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El terremoto que puede desbancar al bitcoin como primera criptomoneda mundial
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El terremoto que puede desbancar al bitcoin como primera criptomoneda mundial

La minería en Ethereum, la Blockchain reina, está a punto de dar un giro. A partir de este jueves, el consumo eléctrico y la capacidad de computación van a dejar de importar para minar criptomonedas, y eso pondrá todo patas arriba

Foto: Un empleado, en el centro de minado de criptomonedas Ekibastuz, Kazajistán. (Reuters/Pavel Mikheyev)
Un empleado, en el centro de minado de criptomonedas Ekibastuz, Kazajistán. (Reuters/Pavel Mikheyev)
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Un sumidero de componentes tecnológicos que provocan un consumo energético disparatado. Para muchos críticos, esa es la principal definición del mundo de las criptomonedas, que desde sus primeros días ha sido señalado por un derroche de recursos al que solo los acérrimos le veían sentido. Pero eso está a punto de ser parte del pasado. A lo largo de esta semana, Ethereum —la fundación detrás de la segunda criptomoneda más importante— dará el paso más importante en sus siete años de historia, que consistirá, nada menos, que en cambiar el método por el que se validan transacciones y emiten divisas. Un auténtico terremoto bautizado como The Merge y que, para algunos, puede acabar desbancando al bitcoin del trono de las divisas digitales.

Foto: Un empleado en un centro de minado de criptomonedas Ekibastuz, Kazajistán. (Reuters/Pavel Mikheyev)

La operación, que está previsto que culmine el jueves, supone dar un giro radical al funcionamiento del corazón de estas tecnologías y, por tanto, la forma en la que bombean sangre al resto del organismo. Si no estás familiarizado con el sector, tienes que saber que las transferencias de criptomonedas en las cadenas de bloques ('blockchain') se validan mediante una serie de nodos. Cuando esto ocurre, estos reciben una comisión en esa misma divisa a modo de recompensa, de modo que aumenta la cantidad en circulación de esta. La operativa es la consecuencia de que no haya ninguna entidad central que se encargue de estas tareas, pues todo funciona mediante un protocolo de consenso para poner orden entre ellos. Es justo ahí donde van a llegar los cambios.

El cambio que viene

Hasta ahora, estos mecanismos han funcionado con la prueba de trabajo ('proof of work'), que consiste en realizar una serie de cálculos matemáticos complejos para garantizar cada transacción. Para ello, es necesario contar con una gran capacidad de computación, motivo por el que los centros de minado fueron absorbiendo todos estos componentes mientras disparaban la factura energética. A partir de ahora, eso cambiará en la cadena de bloques de Ethereum, la más importante del sector, con la prueba de participación ('proof of stake'). Si antes el incentivo para realizar la validación sin cometer errores ni fraudes era no desperdiciar el coste de la electricidad, ahora lo será no perder una cantidad de dinero que se tiene que dejar en depósito y que queda congelada hasta que el proceso se complete.

Foto: La convención de Bitcoin en Miami. (EFE/Cristóbal Herrera)

"Pasamos a un sistema basado en el capital que aportan los que quieren validar transacciones. Con este cambio, la probabilidad de recibir la recompensa varía en función del porcentaje del depósito que dejes sobre el total de la transacción, y no de la energía", explica Álvaro Suárez Bravo, director técnico de Onyze. "Si yo pusiera un depósito del 50% de todo el capital que se mueve en una transacción, mi probabilidad de ganar sería del 50%", ejemplifica.

Los más afectados son, lógicamente, aquellos que han gastado cantidades ingentes de dinero en equipos con gran capacidad de computación. "Yo sugeriría encarecidamente no invertir más en equipos de minería en este momento", habían avisado ya en abril desde la Fundación Ethereum. De paso, y tal y como ya explicó este periódico, el adiós a la prueba de trabajo puede ayudar a resolver uno de los mayores enredos de suministro de los últimos años. Es más, ya hay quien vende sus equipos de minado en Wallapop.

El pulso entre bitcoin y ether

Hasta ahora, bitcoin ha sido la criptomoneda por excelencia, aunque lo cierto es que las posibilidades de su cadena de bloques son más que limitadas. Sucede todo lo contrario con Ethereum, cuya Blockchain es la más utilizada —por ejemplo, su uso está muy extendido para la compra-venta de NFT—, mientras que su criptomoneda, llamada ether, nunca ha conseguido despuntar a ese mismo nivel. Con este cambio, hay quien piensa que ha podido llegar el momento de ocupar el trono, y hay motivos para ello.

placeholder El fundador de Ethereum, Vitalik Buterin. (EFE)
El fundador de Ethereum, Vitalik Buterin. (EFE)

Uno de los cambios que llegarían con The Merge, incide Suárez, es "una importante reducción de los ethers que se crean a modo de recompensa por cada nuevo bloque validado, por lo que la emisión anual y la cantidad en circulación van a ir en decremento". Es una dinámica que seguiría en la misma línea que la actualización del verano de 2021, en que se estableció que "parte de las comisiones de los mineros se quemaran", de modo que limitaban también la oferta de la divisa. "Ya se especula con que haya igual o mayor demanda, por lo que el precio tendría que ir en aumento", comenta este especialista.

No obstante, la vuelta a la tortilla sería considerable. Al cierre de este artículo, bitcoin cotiza sobre los 22.000 dólares, mientras que ether ronda los 1.700. "Que la capitalización de ether supere a bitcoin es algo que podría llegar a ocurrir. Se lleva comentando desde 2017, porque ha habido momentos en los que ha estado cerca", comenta Suárez al respecto, aunque matiza que tendrían que darse ciertas situaciones. "Hoy en día, bitcoin es más una reserva de valor, algo que no ha conseguido ether por ahora. Es difícil saber ahora mismo si va a haber ese sorpaso, porque sus funciones son diferentes", detalla. En este sentido, otro aspecto determinante es que se expande el uso de esta divisa entre la población, algo que "aumentaría la demanda y, por tanto, el precio". "Si consiguen captar muchos usuarios y bitcoin se mantiene como reserva de valor, pueden superarles".

Foto: Mark Zuckerberg, tras una reunión en el Capitolio en 2019. (Getty/Samuel Corum)

"The Merge podría tener grandes implicaciones para el precio de ether y su atractivo como inversión", ha explicado la consultora Chainalysis en un informe donde, eso sí, recuerdan que "es imposible predecir las reacciones exactas del mercado". Uno de los aspectos más destacados de su análisis es que el aspecto ecológico es clave para que los inversores institucionales "con compromisos de sostenibilidad se sientan más cómodos". Así, subrayan que "el número de carteras que invierten un millón de dólares o más en ether ya ha aumentado de forma constante". Es lo que les lleva a afirmar que podría romperse la correlación entre el valor ether y bitcoin, que es la referencia para el resto de criptomonedas, ya que seguiría otras lógicas. "Se asemejará a un instrumento similar a un bono", dicen en el texto, donde cifran unos rendimientos que estarían entre el 10 y el 15% anual, sin tener cuenta las variaciones de la propia moneda.

"Se pensaba que nunca iba a llegar"

"Es el cambio más importante que ha habido en una Blockchain", dice Suárez, de Onyze sobre un proceso en el que la rueda de Ethereum no va a parar de girar en ningún momento. "Son cambios en mitad de la ejecución. No va a haber una parada del sistema y una vuelta a arrancar. No hay otra red que haya cambiado su corazón, el algoritmo de consenso, de esta forma". De hecho, la gran complejidad técnica es lo que ha supuesto numerosos retrasos para su implantación definitiva, que se lleva planteando desde los primeros meses de vida de Ethereum, allá por 2015. "La idea era sacarlo en menos de un año y al final han tardado siete. Había quien pensaban que nunca iba a llegar". El cambio, que se está desarrollando a lo largo de la semana, no llegará de forma definitiva hasta el jueves. En algunos países, hasta Google ha hecho una cuenta atrás para la llegada de un momento histórico para el sector.

Sin embargo, algunas de las ventajas que parecían que iban a llegar con esta actualización tendrán que esperar. Es el caso de la escalabilidad de la cadena de bloques, que por ahora seguirá siendo la misma. "Se ha especulado mucho con esa opción, pero por ahora no va a permitir que haya más transacciones por segundo, aunque sí se espera que aumente en un futuro", cuenta Suárez, que se muestra optimista sobre los próximos cambios. "También han rediseñado la arquitectura que hay bajo la red de Ethereum. Ha sido un cambio a mayores para que sea más fácil hacer este tipo de actualizaciones".

Uno de los aspectos más temidos es que, durante el proceso, pueda haber algún agujero de seguridad que permita algún robo masivo, algo que hasta ahora ha sido uno de los grandes puntos negros de las criptomonedas. "Siempre hay riesgos", reconoce sobre este punto, aunque considera que en este caso hay garantías de que todo esté en orden. "Si ha llevado tantos años es porque le han dedicado el tiempo necesario para hacerlo bien. Por ejemplo, han hecho tres pruebas durante el verano, aunque siempre puede surgir algo que no haya sido planificado", explica. "Creo que va a ir bien porque, si sale mal, puede ser desastroso".

Un sumidero de componentes tecnológicos que provocan un consumo energético disparatado. Para muchos críticos, esa es la principal definición del mundo de las criptomonedas, que desde sus primeros días ha sido señalado por un derroche de recursos al que solo los acérrimos le veían sentido. Pero eso está a punto de ser parte del pasado. A lo largo de esta semana, Ethereum —la fundación detrás de la segunda criptomoneda más importante— dará el paso más importante en sus siete años de historia, que consistirá, nada menos, que en cambiar el método por el que se validan transacciones y emiten divisas. Un auténtico terremoto bautizado como The Merge y que, para algunos, puede acabar desbancando al bitcoin del trono de las divisas digitales.

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