China ensaya ataques contra bases navales de EEUU con armas hipersónicas

China ha realizado nuevos ensayos de ataques a buques de guerra de los Estados Unidos, esta vez utilizando sus nuevos misiles hipersónicos antinavío desarrollados para destruir destructores y portaaviones sin posibilidad de defensa. Lo más grave es que son ejercicios ofensivos para practicar ataques a barcos amarrados a puerto, como pasó en Pearl Harbor en 1941.

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Según un análisis de las fotografías que lo demuestra — publicado por el experto militar H I Sutton en el boletín de noticias del Instituto Naval de los Estados Unidos — “la naturaleza, la ubicación y los ataques en estos sitios sugieren que los objetivos están destinados a probar misiles balísticos. Estos misiles balísticos hipersónicos antibuques [ASBM en sus siglas en inglés] son una amenaza cada vez más significativa para los buques de guerra” de la marina norteamericana.

Qué es lo que muestran las fotos

Las nuevas fotografías fueron tomadas por los satélites de Maxar Technologies sobre el Taklamakán, el gran desierto del pueblo uigur al que el gobierno de Xi Jinping masacra y esclaviza en campos de concentración. La localización de las nuevas pruebas no está lejos de otros tests en los que el ejército chino ha realizado ataques a portaaviones y otros barcos de guerra a escala real simulando una localización en altamar, ejercicios diseñados para prepararse para un potencial conflicto con la armada de los Estados Unidos en el Pacífico.

La gran diferencia en estas nuevas pruebas está en cómo están configuradas: en vez de simular un ataque en altamar, los chinos han construido estos objetivos ‘amarrados’ a reproducciones de puertos de bases navales americanas.

Lo más preocupante es la aparente precisión de estas armas. los DF-21D y DF-26 lanzados desde tierra, así como versiones lanzadas desde bombarderos y cruceros. Anteriormente, afirma Sutton, los misiles crucero antibuque no podrían usarse en ataques contra buques en bases navales. Sus sistemas de vuelo y puntería no son lo suficientemente inteligentes y precisos para ser utilizados en el complejo escenario físico de un puerto.

Sutton afirma que estas fotos demuestran que estos nuevos misiles hipersónicos sí podrían distinguir los buques de manera correcta para “decapitar a la flota antes de que pueda escapar y dispersarse en aguas abiertas”. El autor del artículo apunta al análisis de otro experto de defensa — Damien Symons — que asegura que "el diseño de los objetivos es muy calculado. Las orientaciones, formas y tamaños son coherentes en varios objetivos. No hay nada fortuito en estos sitios".

“Los objetivos parecen estar moldeados colocando láminas de metal en el suelo”, afirma Symons, “un material diferente a los muelles y edificios. Puede reflejar el calor o el radar de manera diferente, esto también podría darnos una indicación de los complejos sistemas y el esfuerzo detrás de estos experimentos".

La pesadilla de EEUU

Que los tests de misiles y el impresionante incremento del número de navíos militares chinos — que ya es la marina de guerra más grande del mundo con 355 barcos y que sigue creciendo — son evidencia clara de que China se está preparando para una potencial guerra en el Pacífico no es noticia.

Después de todo, el Presidente chino lo ha telegrafiado claramente, declarando la anexión de Taiwán como el objetivo principal e ineludible de la política imperialista del país asiático. Después de la invasión ilegal rusa a Ucrania, China no sólo ha mostrado su apoyo a Vladimir Putin con hechos tangibles sino que además ha incrementado sus ejercicios militares en una actitud cada vez más agresiva hacia el país isleño.

Pero este nuevo desarrollo de ensayo de ataques a navíos norteamericanos amarrados en bases de la marina lleva a un escenario mucho más grave y temido desde que las fuerzas japonesas comandadas por el Almirante Yamamoto arrasaran el puerto de Pearl Harbor. Aquel ataque de la aviación naval japonesa fue imparable gracias a un factor sorpresa que hoy en día sería imposible con las mismas armas. Desgraciadamente, las armas futuristas que China ha probado en el desierto vuelven a abrir la posibilidad de un ataque en puerto sin posibilidad de defensa hasta que desarrollen nuevas contramedidas.

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