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Estos españoles tienen una explicación al misterio de los coches eléctricos que arden solos
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COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA

Estos españoles tienen una explicación al misterio de los coches eléctricos que arden solos

El paso del huracán Ian en EEUU ha dejado una consecuencia inesperada que está apareciendo días después: muchos vehículos eléctricos inundados arden espontáneamente. ¿Qué está pasando?

Foto: Un coche eléctrico calcinado. (Reuters/Tennessee Highway Patrol)
Un coche eléctrico calcinado. (Reuters/Tennessee Highway Patrol)
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Los coches eléctricos, que se plantean como parte de la solución ante el calentamiento global, están sucumbiendo ante los desastres naturales que se ven acentuados, precisamente, por el cambio climático. Podría parecer una paradoja, un chiste o simplemente una anécdota intrascendente, pero Florida (EEUU) sufrió a principios de este mes uno de los peores huracanes de su historia, bautizado como Ian, y días más tarde un efecto completamente inesperado: muchos vehículos que quedaron sumergidos como consecuencia de las súbitas subidas del nivel del mar han sufrido fuegos espontáneos. Los bomberos han atendido decenas de emergencias de este tipo por toda la zona costera.

Los servicios de emergencia han explicado que los siniestros se han producido incluso con pequeñas inundaciones parciales de 30 o 40 centímetros, suficiente para que las baterías se vieran afectadas. A medida que han ido pasando los días y que los coches se han ido secando, la corrosión ha hecho su efecto, provocando que comenzasen a arder por sí solos, sin ningún tipo de intervención exterior. De hecho, los bomberos han pedido a los dueños de este tipo de vehículos que los saquen de los garajes y los retiren de los establecimientos públicos para evitar que los fuegos causen males mayores en viviendas y establecimientos. ¿Es este el futuro que nos espera? ¿Podría ocurrir en España, aunque no suframos huracanes tropicales, en las zonas que se inundan por lluvias torrenciales?

Foto: Investigadores de la UPV. (UPV)

Aunque lo ocurrido en Florida sea muy excepcional, lo cierto es que los incendios espontáneos en vehículos eléctricos no son imposibles. Un grupo de investigación del Instituto CMT Motores Térmicos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) estudia a fondo este problema. “En 2019 realicé una revisión bibliográfica, encontré un centenar de casos y el 60% se produjeron por combustión espontánea. Es decir, que el vehículo se encontraba completamente parado y el usuario no había hecho absolutamente nada”, explica a Teknautas Antonio García, líder de este equipo. “Si dejas un motor térmico parado en la calle durante siglos no se va a incendiar a no ser que haya alguna acción externa, mientras que en un vehículo eléctrico la batería de iones de litio es una carga química que por sí sola puede generar un proceso de combustión”, advierte.

En su opinión, los vehículos eléctricos son seguros, pero es necesario ser conscientes de que en determinadas situaciones la química de la pila nos puede dar un susto. Todo depende de su deterioro, que puede ocurrir por el paso del tiempo, pero también por alguna circunstancia extraordinaria, quizá tan inimaginable como una inundación provocada por un huracán tropical. “Nadie tiene por qué tener miedo, pero es algo que puede suceder. La gente debe entender este problema mientras los que nos dedicamos a esto intentamos resolverlo”, comenta.

Pero, ¿qué explicación técnica tienen los incendios de coches eléctricos de Florida que han estado en contacto con el agua salada? El litio es un metal alcalino y, por lo tanto, en cuanto toca el agua tiene una reacción altamente exotérmica (libera energía) que eventualmente puede generar un proceso de combustión en el que están implicados gases como el hidrógeno inflamable, según explica el experto. En este caso concreto, “el agua salada tiene un poder de corrosión más grande sobre muchas partes de la batería. De alguna manera, entra en contacto directamente con el litio, quizá porque se ha roto alguno de los materiales plásticos o porque se han visto afectados otros elementos que rodean la pila”, comenta.

placeholder Coche en una fuerte tormenta. (EFE)
Coche en una fuerte tormenta. (EFE)

Otra posibilidad es que se haya producido un cortocircuito, justo lo que analiza su grupo de investigación en los laboratorios del Instituto CMT Motores Térmicos de la UPV. Esta segunda opción, que los investigadores han explicado recientemente en un artículo científico publicado en la revista científica 'International Journal of Heat and Mass Transfer' describiéndola como 'fuga térmica', se produce una degradación del cátodo, el ánodo y el propio electrolito. “La separación entre la parte positiva y la negativa de la batería desaparece, se produce el cortocircuito y, a partir de ahí, tienes un proceso de combustión y la generación de gases inflamables”, explica. En estas circunstancias, el incendio es muy difícil de apagar, tal y como está ocurriendo con los coches de Florida.

Con respecto a lo que ha sucedido tras el paso del huracán Ian, queda una importante duda: ¿el hecho de que haya sido agua del mar es determinante? “El nivel de corrosión con respecto a componentes electrónicos es mayor con agua salada, esto facilita que suceda el proceso”, reconoce García, “pero el simple hecho de que el coche esté sumergido ya implica que puede ocurrir algo así”, asegura. “No creo que el problema esté en que el agua sea salada o dulce, el litio siempre va a reaccionar con este líquido y, estando sumergido, es más probable que se produzca un cortocircuito”, añade.

En ese sentido, no es descabellado pensar que, en un futuro repleto de coches eléctricos, estos casos puedan ser también habituales en España, sobre todo en los lugares que suelen sufrir lluvias torrenciales. De hecho, a medida que avanza el cambio climático, cada vez son más habituales las inundaciones catastróficas en diversas localizaciones, sobre todo en el este de la península ibérica y en Baleares, que nos dejan imágenes de coches atrapados e incluso arrastrados por las aguas.

placeholder Investigadores de la UPV. (Cedida)
Investigadores de la UPV. (Cedida)

Buscando soluciones en Valencia

García y su equipo se dedican a analizar procesos de combustión incontrolada en baterías de iones de litio, que son las más utilizadas en los vehículos y que aún no se pueden considerar totalmente seguras. En teoría, la 'fuga térmica' que estudian sucede cuando la pila tiene una determinada edad y un determinado uso, pero el mismo problema “puede suceder directamente por el choque accidental de dos coches al día siguiente de comprarlo”, así que no va a ser un problema exclusivo de automóviles eléctricos deteriorados con los años.

“La inmersión en agua es un caso más, pero es una casuística muy particular, a nosotros nos interesa mucho más comprender los mecanismos de degradación de base, los que no son accidentales, porque al final van a ser el 98% de los casos”, afirma el investigador de la UPV. “El número de vehículos eléctricos que hay en el mercado, aunque está creciendo, aún es marginal, pero a medida que haya más, si la tecnología sigue siendo la de iones de litio, es evidente que el problema se va a manifestar”, señala.

Foto: El Mercedes-Benz EQS homologa un alcance muy superior al real en Europa. (Mercedes-Benz)

Por eso, su trabajo consiste en intentar entender los procesos básicos para perfeccionar la seguridad de los coches eléctricos. “Buscamos mecanismos de control activo sobre diferentes elementos que evitarían esa degradación”, explica García. La idea es que estos avances se puedan implementar en las unidades de control de los vehículos eléctricos para que, “en el caso de que vaya a surgir, la combustión espontánea se mitigue con los sistemas de refrigeración del vehículo o a través de otras vías”.

El laboratorio de electroquímica en el que desarrollan proyectos nacionales y europeos es pionero a nivel mundial. “Somos capaces de caracterizar una batería de ion litio y contamos con facilidades como una cámara climática recién adquirida, de 12 metros cúbicos, en la que podemos someterla a diferentes ciclos de bajas y altas temperaturas”, explica. A partir de los datos que obtienen, trabajan con modelados y herramientas de simulación 3D espaciales y temporales. Toda esta labor de investigación influirá en los modelos de baterías que saldrán al mercado en los próximos años y, con suerte, solucionarán problemas y despejarán el camino del coche eléctrico.

Los coches eléctricos, que se plantean como parte de la solución ante el calentamiento global, están sucumbiendo ante los desastres naturales que se ven acentuados, precisamente, por el cambio climático. Podría parecer una paradoja, un chiste o simplemente una anécdota intrascendente, pero Florida (EEUU) sufrió a principios de este mes uno de los peores huracanes de su historia, bautizado como Ian, y días más tarde un efecto completamente inesperado: muchos vehículos que quedaron sumergidos como consecuencia de las súbitas subidas del nivel del mar han sufrido fuegos espontáneos. Los bomberos han atendido decenas de emergencias de este tipo por toda la zona costera.

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