) dirigido por la compañía francesa Compagnie Maritime d'Expertises (COMEX) con el fin de evaluar los tejidos adecuados para el diseño de futuros trajes espaciales.

El equipo de PExTex ha estado probando materiales para un traje espacial capaz de resistir al menos 2 500 horas de uso en el espacio. El tejido se ha testado en simuladores especiales para protejer a los astronautas de las descargas eléctricas, cambios de temperatura, el frotamiento con polvo lunar o la exposición a radiación.

placeholder Imagen al microscopio electrónico del nuevo tejido. (OeWF)
Imagen al microscopio electrónico del nuevo tejido. (OeWF)

Pero el PExTex también ha contado con la ayuda del Foro Espacial Austriaco (Österreichisches Weltraum Forum/OeWF) y su "Tecnología avanzada de recubrimiento biocida para la reducción de la actividad microbiana" o BACTeRMA.

Los materiales antimicrobianos que se han utilizado hasta ahora, como la plata o el cobre, pueden provocar irritaciones cutáneas y se empañan con el tiempo. El equipo de BACTeRMA, explica la ESA, ha propuesto un nuevo material con metabolitos secundarios, unos compuestos químicos producidos naturalmente por las bacterias, los hongos o las plantas para protegerse de sus depredadores u otros factores ambientales que tienen propiedades antibióticas.

"Los resultados de PExTex y BACTeRMA sientan las bases para futuros desarrollos en los ámbitos de los tratamientos antimicrobianos y la integración de tecnologías textiles inteligentes”, asegura Gernot Grömer, director de OwEF. “Además, estos proyectos podrían tener implicaciones más amplias para la industria textil, al demostrar la viabilidad y la importancia de desarrollar textiles innovadores con propiedades especializadas".

En los próximos viajes a la Luna y Marte, los astronautas tendrán que salir de sus naves y enfrentarse a temperaturas extremas, el polvo abrasivo o la letal radiación espacial. Los trajes espaciales les pueden ayudar a lidiar con estos problemas externos, sin embargo, también hay un peligro inesperado que se encuentra precisamente en el interior del tejido que les protege: las bacterias de su ropa interior.

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