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¿Delta, isla baja o fajana? Este es el territorio que ha creado la lava del volcán en La Palma
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una ampliación de la isla

¿Delta, isla baja o fajana? Este es el territorio que ha creado la lava del volcán en La Palma

La ampliación de la isla que ha provocado la lava al llegar al mar es un territorio que será propiedad del Estado y que, hasta la fecha, alcanza los 500 metros de ancho y los 50 de altura

Foto: El delta formado por la colada de lava en La Palma (EFE)
El delta formado por la colada de lava en La Palma (EFE)

Todos los ojos miraban, desde España y fuera de las fronteras del país, a cómo avanzaba la lava tras la erupción del volcán de La Palma en su camino hacia el mar. Aunque en un primer instante los expertos desplazados en la llamada zona de exclusión, el perímetro más cercano a las bocas eruptivas del Cumbre Vieja y por el que discurre el magma —según el 112 de Canarias, esta zona abarca un radio de 2,5 kilómetros con respecto al centro de emisión por la presencia de gases y el impacto de piroclastos, así como dos kilómetros de costa por el contacto de la lava con el mar—, estimaron que los ríos de lava llegarían con una mayor rapidez a la costa de La Palma, no fue hasta la madrugada de este miércoles, 29 de septiembre, cuando ocurrió lo inevitable, ya que el camino que ha recorrido la lava en los anteriores siete episodios eruptivos del territorio insular ha culminado en el mismo punto: el océano Atlántico.

Tras entrar en contacto con el agua, la lava ha ido formando lo que en un primer momento se describió como una "pirámide" y que ahora se está definiendo con el término de delta lávico, isla baja o fajana, un territorio que modificará, hasta que la erupción finalice, la superficie de la isla y con el que se ha quitado terreno al mar. Tal y como apunta la Guardia Civil desde su perfil en redes sociales, "un caudal continuo" está formando el delta, por lo que hasta la fecha se trata de un terreno de unos 500 metros de ancho, con una altitud de 50 metros, que ha surgido entre una columna de vapor de agua y gases, y que además ha provocado que el color del océano cambie en la zona costera por el material volcánico. A fecha de 30 de septiembre, la lava de la erupción volcánica ha cubierto unas 400 hectáreas de la isla, incluido este nuevo territorio que será propiedad del Estado.

De acuerdo con lo que explican desde la cátedra universitaria de Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna, situada en Tenerife, tras caer la lava al mar por las inmediaciones de la playa de Los Guirres, saltando desde un acantilado de unos 100 metros, se ha creado un delta lávico o isla baja a través de un proceso natural que, lejos de erosionar el relieve de la isla, ha construido uno nuevo. Se trata de "una plataforma costera volcánica" que se produce cuando una corriente lávica se adentra en el mar y modifica el perfil litoral previo de un territorio. "Adosados al pie de un frente marino acantilado, su aparición implica la formación de una nueva línea de costa", quedando la inicial fuera de la erosión directa de los procesos marinos.

El largo actual del delta es de unos 290 metros, en sintonía con la cifra que recalcan desde la Universidad de La Laguna, pero su superficie final dependerá obviamente de la cantidad de magma que siga expulsando el volcán de La Palma en las próximas jornadas y de si esos ríos llegan a la misma zona costera y rellenan aún más el delta. Otro término que se utiliza para definir a este tipo de formaciones es el de 'fajana', que es un "canarismo", de acuerdo con lo que se explica en una recopilación de topónimos de las islas Canarias que tiene recogida la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) tras una investigación que realizaron los autores Maximiniano Trapero y Eladio Santana Martel. Se trata de una palabra que "solo pervive en la toponimia de la isla de La Palma" al haberse dejado de usar en el habla común y que describe a "un terreno en declive al pie de laderas y escarpes formado por los materiales desprendidos de las alturas que lo dominan".

La tecnología radar del proyecto satelital comercial Capella Space, fundado en 2016 con el objetivo de poder alcanzar un mayor conocimiento del planeta "con nuevas y poderosas formas de trabajo", en sintonía con lo que expresan en su sitio web, ha captado en imágenes satelitales el delta lávico de la isla de La Palma mostrando no solo el alcance de su superficie, sino trazando también el camino del río de lava más fluido con el que la corriente lávica ha desembocado en el océano. Además de las imágenes captadas por Capella Space, desde el mapa comparativo que ha desarrollado el Cabildo de La Palma, con imágenes de dron, para tener presente el antes y el después de la superficie afectada por la erupción se puede ver asimismo desde una perspectiva satelital el nuevo terreno generado tras la erupción.

La lava generará vida marina

Al margen de los daños que está causando la erupción por la destrucción que genera en La Palma el discurrir de las coladas lávicas y que ha forzado a más de 6.000 residentes en la isla a desplazarse a refugios, el que el magma haya llegado al mar puede ser una buena noticia para la vida del fondo marino de esa zona. José Carlos Hernández, profesor de Biología marina de la Universidad de La Laguna, señala en declaraciones recogidas por la Agencia Efe que la lava está cayendo en una zona donde la vida marina es "bastante pobre" y que, a la larga, generará riqueza biológica. La diversidad de organismos es baja en esos fondos arenosos cercanos a la playa de Los Guirres, en el municipio de Tazacorte.

Hernández destaca que, desde el punto de vista científico y una vez que la lava se enfríe en el agua del mar, el magma generará un nuevo arrecife rocoso. En él se pueden crear zonas intermareales, que son de aguas muy someras y en las que puede haber muchos recursos como lapas, burgados o pulpos y, más adentro del agua, un nuevo suelo suplantará el arenoso que había hasta ahora. De ese modo se creará riqueza marina, pero se necesitará que pase tiempo hasta que la lava se enfríe y se colonice la zona de organismos.

Todos los ojos miraban, desde España y fuera de las fronteras del país, a cómo avanzaba la lava tras la erupción del volcán de La Palma en su camino hacia el mar. Aunque en un primer instante los expertos desplazados en la llamada zona de exclusión, el perímetro más cercano a las bocas eruptivas del Cumbre Vieja y por el que discurre el magma —según el 112 de Canarias, esta zona abarca un radio de 2,5 kilómetros con respecto al centro de emisión por la presencia de gases y el impacto de piroclastos, así como dos kilómetros de costa por el contacto de la lava con el mar—, estimaron que los ríos de lava llegarían con una mayor rapidez a la costa de La Palma, no fue hasta la madrugada de este miércoles, 29 de septiembre, cuando ocurrió lo inevitable, ya que el camino que ha recorrido la lava en los anteriores siete episodios eruptivos del territorio insular ha culminado en el mismo punto: el océano Atlántico.

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