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A este castellonense le daba "cosa" decir que jugaba al LoL, ahora es una estrella global
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Cómo vive un profesional del 'gaming'

A este castellonense le daba "cosa" decir que jugaba al LoL, ahora es una estrella global

Javier Prades es un chaval de 20 años que ha pasado en apenas dos años de pelear en los circuitos 'amateur' sin hacer un ruido a ser una figura emergente del 'gaming' a nivel global

Foto: Javier Prades en una de las partidas de su equipo. (Riot Games)
Javier Prades en una de las partidas de su equipo. (Riot Games)

Javier Prades Batalla (Vila-real, 2000), más conocido como ElYoya, es tímido, cauto y franco, y si no lo es lo disimula muy bien. Tras unas gafas de ver redondas, estilo Harry Potter, y una sonrisa tranquila, este menudo castellonense responde a las preguntas de Teknautas desde su nueva oficina en Berlín y lo hace sin parar de mover su silla de 'gamer' ni mirar de arriba abajo. Su forma de actuar podría ser la de cualquier otro chaval de 20 años que tiene un periodista delante, pero él ya no es un cualquiera. Prades es la mayor promesa del League of Legends, al menos a nivel europeo, y una de las figuras en auge de un videojuego competitivo de fantasía que desde hace años ostenta el trono de deporte electrónico por excelencia. Un ejemplo del crecimiento y la profesionalización de un sector que cada vez acorta más la distancia con el deporte tradicional en todos los sentidos.

"Empecé a jugar en la 'Season 1' del LoL, en 2010, cuando yo tenía 9 o 10 años, pero no estuve jugando mucho tiempo porque no me enganchaba. Volví con mi hermano, dos o tres años más tarde, y ahí sí que empezamos a jugar de forma más seguida y constante", señala ElYoya, repasando en su memoria. En 2017, y estando en segundo de bachillerato, fue cuando decidió tomarse más en serio la competición, buscó información y se adentró en los niveles 'amateur'. Desde entonces no ha parado de subir escalafones. En 2020, recién ascendido del circuito 'amateur' a profesional consiguió el premio de 'rookie' de la temporada en el 'Spring Split' de la Superliga española y posteriormente se hizo con el de MVP de la misma competición. Su mayor éxito llegó en el Spring Split de 2021 de la League of Legends European Championship (LEC). Allí fue nombrado mejor novato de la temporada y ganó el torneo con su equipo. Ahora sigue triunfando en la LEC.

Foto: (Foto: EFE)

Un ascenso meteórico que muestra mucho más que el talento de un chaval de Villarreal al que le gustan los videojuegos. Su carrera da una idea de que los 'e-sports' hace tiempo que dejaron de ser algo así como un entretenimiento de chavales. "Empecé a competir gracias a Supa (otro 'gamer' español recién llegado a profesional), le conocí cuando jugaba por mi lado y me habló de los circuitos 'amateurs', de que podíamos jugar en equipos. Con él empecé a participar en campeonatos y demás. Yo no tenía ni idea de todo esto y me lo pasé genial esos primeros años".

Tras años en los que llegar a estos torneos era cosa más de azar y buen hacer por tu lado, aquí, como en el fútbol, las canteras también empiezan a tomar un papel similar al que hacen en otros deportes. Prades empezó en un equipo muy pequeño, del que casi no recuerda el nombre, de ahí lo ficharon en Movistar Riders, para su equipo 'amateur', y allanaron su salto a profesional hasta firmar su primer contrato. "No fue un gran 'trauma' ni nada parecido para mí. Una vez que empecé a competir tenía claro los siguientes objetivos, en dos años podía estar jugando en la Superliga. Mi familia y gente cercana me apoyaba, así que, bueno, fue algo natural", señala.

Con apenas 18 años, recién terminado el instituto, se marchó a Madrid para jugar con Riders y en algo más de 365 días ya lo había fichado MAD Lions (uno de los mejores equipos con raíces españolas junto con G2, y que cotiza en Bolsa a través de su matriz, la canadiense Overactive Media) para situarlo en Berlín y llevarlo a su equipo principal en la LEC. Ahora, este veinteañero es uno de los mejores 'junglas' del mundo, una de las posiciones menos deseadas, pero que es clave para el devenir del juego. Una vida a toda velocidad que Prades lleva como se muestra, con tranquilidad. "A ver, duro no es, no nos vamos a engañar. El equipo me trata muy bien, se te hace duro estar fuera de casa sin pareja o amigos, pero es una experiencia única. Es un aprendizaje continuo y está muy guay. Y la exigencia al final te la tienes que poner tú para no quemarte y saber que estás compitiendo con millones de jugadores que querrían estar en tu lugar".

'ElYoya' no para de mostrar esa cara de joven tranquilo pero con las cosas claras y un trabajo constante, y tampoco le tiembla la voz a la hora de hablar de siguientes pasos. "Yo quiero ganar mundiales, sé que me va a costar al menos otros dos o tres años, pero ese es el objetivo que tengo y trabajo para conseguirlo. Ya hemos ganado la LEC y ha supuesto quitarse un peso de encima, pero hay que seguir trabajando. Y en eso estamos ahora, aunque no hay que olvidarte de escuchar a tu cuerpo e intentar ser feliz, que al final es lo más importante". ¿Hay miedo a quemarse, a que un día te deje de gustar esto? "Obviamente, lo hay y por eso he aprendido a escucharme, si no puedes llegar fatal al final de la temporada e incluso rozar situaciones de ansiedad o depresión. Yo llevo como 3 años sin hacer nada más que LoL y tienes que ser muy consciente de ello".

La vida de un profesional de 'e-sports'

No es casual que mencione situaciones como acabar quemado o tenga miedo a perder el interés. Como jugador profesional a pleno rendimiento, su conexión al ordenador no termina prácticamente en ningún momento. Entrena a diario, hace 'soloqus' (partidas individuales para mejorar las capacidades de los jugadores) mira otras partidas y ve su trabajo como un oficinista más. "Es verdad que nos permiten bastante flexibilidad e intento hacer caso a mi cuerpo. Hay días que no me apetece jugar y busco otros entretenimientos o hacer otras cosas. Lo que sí hago casi siempre es levantarme como a las 11, me vengo a la oficina, juego un poco, tenemos reunión con el resto del equipo y luego practicamos juntos de dos a siete, más o menos. De ahí voy para casa, juego otro poco y antes de dormir estoy un poco con mi pareja o mis amigos. Por eso es tan importante escuchar a tu cuerpo e intentar llevarlo lo mejor posible", comenta.

Su situación como estrella no le ha cambiado por dentro, o eso dice, pero sí le sigue costando eso de ser famoso. "Me da mucha vergüenza cuando me reconocen por la calle. Yo, que me daba cosa incluso hablar de que jugaba con mis amigos, ahora cojo el autobús y de vez en cuando la gente me pide una foto o me saluda. Es muy raro, yo sigo teniendo la misma vida normal, sigo siendo el mismo chaval de siempre. Una persona que va a la oficina, pero bueno me hace mucha ilusión, es muy guay tener tanto apoyo detrás para algo que es muy tuyo", reconoce el joven. Sus amigos, dice, siempre le han apoyado incluso sin saber todos los detalles sobre su dedicación, al igual que lo han hecho sus padres y el resto del círculo que les rodea. "A mi familia le ha sorprendido el ascenso que he tenido y lo rápido que ha ido todo, pero siempre me han apoyado porque lo que quieren es que su hijo sea feliz".

Esta timidez o falta de sentido de estrella en lo referente a lo que se ve fuera del juego también se ve reflejada en las redes sociales, aunque puede ser uno de los motivos por los que tanta gente le apoya a diario (solo en Twitter aglutina cerca de 47.000 seguidores). No le gusta el 'show business'. "Oye, que si tengo que promocionar algún producto lo hago y soy el primero que si me gusta lo recomiendo, pero al contrario que muchos otros, a mí me cuesta mucho estar todo el día en las redes y acordarme de crear contenido, subirlo y demás. Menos mal que yo tengo mi propio agente y al 'staff' del equipo para que me lo recuerden. Se me da muy mal", comenta entre risas el veinteañero.

La sensación de sorpresa, de un chaval al que le gusta su trabajo, pero que no cree que sea tan importante para lo que se proyecta en el exterior, se disipa, aunque poco, cuando se habla de dinero. Los sueldos, según distintas informaciones en cuanto a fichajes en la LEC, pueden rondar los 30.000 dólares mensuales en casos concretos, pero ElYoya no lo ve injusto, desde el punto de vista del negocio que crean. "Lo digo yo que estoy en este lado, claro, que tendría que ver lo que opinaba desde el otro, pero lo cierto es que movemos muchísimo dinero, la liga en general, y nosotros sacrificamos gran parte de nuestra vida por este juego. No me parecen sueldos desorbitados aunque claro que sorprenden y si te comparas con amigos pues más aún, soy consciente de ello".

¿Y el futuro?

A los 20 años, Prades está lejos de enfrentarse a uno de los grandes problemas del sector y es la corta vida deportiva de un 'gamer'. La mayoría son extremadamente jóvenes y se ven obligados a colgar los mandos con una edad cercana a los 25 años. El futuro, tras eso, pasa por diferentes vías e incluso, como explica el propio Prades, hay quien se ve en un abismo sin nada a lo que agarrarse, pero él de nuevo tira de lógica y objetivos. Por ahora no lo tiene pensado, pero es que no entra en sus planes de aquí a un corto plazo. "Es algo que de vez en cuando te viene a la mente, pero es que ahora estoy centrado en otros objetivos, en ir a los mundiales y ganarlos. En eso se basan mis pensamientos y con lo que me quedo para ser feliz y organizar mi vida ahora mismo".

placeholder Foto: Riot Games.
Foto: Riot Games.

"Si hablamos de algo más allá, hay opciones, obviamente, relacionadas con el propio juego, si alguien quiere por ejemplo ser entrenador o similar de LoL y algún equipo te ofrece un puesto. Pero no hay que cerrarse, quién sabe si en un año me apetece jugar a otro juego o, no sé, ser astronauta. Esto es una experiencia única y que poca gente tiene la oportunidad de vivir y por eso quiero aprovecharlo al máximo, pero no hay que olvidarse de la felicidad", termina el joven.

Desde su oficina se despide para seguir entrenando un chaval que se puso el nombre de guerra, según ha confesado, porque lo escuchaba cuando era un niño en un programa de televisión y significaba algo así como "el que pega". Ahora, ese 'nick' se ha hecho tan grande que hasta tiene una jugada con su firma: 'ElYoya Gap'. ¿Qué significa? "Si puedes impactar en el juego, no realmente tomar el control, pero ser diferencial para el devenir de la partida, algo así es 'Elyoya Gap'", explicó el propio Prades.

Javier Prades Batalla (Vila-real, 2000), más conocido como ElYoya, es tímido, cauto y franco, y si no lo es lo disimula muy bien. Tras unas gafas de ver redondas, estilo Harry Potter, y una sonrisa tranquila, este menudo castellonense responde a las preguntas de Teknautas desde su nueva oficina en Berlín y lo hace sin parar de mover su silla de 'gamer' ni mirar de arriba abajo. Su forma de actuar podría ser la de cualquier otro chaval de 20 años que tiene un periodista delante, pero él ya no es un cualquiera. Prades es la mayor promesa del League of Legends, al menos a nivel europeo, y una de las figuras en auge de un videojuego competitivo de fantasía que desde hace años ostenta el trono de deporte electrónico por excelencia. Un ejemplo del crecimiento y la profesionalización de un sector que cada vez acorta más la distancia con el deporte tradicional en todos los sentidos.

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