Este es el primer dron capaz de volar a 20 km de altura y abre una nueva era militar
Gracias a la resistencia de los materiales y a los paneles solares instalados en sus alas, el dron PHASA-35 es capaz de volar durante un año seguido. Aspira a revolucionar el uso de estos aparatos en el terreno militar
La compañía británica BAE Stystems ha probado en Nuevo México el PHASA-35, el primer dron no tripulado que puede volar más alto y durante más tiempo que ningún otro hasta el momento. Según ha anunciado la propia compañía, en las pruebas realizadas ascendió por encima de los 20 kilómetros de altura hasta la estratosfera y voló durante 24 horas antes de aterrizar. Se trata de un enorme avance técnico que va a revolucionar el uso de drones en el terreno de las comunicaciones, pero, sobre todo, en el militar.
El PHASA-35 se suma a la carrera de los drones que buscan ser una alternativa más económica a los satélites espaciales para proporcionar inteligencia a una altura fuera del alcance de la mayoría de los radares y sistemas de defensa antimisiles. En el frente comercial, este tipo de aparatos servirá, entre otras aplicaciones, para llevar internet a zonas con escasa conectividad.
El dron tuvo un primer vuelo inaugural en 2020, pero desde entonces han estado mejorando el diseño y el frente técnico. Tiene una envergadura de 35 metros, más o menos la misma longitud que un Boeing 737, pero pesa lo mismo que una motocicleta normal. En sus alas transporta paneles solares que generan energía de la que se alimenta durante sus vuelos. Gracias a esta estrategia, los fabricantes aseguran que el avión puede permanecer en el aire hasta un año.
La altura que alcanza también lo hace uno de los mejores drones militares de alto vuelo en la actualidad. El PHASA-35 supera ya en altura de vuelo a los jumbo, que no alcanzan los 60.000 pies, del Global Hawk, de Northrop Grumman, y del Reaper, de General Atomics Aeronautical Systems, que pueden alcanzar entre 15 y 18 kilómetros, respectivamente. "Nos permite entrar en la carrera por hacer operativa la estratosfera", aseguró al WSJ Dave Corfield, director ejecutivo de Prismatic, la unidad de BAE que desarrolló el dron.
Uno de los retos que afronta el PHASA-35 es la adversidad climatológica. Para el reciente vuelo de prueba, los operadores de drones recibieron datos meteorológicos en tiempo real del Met Office, el servicio meteorológico nacional británico, para determinar el mejor momento posible para surcar los cielos. "Es el equivalente a un barco muy frágil que cruza rápido para llegar a unas aguas más tranquilas", explica Steve Wright, profesor asociado de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad del Oeste de Inglaterra, en Bristol.
Una vez en la estratosfera, estos drones se enfrentan a temperaturas de 40 grados bajo cero, así como a la radiación solar, a la que estarán expuestos sus sofisticados componentes electrónicos durante meses.
Boeing, Meta y Google también en el ajo
Se espera que el dron PHASA-35 entre en servicio a finales de 2026. Mientras tanto, otras muchas empresas se encuentran en la carrera por desarrollar naves que pueden llegar aún más alto y permanecer allí durante meses, ofreciendo una alternativa más barata y flexible a los satélites.
Entre los competidores, se encuentra una unidad de aviones de Airbus, el dron Zephyr, que ya ha volado a 21 km durante 64 días. Este verano realizará pruebas para el Departamento de Defensa de Estados Unidos y una empresa japonesa de telecomunicaciones. Su objetivo es volar durante más de 200 días.
La carrera por enviar drones a mayor altura durante más tiempo está también plagada de fracasos. Boeing, Meta y Google son algunos de los grandes nombres que han tropezado en sus esfuerzos por elevar drones y globos a las duras condiciones de la estratosfera, y luego volver a aterrizar.
La compañía británica BAE Stystems ha probado en Nuevo México el PHASA-35, el primer dron no tripulado que puede volar más alto y durante más tiempo que ningún otro hasta el momento. Según ha anunciado la propia compañía, en las pruebas realizadas ascendió por encima de los 20 kilómetros de altura hasta la estratosfera y voló durante 24 horas antes de aterrizar. Se trata de un enorme avance técnico que va a revolucionar el uso de drones en el terreno de las comunicaciones, pero, sobre todo, en el militar.