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El lío de España y el F-35: por qué lo rechazan en público, pero lo quieren en privado
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Un F-35 'escondido' en los presupuestos

El lío de España y el F-35: por qué lo rechazan en público, pero lo quieren en privado

España ha reservado más de 10.000 millones de euros para la adquisición de un nuevo caza de combate. No lo nombra, pero solo hay hueco para el F-35, aunque oficialmente lo niegan. ¿Por qué?

Foto: El F-35A. (USAF)
El F-35A. (USAF)

Esta semana hemos conocido los presupuestos de Defensa y ha habido sorpresas. Entre las partidas destinadas a los programas especiales de adquisición de armamento, nos encontramos dos apartados que irían destinados a comprar el caza estadounidense de 5ª generación F-35. No es algo baladí, hay en juego una cifra de más de 10.000 millones de euros, la cantidad que habría que desembolsar por el avión sustituto de los veteranos F-18. Sin embargo, el Ministerio de Defensa, sigue negando de forma oficial que esté interesado en adquirir el F-35, pese a estar presupuestado (aunque sin mención directa en las partidas). ¿Qué está pasando?

Los denominados "Programas especiales de modernización" son aquellos que contemplan las grandes adquisiciones de material y medios, requieren grandes inversiones y, además, largos períodos de financiación y desarrollo. Son programas como los de las fragatas, carros de combate o aviones de caza. Si nos fijamos en este capítulo encontramos dos apartados muy interesantes. Uno hace referencia al "avión sustituto del C.15M" y el otro al "avión sustituto del AV-8B y C.15M 2ª Fase".

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Se lo vamos a traducir. El primero es el reemplazo de parte de la flota de aviones F-18 peninsulares, porque los de Canarias ya están en fase de sustitución tras la reciente compra de 20 aviones Eurofighter nuevos. Este apartado está dotado con 4.500 millones de euros repartidos en cuatro años desde 2023.

El segundo apartado se refiere a la sustitución de los Harrier de la Armada y a una 'segunda fase' de sustitución del resto de la flota de F-18. La dotación aquí es de 6.250 millones, también en cuatro años. A la vista de estos datos nos podemos plantear varias hipótesis, sobre todo teniendo en cuenta que el único reemplazo posible para el Harrier ya sabemos que es el F-35B.

Podríamos pensar que se apuesta todo al avión americano, tanto para la Armada como para el Ejército del Aire. Significaría adoptar a pies juntillas las recomendaciones de nuestra fuerza aérea, en el sentido de la conveniencia de operar con un segundo modelo, en lugar de basar toda la fuerza en el Eurofighter europeo y que, además, este modelo fuera de quinta generación. Detalle este último muy importante porque supone decir 'F-35' sin decirlo.

placeholder Un F-35B despegando desde el LHA USS America. (US NAVY)
Un F-35B despegando desde el LHA USS America. (US NAVY)

De dar por buena la hipótesis anterior y si el modelo elegido es el americano, se dedicarían 10.750 millones a este programa, lo que nos daría una cifra de entre 60 y 65 aviones bien equipados y con reservas de armas. De estos, 12 o 14 irían a parar a la Flotilla de Aeronaves de la Armada y el resto equiparían las Alas de Torrejón y Zaragoza reemplazando a los F-18. España, así, se convertiría en uno de los grandes socios europeos del programa, lo que tendría sus indudables ventajas. Con todo, no parece un escenario muy probable.

Una segunda lectura, con esa diferenciación de apartados, nos indicaría el camino del reemplazo del F-18 por dos modelos. Uno sería claramente el Eurofighter en su más moderna versión, algo que estaría cerca de esas famosas versiones avanzadas o LTE. A esto podría corresponder ese primer capítulo dotado con 4.500 millones, lo que supondría adquirir entre 30 y 40 nuevos aviones.

Lo anterior nos lleva a que la segunda fase de reemplazo del F-18 más el del Harrier se haría con F-35. Tiene lógica pensar que, al tratarse de dos modelos de avión, se han separado en apartados diferentes y, por el contrario, el sustituto del Harrier, si va de la mano y en el mismo apartado con la segunda fase del F-18, no puede ser otro que el F-35. Con los 6.250 millones nos daría para para unos 35-38 aviones, 12-14 para Armada y resto para equipar dos escuadrones del Ejército del Aire.

placeholder Un Eurofighter durante la celebración del VI Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar (Andalucía), el pasado septiembre. (EFE)
Un Eurofighter durante la celebración del VI Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar (Andalucía), el pasado septiembre. (EFE)

Todo esto, claro, si no triunfa la postura anti F-35 pues, como hemos dicho, portavoces del Ministerio de Defensa aseguran a El Confidencial que "no se contempla el F-35". Esto implicaría que toda la flota de nuestra fuerza aérea se basara en el Eurofighter o incluso que se llegara a adquirir otro modelo, que podría ser el Super Hornet. El F/A-18E es un avión bien valorado por nuestros pilotos, pero que no tendría comunalidad con los F-18 actuales —son aviones distintos— y al ser de cuarta generación, poco aportaría sobre los Eurofighter actuales. Y así, hasta la llegada del FCAS.

¿Qué aportaría el F-35?

No vamos a insistir en aspectos ya comentados, como la pérdida de capacidades de la Armada, pero sí en otros aspectos que nos deben interesar. Respecto a las ventajas que nos aportaría operar con el F-35, destacaríamos tres. La primera sería la más evidente: la experiencia de operar con un avión —de verdad— de quinta generación, algo que es casi necesario o al menos va a venir muy bien, cuando llegue el día de hacer la transición a un avión de sexta generación como será el FCAS, que conviene recordar que no es el reemplazo del F-18, sino del Eurofighter.

En segundo lugar, se alcanzaría una interoperabilidad con todas las fuerzas aéreas de nuestros socios y aliados, porque casi todos, salvo Francia que siempre ha ido a su aire, van a tener F-35. Hasta Alemania, que hace un año repudiaba al modelo. El poder estar en una comunidad tan numerosa e internacional tiene muchas ventajas y es evidente que compartir experiencias, equipos y apoyo, daría mucho juego a la presencia internacional española

Por último, tenemos el tema que más gusta a los políticos: el retorno industrial. Lockheed, fabricante del avión, tiene muy claro que sin retorno industrial no habrá venta, por lo que algo tendrá preparado para ofrecer como contrapartida. Es obvio que la cuantía de ese retorno dependerá de la adquisición y que no será lo mismo si se adquieren solo 12 ejemplares a si se comprometen 60. Pero, en cualquier caso, ese retorno, que fácilmente incluiría fabricación de algunos componentes, supondrá un reto muy interesante para la industria nacional, por exigencia tecnológica y de calidad, para participar en ese avión.

placeholder La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE)
La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE)

Por lo demás, queda el absurdo 'mantra' del veto norteamericano a la utilización del F-35. Es absurdo porque cualquier referencia a hechos del pasado, como el conflicto de Ifni donde se vetó el empleo de material americano, no son aplicables a la situación actual. Además, de existir de verdad ese veto, poco de las fuerzas españolas se podría utilizar. Las fragatas tienen sistema AEGIS y misiles norteamericanos, como muchos de los que usa el Ejército del Aire, así como componentes, radares y misiles antiaéreos. Ese hipotético 'veto' podría llegar por un corte de suministro de recambios, pero eso es susceptible de hacerlo cualquier país que nos suministre armas o componentes, lo que incluye a Francia, Alemania, Italia, Israel, Noruega, etc.

Todo esto se sabe, pero choca con el mensaje institucional de que 'F-35 no'. Tal vez sea porque de verdad no interesa o todo lo contrario, que para evitar polémicas se quiera mantener un perfil bajo. Lo que ya no cabe decir es que no se puede pagar, porque las partidas económicas y las cifras, están ahí y encajan.

¿Y el resto de los presupuestos?

Dan pie al optimismo, pues muchos de los temas que les señalábamos como críticos, se abordan y con soluciones buenas en muchos casos. Por ejemplo, los apartados que se refieren al Programa Santiago, radios tácticas y Plan MC3. El primero es sobre guerra electrónica y los segundos sobre comunicaciones, mando y control. La dotación presupuestaria parece correcta y la parte de MC3, aunque es un tema muy complejo, apunta a que va a dar un buen empujón a los medios del Ejército de Tierra, al integrar todo en los sistemas BMS (mando y control) que llevan los carros de combate y blindados. Todo esto muy positivo.

Los grandes programas en curso siguen recibiendo, para 2023, muchos recursos, el FCAS más de 500 millones, 137 para el NH-90, las fragatas F-110 reciben casi 150, el submarino S-80 tiene adjudicados 200 millones y la modernización del helicóptero Tigre al Mk III, recibe casi 30 millones de un total previsto de más de 1.180 hasta el 2023.

placeholder El helicóptero MH-60R, conocido como 'Romeo', en servicio con la US Navy. (Lockheed Martin)
El helicóptero MH-60R, conocido como 'Romeo', en servicio con la US Navy. (Lockheed Martin)

Otros apartados muy interesantes son el de los aviones de patrulla y vigilancia. Se trata del MPA y VIGMA y para ellos hay, respectivamente 170 millones (de un total de 580) y 153 (con un total de 560). Ambos utilizan la plataforma del avión de transporte C-295 que se fabrica en España. Para la patrulla marítima quizás no sea la solución ideal, pues no llega a las prestaciones (en autonomía y espacio) del P-3, que se da de baja ahora, ni por supuesto del P-8. Sin embargo, con los sistemas adecuados, puede ser un buen medio para patrulla, pero con limitadas capacidades para lucha antisubmarina.

Otros aspectos muy positivos son el apartado (900 millones) destinado al helicóptero multipropósito de la Armada, que va a ser el MH-60R —el famoso 'Romeo'— que se hacía esperar y cuanto antes llegue, mejor. La cifra encaja con las ocho unidades previstas. También es muy buena noticia el apartado destinado a un nuevo sistema lanzacohetes. Por la cuantía, 290 millones, es posible que se trate del HIMARS (sería lo idóneo) pero es difícil intuir el número de unidades pues la munición que se adquiera influye mucho en el precio.

Foto: Una imagen de los nuevos misiles M30A1 que han llegado a Ucrania. (Ukraine Weapons Tracker)

Otro apartado son las partidas dedicadas a drones, con el programa EUROMALE y, novedad, el dron de largo alcance SIRTAP. Es un producto muy prometedor de AIRBUS, pero con sello español, cuyo respaldo por parte del gobierno y nuestras fuerzas armadas es algo acertado. Nos quedan algunas pequeñas asignaciones pero que hacían falta, como los 90 millones para modernizar el Centauro de Caballería, los buques hidrográficos de la armada o modernizaciones del carro Leopardo.

No querríamos finalizar sin mencionar las 'pequeñas cosas' que no se deben olvidar a la hora asignar recursos. A menudo nos centramos en los grandes proyectos, buques, aviones, blindados… pero olvidamos esas pequeñas cosas tan necesarias, como chalecos antifragmentos eficaces, cascos ergonómicos y con la debida protección, vestuario adecuado a cada necesidad, etc. Pequeñas cosas muy necesarias pero que muchas veces suponen un verdadero quebradero de cabeza para los jefes de unidad.

Esta semana hemos conocido los presupuestos de Defensa y ha habido sorpresas. Entre las partidas destinadas a los programas especiales de adquisición de armamento, nos encontramos dos apartados que irían destinados a comprar el caza estadounidense de 5ª generación F-35. No es algo baladí, hay en juego una cifra de más de 10.000 millones de euros, la cantidad que habría que desembolsar por el avión sustituto de los veteranos F-18. Sin embargo, el Ministerio de Defensa, sigue negando de forma oficial que esté interesado en adquirir el F-35, pese a estar presupuestado (aunque sin mención directa en las partidas). ¿Qué está pasando?

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