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Los bebés construyen la memoria episódica cuando duermen
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DEMOSTRADO POR PRIMERA VEZ

Los bebés construyen la memoria episódica cuando duermen

Los investigadores midieron la actividad cerebral de niños de 14 a 17 meses y comprobaron su diferente respuesta en función de si habían dormido o no

Foto: Imagen de un bebé durmiendo - Archivo. (Unsplash)
Imagen de un bebé durmiendo - Archivo. (Unsplash)

Científicos alemanes han demostrado, por primera vez, que los bebés, al igual que los adultos, también construyen su memoria episódica cuando duermen la siesta, lo que les permite recordar los detalles de sus experiencias individuales tras ella.

El cerebro está permanentemente expuesto a nuevas impresiones. Incluso cuando duerme, no descansa y procesa las experiencias recientes. En la primera infancia, se ha pensado que el sueño promueve principalmente la memoria semántica. Esto incluye el conocimiento general como el significado de las palabras. Sin embargo, investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas de Leipzig y de la Universidad Humboldt de Berlín, ambos en Alemania, han demostrado que los bebés también construyen su memoria episódica cuando duermen la siesta.

Foto:  Un bebé prematuro descansa en una incubadora. Foto: EFE Attila Balazs

Durante mucho tiempo se ha pensado que la memoria episódica, que nos permite recordar momentos por su contexto de forma individual, no se desarrollaba durante esta primera infancia. Los científicos examinaron esta relación usando un estudio de tres fases. Durante la fase de aprendizaje, a los niños de 14 a 17 meses se les mostraron imágenes de objetos cuyos nombres ya conocían, que contenían diferentes coches, pelotas o perros. Luego escucharon el nombre apropiado para cada imagen. Un grupo de los niños pasó las siguientes una o dos horas durmiendo, mientras que un segundo grupo permaneció despierto.

Respuestas diferentes

En la siguiente fase de la prueba, los investigadores volvieron a mostrar a los participantes diferentes imágenes, incluyendo las que ya habían visto en la fase de aprendizaje, así como nuevos coches, pelotas y perros. Cada objeto fue nombrado una vez correctamente y otra incorrectamente. Durante todas las fases del experimento, los investigadores registraron la actividad cerebral de los bebés usando electroencefalogramas. Los datos de actividad registrados por los electroencefalogramas demostraron que el cerebro de los niños que habían dormido respondió de manera diferente en la prueba de memoria que el de los que permanecieron despiertos.

"El sueño permite al cerebro infantil preservar las experiencias individuales en detalle y diferenciarlas del conocimiento general existente"

Si los investigadores mostraban a los bebés una pelota que nunca habían visto antes y la llamaban “coche”, las respuestas del cerebro inicialmente no eran diferentes. En ambos grupos apareció el llamado componente N400, que se produce cuando el cerebro procesa significados inapropiados. Los niños obviamente sabían que una pelota no era un coche. Sin embargo, fue diferente cuando los bebés vieron una pelota de la fase de aprendizaje y fue llamada “coche”.

El grupo que se había mantenido despierto volvió a mostrar el componente N400, mientras que el grupo que había dormido no lo hizo. En los niños que habían dormido una siesta, los investigadores observaron una respuesta cerebral que se desencadenó cuando una pelota de la fase de aprendizaje volvió a ser nombrada correctamente como tal. Sin embargo, esta respuesta no se produjo cuando una nueva pelota fue nombrada como tal.

Los investigadores concluyeron que, después de dormir, los bebés ya no entendían los pares objeto-palabra que habían experimentado anteriormente como el nombre de un significado. Más bien, los reconocieron como episodios individuales. El objeto y la palabra se fusionaron así en un evento unificado en la memoria. La siesta ayudó a que el cerebro procesara las experiencias vividas no solo desde un punto de vista semántico, sino vivencial. De este modo, un objeto y una palabra dejaron de ser entes separados para convertirse en un único elemento fácilmente reconocible.

Amnesia infantil

"Los resultados muestran que el sueño no sólo permite al cerebro infantil generalizar las experiencias individuales, sino también preservar las experiencias individuales en detalle y diferenciarlas del conocimiento general existente", explica a Neuroscience News la primera autora Manuela Friedrich, investigadora del Instituto Max Planck. "El hecho de que un episodio de palabra-objeto reconocido no se entienda como referido al conocimiento general significa que sus detalles pueden ser protegidos para que no se mezclen con la memoria existente".

Los resultados también son interesantes con respecto a la llamada amnesia infantil, es decir, el fenómeno de no poder recordar las propias experiencias de la primera infancia. A menudo se ha asumido que los niños muy pequeños no son todavía capaces de formar un conocimiento episódico a largo plazo. Sin embargo, los hallazgos actuales muestran claramente que incluso los bebés pueden recordar los eventos en detalle y usarlos para diferenciarlo de otros en un futuro… y el sueño contribuye significativamente a ello.

Científicos alemanes han demostrado, por primera vez, que los bebés, al igual que los adultos, también construyen su memoria episódica cuando duermen la siesta, lo que les permite recordar los detalles de sus experiencias individuales tras ella.

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