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Las armas soviéticas que Rusia intenta vender como si fueran de vanguardia
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Tecnología anticuada

Las armas soviéticas que Rusia intenta vender como si fueran de vanguardia

Rusia está intentando vender misiles con tecnología de los años 80 como si fueran armas hipersónicas de nueva generación

Foto: Un avión MIG-31 con un Kinzhal en la panza, tecnología de la antigua Unión Soviética disfrazada de futurismo militar. (EFE)
Un avión MIG-31 con un Kinzhal en la panza, tecnología de la antigua Unión Soviética disfrazada de futurismo militar. (EFE)

Los ‘misiles hipersónicos’ Kinzhal son un engaño. Sí, vuelan a velocidad hipersónica — como los V-2 que Hitler usó contra Inglaterra en los estertores de la Segunda Guerra Mundial — pero no, no son las armas de nueva generación que se llaman hipersónicas hoy en día. Vladimir Putin y su aparato propagandístico lo venden como si lo fueran pero, en realidad, es tecnología de la Unión Soviética disfrazada de arma futurista.

Según el experto en tecnología militar y ex-Marine de los EEUU Alex Hollings, la etiqueta de “hipersónico” no es ni más ni menos que una herramienta de marketing de los rusos. Rusia se está aprovechando del desconocimiento del público para usar el término hipersónico para “transmitir una imagen de un poder militar del siglo XXI” cuando en realidad su ejército se cae a pedazos.

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Operación de marketing

Según Hollings, “Rusia ha optado por dedicar muchos recursos a convertir su aparato de defensa en una máquina de comercialización para la venta de armas y equipos extranjeros”. La razón está en el estancamiento de la economía de la nación por las sanciones internacionales y su bajo nivel de su fuerza de ingenieros, cuyos más brillantes exponentes hace años que se fueron a otros países de Europa o Estados Unidos. Esto, asegura Hollings, “ha limitado gravemente la capacidad de Rusia para modernizar su fuerza militar”.

placeholder Putin durante el evento de presentación de sus seis armas superavanzadas en el centro Manezh Central Exhibition Hall, cerca de el Kremlin, el 1 de marzo de 2021
Putin durante el evento de presentación de sus seis armas superavanzadas en el centro Manezh Central Exhibition Hall, cerca de el Kremlin, el 1 de marzo de 2021

Rusia tiene tanques obsoletos que fallan constantemente, camiones antiguos, misiles que fallan hasta en un 60%, falta de material para sus soldados, y un sinfín de problemas pero, sin embargo, lo que sí tiene es una capacidad aparentemente infinita para vendernos inventos que prometen ser la Estrella de la Muerte pero que terminan siendo menos letales que una maqueta de Lego.

Hollings afirma que Putin anuncia a bombo y platillo sus armas futuristas, “desarrollando nuevas armas y sistemas destinados a atraer mucha atención, en lugar de centrarse en mantener o mejorar sus flotas de equipos existentes”. Una estrategia que busca conseguir el dinero extranjero para poder desarrollar esas armas, algo que, como ya contamos en estas páginas hace tiempo, ya ha intentado con India y su supuesto caza “invisible” o con países árabes y su tanque T-14 Armata.

El timo del Kinzhal

Al final, sin embargo, ninguna de estas armas se materializa más allá del prototipo o la producción muy limitada y nos quedamos con bicocas como el Kinzhal, un arma que es básicamente el antiguo misil balístico soviético Iskander lanzado desde el aire. El Kinzhal es un misil que vuela a velocidad hipersónica, sí, como muchos otros misiles, incluyendo el antes mencionado V-2, el arma inventada por Werner von Braun para los Nazis, que básicamente era hipersónica con una velocidad máxima de 5.760km/h.

placeholder Misil Kinzhal colocado en un MiG-31K. Foto: Sputnik Radio-The Diplomat.
Misil Kinzhal colocado en un MiG-31K. Foto: Sputnik Radio-The Diplomat.

Pero el Kinzhal no cumple con ninguno de los parámetros de los dos tipos de armas hipersónicas de nueva generación: los planeadores hipersónicos y los misiles crucero con motor ‘scramjet’ que pueden cambiar su curso a voluntad. Estas son las armas que son casi imposibles de derribar. Un misil balístico como el Kinzhal puede ser fácilmente interceptado por las defensas aéreas de la OTAN por muy hipersónico que sea.

El desastre de Ucrania

Al final, lo de las armas futuristas y la propaganda rusa es lo que en cañí siempre se ha llamado el ‘timo del tocomocho’. Como cuando en los años 80 los buscones vendían chaquetas de cuero 100% napa en las gasolineras y, al llegar el primo a casa, la caja tenía una chaqueta de polipiel. En la gasolinera, la prenda era de cuero de verdad, una verdadera maravilla. El engañado descubría demasiado tarde que le habían dado el cambiazo al embalarla en la furgoneta.

Lo que le ha pasado a Rusia, sin embargo, es que sus chaquetas de cuero 100% se han demostrado como falsas sobre suelo ucraniano. El afortunadamente lamentable rendimiento de los misiles rusos — incluyendo el Kinzhal — en la guerra de Ucrania es uno de los muchos factores que ha humillado a la supuestamente invencible maquinaria rusa que muchos países — especialmente del tercer mundo pero también otros como India — creían que era infalible.

placeholder El misil hipersónico que le pides a Putin. Lo que te llega por AliExpress.
El misil hipersónico que le pides a Putin. Lo que te llega por AliExpress.

Esa impresión no va a haber propaganda que la quite, por muchos anuncios de misiles hipersónicos y maquetas de aeronaves del futuro que nos quieran vender. En Rusia, el Capitán Ivan Drago de Rocky 4 ha pasado al Roque III de Andrés Pajares.

Los ‘misiles hipersónicos’ Kinzhal son un engaño. Sí, vuelan a velocidad hipersónica — como los V-2 que Hitler usó contra Inglaterra en los estertores de la Segunda Guerra Mundial — pero no, no son las armas de nueva generación que se llaman hipersónicas hoy en día. Vladimir Putin y su aparato propagandístico lo venden como si lo fueran pero, en realidad, es tecnología de la Unión Soviética disfrazada de arma futurista.

Vladimir Putin Misiles Marketing
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