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Este gigante de los chips está a punto de marcar el futuro de las tecnológicas en 2024
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ADIÓS RONDAS, HOLA BOLSA

Este gigante de los chips está a punto de marcar el futuro de las tecnológicas en 2024

El grifo de las inversiones lleva cerrado desde finales de 2021, algo que ha hecho que se resientan las finanzas de 'startups' y tecnológicas. Ahora, su plan pasa por salir a bolsa para captar dinero

Foto: El consejero delegado de ARM, Rene Haas. (EFE/EPA/Ritchie B. Tongo)
El consejero delegado de ARM, Rene Haas. (EFE/EPA/Ritchie B. Tongo)

ARM quiere exprimir aún más el boom de la inteligencia artificial. Esta firma es la encargada del diseño de la arquitectura de los chips, algo que le deja como un eslabón crucial para el desarrollo de la IA, necesitada de una capacidad de computación cada vez mayor. El gigante japonés Softbank es su propietario y, una vez que los reguladores frenaron la venta de esta firma a Nvidia, todos los ojos se pusieron sobre una opción: la salida a bolsa. Sin embargo, es un asunto que lleva coleando desde hace año y medio, pero este lunes ya han presentado formalmente su petición para entrar en el Nasdaq, el índice que aúna los valores tecnológicos.

El plan de ARM pasa por alcanzar una valoración de entre 60.000 y 70.000 millones de dólares, lo que la convertiría en una de las operaciones más cuantiosas de la historia de esta industria. Lo curioso es que ya estuvo en bolsa durante 18 años, hasta que precisamente Softbank la compró por 32.000 millones de dólares en 2016. El impulso que puede tener ahora, en pleno auge de la inteligencia artificial, es evidente. Basta con recordar lo que pasó con Nvidia el pasado mayo, cuando disparó su cotización un 25% tras anunciar resultados y unas previsiones de ingresos mejores de lo esperado.

Foto: Foto: Marina García Ortega.

Sea como sea, su movimiento dista de ser algo aislado, pero sí que tiene mucho de avanzadilla. De hecho, si la operación se culmina con éxito, no serán pocos los que irán detrás. En las últimas semanas, los rumores y anuncios sobre las posibles salidas a bolsa de startups y empresas tecnológicas han ido resonando con mayor fuerza. La razón es clara: es la salida que han encontrado como alternativa al corte de grifo por parte de los inversores.

"Con la subida de tipos de interés, se ha producido un encarecimiento de la financiación privada. Es una de las principales razones que explica la tendencia reciente hacia los mercados financieros cotizados", explica Fernando Castelló Sirvent, doctor en Economía y profesor de ESIC, que lo ve como una "consecuencia lógica" a la situación macroeconómica. "Cuando hay tasas de interés bajas, el dinero busca el retorno de las inversiones. Cuando aumentan, están encantados de optar por opciones más seguras", remacha Joe Haslam, director del programa de scaleup de IE University.

Una de las tecnológicas que más especulaciones ha levantado es Stripe, dedicada a los pagos online, aunque cada vez parece menos probable, ya que consiguió levantar 6.500 millones el pasado marzo. Sin embargo, hay un dato que es todo un reflejo de lo que está pasando: pese a conseguir todo ese capital, su valoración ha sido de 50.000 millones, la mitad de lo que alcanzó en su pico. "El múltiplo de valoración se ha reducido mucho y, aunque hayas duplicado facturación y conseguido más inversiones, la siguiente ronda se diluye más", explica Miguel Arias, de K-Fund. "Es un signo de los tiempos y no es ideal, pero no mata la compañía, porque peor es no levantar dinero y quedarte sin caja".

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Foto: Reuters/Andrew Kelly.

En cambio, otros solo están esperando qué tal le va a quienes se animen a dar el primer paso. Es el caso de Cohesity, una startup de gestión de datos en la nube valorada en 3.700 millones de dólares, que tenía previsto salir a bolsa, pero pospuso sus planes. "Diría que seguimos estando en un estado de preparación. A medida que el mercado se abra, elegiremos el momento adecuado, ya sea en otoño o el próximo año", reconocía hace unos días Sanjay Poonen, director ejecutivo de Cohesity, en declaraciones a Business Insider.

Entre los nombres que sí están planeando una solución de este tipo, hay firmas de todo tipo. Uno de los más sonados es Instacart, dedicada a la entrega a domicilio de compras de comestibles. Si bien no ha aterrizado aún en Europa, se trata de un gigante al otro lado del charco: su valoración ha pasado de 39.000 a 12.000 millones en apenas dos años. Ahora se espera que su cotización de salida ronde los 10.000 millones. "Eso permitirá a empleados e inversores, entre ellos Sequoia Capital y Andreessen Horowitz, vender acciones tras muchos años de espera", destacaban en The Information, donde también han levantado dudas sobre el futuro de su modelo de negocio, con las entregas estancadas.

Foto: Un empleado trabajando en las oficinas de Idoven, una de las 'startup' españolas de IA que más dinero ha levantado. (Cedida)

"Se están obteniendo nuevos socios que proporcionan nuevo capital en forma de fondos propios y que no computa en términos de deuda, así que mejora la estructura del pasivo", comenta Castelló Sirvent. Según Financial Times, otras tecnológicas que están valorando esta alternativa son Databricks —dedicada al desarrollo de software y que hace poco adquirió MosaicML, competidor de OpenAI— o Socure, una empresa de identificación que ya estudió hacer lo propio en 2021. Tal y como incide el diario británico, quienes quieran salir a bolsa a lo largo de septiembre y octubre, tienen que presentar la documentación correspondiente antes de que acabe este mes, por lo que en los próximos días se verá una imagen "más clara del apetito del mercado y que marcará la pauta para el resto del año".

"Es positivo porque hace falta que ocurra para posibilitar que haya un cambio de ciclo después de la corrección y tras la exuberancia de inversiones en 2020 y 2021", apunta Miguel Arias, socio de K-Fund y exjefe de emprendimiento global de Telefónica. En su caso, pide mirar al pasado para intentar averiguar qué puede pasar. "Hemos visto ya dos correcciones antes: las puntocom y después la gran crisis de 2008. En ambos casos, las valoraciones tardaron unos diez trimestres en tocar fondo. En 2021 empezaron a caer, así que siguiendo esa lógica, a finales de 2023 o principios de 2024 podría llegarse a ese suelo", desliza.

¿Qué pasará en 2024?

Haslam, de IE University, no solo se muestra optimista con esta nueva tendencia, sino que la prefiere al modelo basado en rondas. "El dinero que proviene de una salida a bolsa es el mejor tipo de dinero, porque tiene muchas menos condiciones que el de los inversores", explica, recordando que "en el pasado, el plan siempre era tener una oferta pública tan pronto como estuvieras listo para crecer". Aquí recuerda que empresas como la propia Stripe han tenido problemas con ese modelo, que generaba problemas de liquidez o de gobierno corporativo. "En la mayoría de los casos, la única forma de resolver este rompecabezas es una oferta pública", defiende.

Foto: Sam Altman, fundador de OpenAI. (Reuters/Amir Cohen)

Sin embargo, la transición no es sencilla ni, seguramente, indolora. "Vamos a ver compañías con problemas de liquidez en los próximos meses. El dinero de las rondas tan elevadas como las que vimos en 2020 y 2021 ha llegado hasta aquí. Eso va a hacer que veamos muertes y compras de compañías en derribo. La corrección hace que las firmas más sólidas, con un crecimiento sostenible y un camino claro a la rentabilidad, continúen su camino", desarrolla Arias, de K-Fund, que matiza que hay sectores que se salvarán de esto, donde menciona la IA generativa o la tecnología climática.

Preguntado por si esta tendencia acabará llegando a España, este inversor recuerda que ya hay firmas españolas, como Factorial o Jobandtalent, "que tienen una valoración y tamaño casi al nivel del Ibex, así que sería su única salida para conseguir financiación con ese volumen". Sin embargo, lamenta que "suelen pensar casi siempre en Nasdaq y no en mercados nacionales o europeos", como ya ocurrió en el caso de Wallbox. Sobre este punto, cabe mencionar la llegada BME Scale, un mercado lanzado hace poco más de un mes y pensado para empresas que están en fase de crecimiento. "Hacen falta más iniciativas así y espero que se consoliden lo suficiente", enfatiza.

ARM quiere exprimir aún más el boom de la inteligencia artificial. Esta firma es la encargada del diseño de la arquitectura de los chips, algo que le deja como un eslabón crucial para el desarrollo de la IA, necesitada de una capacidad de computación cada vez mayor. El gigante japonés Softbank es su propietario y, una vez que los reguladores frenaron la venta de esta firma a Nvidia, todos los ojos se pusieron sobre una opción: la salida a bolsa. Sin embargo, es un asunto que lleva coleando desde hace año y medio, pero este lunes ya han presentado formalmente su petición para entrar en el Nasdaq, el índice que aúna los valores tecnológicos.

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