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La lucha contra el covid 'mata' la gripe en el hemisferio sur. ¿Puede ocurrir en España?
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ANTICIPO EN LA OTRA PUNTA DEL MUNDO

La lucha contra el covid 'mata' la gripe en el hemisferio sur. ¿Puede ocurrir en España?

Ampliar la cobertura de la vacuna de la gripe puede ser una medida prudente, pero añade un esfuerzo más para una Atención Primaria ya desbordada y sin recursos

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Desde hace meses el calendario inquieta a responsables de hospitales, epidemiólogos y especialistas en salud pública cuando piensan en la recta final del año. No es solo por la posibilidad de que haya una segunda gran ola de covid, sino porque coincidiría con la temporada alta de gripe. Una combinación de las dos infecciones podría abocar a la atención sanitaria a un nuevo colapso. Por eso, el mensaje estaba claro: hay que prepararse, vacunar de la gripe cuanto antes y de forma masiva.

Además esta vez tenemos un espejo donde mirarnos. Los países del hemisferio sur están finalizando el invierno y, por lo tanto, han convivido estos meses con las dos epidemias. Al menos en teoría, porque en la práctica el virus de la gripe apenas ha hecho acto de presencia este año ni en Australia ni en Sudáfrica ni en Argentina. ¿Qué ha pasado? ¿Sucederá lo mismo en España?

Foto: Una boda en Uruguay, hace unos meses. (Reuters)

Sería un cambio inédito porque la gripe, aunque estamos más acostumbrados a convivir con ella, también causa estragos. En la temporada 2018-2019 –los datos más recientes disponibles– se registraron 35.300 hospitalizaciones por esta causa, según los datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España. Unos 2.500 pacientes fueron ingresados en la UCI y se registraron 6.300 defunciones. A estas cifras habría que sumar otros 490.000 casos leves estimados en Atención Primaria.

Evitar el doble riesgo

Para evitar el doble efecto de la gripe y el covid, la buena noticia es que en el caso de la primera sí que hay vacuna y que la maquinaria para administrarla a la población de riesgo está perfectamente engrasada porque la campaña se repite año tras año en pleno otoño. De hecho, el Centro Nacional de Epidemiología calcula que la vacuna antigripal en mayores de 65 años pudo prevenir un 11% de hospitalizaciones, un 40% de las admisiones en UCI y hasta un 38% de muertes, según los datos de hace dos años.

La semana pasada, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), integrado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, acordó adelantar la vacunación contra la gripe en toda España a comienzos de octubre. Generalmente, la campaña comienza a finales de ese mes o ya entrado noviembre. El objetivo es alcanzar una cobertura del 75% entre el personal sanitario y en mayores de 65 años (con especial hincapié en las personas que viven en residencias), y que llegue al menos al 60% en mujeres embarazadas y otros colectivos de riesgo.

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Foto: EFE.

Sin embargo, lograrlo sería todo un éxito, porque el punto de partida está muy lejos de esas cifras. Los datos del Ministerio indican que solo el 54,3% de los mayores de 65 años se vacunó de la gripe en la campaña 2018-2019. En el caso de las embarazadas se queda en el 40,6%, pero de estos colectivos el que menos tasa de vacunación alcanza es el del personal sanitario, que se queda en el 35%. Generalmente, la cifra total de personas vacunadas pertenecientes a estos colectivos no llega a los seis millones, así que el ministerio anunció una compra adicional de otros cinco millones de vacunas para este año.

Objetivo difícil de alcanzar

Aunque el objetivo que se marcan el Ministerio y las comunidades entraría dentro de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos creen que va a ser muy difícil de alcanzar. Las cifras de vacunación en España “son similares e incluso superiores a las de la mayoría de los países de nuestro entorno, aunque más bajas que en el Reino Unido, pero aún así es una asignatura pendiente de la política sanitaria en este país”, afirma en declaraciones a Teknautas el epidemiólogo Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV). Según explica, “vacunamos muy bien a los niños, pero a medida que aumenta la edad de las personas, disminuye la cobertura”. En su opinión, ni los ciudadanos ni los sanitarios asumen que el calendario vacunal también incluye a los adultos, pero este año la pandemia de covid debería hacer cambiar el chip.

Reducir estrés hospitalario y evita la confusión de síntomas, argumentos a favor de la vacunación

En principio, los argumentos a favor de una mayor vacunación son poderosos. No sólo por la posibilidad de que los hospitales vuelvan a colapsar sumando los casos de gripe y de coronavirus, sino también porque la coincidencia en los síntomas puede hacer aún más difícil el trabajo de los médicos. Además, no se sabe qué puede ocurrir si una misma persona se infecta a la vez con los dos virus.

Los datos del hemisferio sur

No obstante, también hay un argumento que parece desalentar la vacunación, aunque solo en apariencia: en estos últimos meses la gripe casi ha desaparecido del mapa en los países que deberían haber sufrido su pico estacional. Australia no ha registrado ni una sola muerte por esta enfermedad desde junio hasta ahora, en los meses del invierno austral, que son los de mayor incidencia. Mientras que en 2019 la cifra de fallecidos a mitad de agosto se aproximaba a los 500, en todo 2020 solo se contabilizan 36. La cifra total de casos también ha disminuido radicalmente, en algunos estados australianos hasta más de un 90%.

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Foto: EFE.

La revista ‘Science’ explicaba hace unos días que los investigadores del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD) de Sudáfrica se propusieron realizar un estudio sobre la coexistencia del covid y la gripe. Su objetivo era averiguar qué sucede si una persona contrae las dos enfermedades a la vez o si infectarse de una de ella influye sobre el riesgo de contraer la otra. Sin embargo, no han podido contestar a esas preguntas. El motivo es que desde el pasado mes de marzo han documentado un solo caso de gripe, cuando este centro registraba de media 700 en el mismo periodo en años anteriores. Los científicos admiten que es probable que el sistema de vigilancia, con muchos centros de salud cerrados por la pandemia, no haya sido muy eficiente, pero consideran imposible que se les hayan escapado tantos casos como para pensar que la enfermedad haya tenido una incidencia ni siquiera remotamente parecida a la de cualquier otro año.

En la inmensa mayoría de los casos el diagnóstico de la gripe se realiza a partir de los síntomas clínicos, pero a efectos de vigilancia epidemiológica los científicos de cada país analizan los subtipos del virus que están en circulación y comparten esta información en FluNet, una herramienta de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, este año, los gráficos de otros países del sur, como Argentina y Chile, están casi vacíos.

Sin la nutrida red de contactos habituales, la gripe se reduce y los casos se minimizan

A algunos investigadores no les pilla de sorpresa. En la Universidad de Santiago de Compostela, el físico Jorge Mira Pérez dirige el proyecto Predico (Predicción Dinámica de Escenarios de Afectación por covid-19 a Corto y Medio Plazo). Aunque su objetivo es analizar la evolución del coronavirus, entrenó el modelo con datos de la gripe de otras temporadas. Por eso anticipó ya hace meses que la nueva red social fruto de las medidas anticovid podría acabar con la transmisión de la gripe.

El número reproductivo básico (R0) en el mundo occidental esta enfermedad es de 1,3 (es decir, cada enfermo contagia a su vez a 1,3 personas), pero “estamos en una nueva sociedad donde la gente va con mascarilla y no se da besos ni la mano”, asegura. Aunque solo cumpla las normas parte de la gente, el R0 cae por debajo de 1 y esto supone que la infección tiende a decrecer. La gripe no desaparece ni siquiera en verano, permanece latente hasta el invierno, pero sin nuestra nutrida red de contactos habitual, el virus no se transmite y el número de casos se minimiza.

Por qué mantener el plan de vacunación

Así que parece evidente que en el hemisferio sur esa menor incidencia “es fruto del control del covid a través del uso de la mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento social”, coincide García Rojas. Sin embargo, cree que esos datos no se pueden extrapolar a España alegremente. “Seguramente las medidas sanitarias tendrán un cierto impacto, pero no podemos afirmar con rotundidad que el comportamiento de la gripe va a ser aquí igual que en Australia”, advierte. En su opinión, si el SARS-CoV-2 ha seguido circulando a pesar de las restricciones hasta el número de casos que tenemos en la actualidad, totalmente disparado, la gripe también podría hacerlo. Por eso, hay que hacer uso de “una herramienta importantísima, que es la vacuna” y realizar el esfuerzo por mejorar las coberturas.

El experto de la Universidad de Santiago de Compostela también cree que hay que ser prudentes. “No podemos malinterpretar los datos y pensar que no va a haber gripe y que, por lo tanto, no tenemos que vacunarnos. Cuando decimos que el R0 de la gripe es de 1,3 ahí se incluye también el efecto de la vacunación. Si de repente no nos vacunamos, tendremos el problema otra vez. Además, no me gustaría averiguar en mis carnes qué sucede si tienes gripe y coronavirus a la vez, hay que vacunarse”, advierte.

placeholder Acceso al 12 de Octubre, hospital madrileño. (EFE)
Acceso al 12 de Octubre, hospital madrileño. (EFE)

Sin embargo, no todos los expertos coinciden al 100% con la planificación que se ha diseñado. Según el presidente de la AEV, anticipar la campaña de vacunación puede ser un error. “Entiendo que se quiere adelantar para evitar la posible coexistencia de los dos virus, pero la vacuna de la gripe es más potente cuanto más se aproxima al pico epidémico. Lo importante es ampliar la cobertura, no adelantarla”, destaca. Además, cree que esta medida puede complicar el trabajo de algunas comunidades autónomas desde el punto de vista logístico.

Otra carga para Atención Primaria

Sin embargo, el gran escollo es a la hora de aplicarla. Las campañas de vacunación suponen más trabajo para los profesionales de los centros de salud, pero precisamente la pandemia no les ha dejado en la mejor situación posible y ahora se pretende que de aquí a menos de un mes comiencen a asumir millones de vacunaciones más que en años anteriores.

Fernando Simón, sobre las posibilidades de una vacuna.

De hecho, en las últimas semanas se multiplican las voces que alertan de que la Atención Primaria se encuentra desbordada, siendo la primera línea frente al covid y teniendo que asumir nuevas atribuciones, como el rastreo de casos. “Es la pieza clave en la estructura del sistema sanitario, el elemento sobre el que debe pivotar la atención a la pandemia, pero hay que dotarla de recursos y potenciarla, porque parte de una situación muy precaria por la política de recortes que sufrió a partir de la crisis de 2008”, alerta García Rojas.

“Tanto la Atención Primaria en sí misma como los rastreadores se tenían que haber reforzado”, opina, pero la llegada de la gripe es otro elemento más que puede hacer que colapse. “No dejan de sumarle tareas, pero no recursos”, lamenta. Sobre todo en algunas comunidades: “Tenemos casi más rastreadores aquí en Canarias que en Madrid”, señala el experto, que también es jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública de las islas.

Desde hace meses el calendario inquieta a responsables de hospitales, epidemiólogos y especialistas en salud pública cuando piensan en la recta final del año. No es solo por la posibilidad de que haya una segunda gran ola de covid, sino porque coincidiría con la temporada alta de gripe. Una combinación de las dos infecciones podría abocar a la atención sanitaria a un nuevo colapso. Por eso, el mensaje estaba claro: hay que prepararse, vacunar de la gripe cuanto antes y de forma masiva.

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