La 'start-up' vallisoletana que muestra el futuro del alquiler: mudarse no será tan complicado
Rentchester, fundada en 2019, ha conseguido levantar 750.000 euros de financiación para su plataforma de 'renting' de muebles. Amueblan tu salón o habitación por una suscripción mensual
Un colchón con base tapizada y una mesa auxiliar en la habitación grande. Lo mismo para la pequeña. Para el salón, un sofá de dos plazas, una mesa baja, de tipo industrial; otra auxiliar, una lámpara de diseño y un butacón. Un set de cuatro sillas 'Hopper' y una mesa redonda blanca para el comedor. Todo por 100 euros. No es que cierta multinacional del mueble sueca ande liquidando 'stock'. Porque el precio es mensual. Es lo que se pagaría de cuota por todo, con el que llenar bastante bien un apartamento de dos habitaciones. Tampoco es una financiación. Es la última mutación del 'renting': alquilar el mobiliario de casa. Eso es a lo que se dedica Rentchester, una empresa montada por dos jóvenes vallisoletanos en 2019 que acaba de levantar una ronda de financiación de 750.000 euros para seguir alimentando este negocio y abrirse a nuevos mercados europeos, una meta que se han marcado para este curso los padres de la criatura, Ignacio Posadas y Adolfo Delibes.
"Nosotros nos conocíamos ya, pero coincidimos en Dubái por trabajo. Y resulta que Adolfo se encontró en la tesitura de que volvía a España pronto y tuvo que deshacerse de los muebles del piso en un corto espacio de tiempo cuando se iba a mudar", cuenta Posadas.
"Ahí nos dimos cuenta de que no hay ninguna solución en el mercado para no tener que tirarlos o malvenderlos. Cualquier persona que haya vivido de alquiler se ha visto en una tesitura así", añade su compañero. Su idea se enmarca en lo que ellos llaman como nueva sociedad del alquiler, un movimiento donde se integra también cosas como el 'carsharing'.
Básicamente lo que ofrecen con Rentchester son suscripciones que van desde los tres a los 36 meses. Se pueden alquilar los muebles individualmente u optar por un 'pack' de habitación. Incluye la entrega, el montaje así como el desmontaje y la recogida cuando acabe el periodo. "Los pasamos a buscar y dejamos la casa vacía, como la recibiste. Los sometemos entonces a un proceso de limpieza, arreglamos los desperfectos y se guardan hasta un siguiente pedido", explican.
Los muebles de rotación están destinados para personas que recurren al servicio por periodos más cortos, mientras que los que acuerdan una suscripción más larga son siempre nuevos. Ahora mismo tienen más de 100 suscripciones activas y, tras más de un año en funcionamiento (pandemia incluida), la plantilla han pasado de ser ellos dos a ser 10 personas.
Para su oferta de muebles han establecido una red de fabricantes cerrando acuerdos para ofrecer sus modelos. "Nos fijamos en que tengan un diseño bastante neutro y que encajen en cualquier lado. Pero sobre todo en los materiales y en la durabilidad", comenta Adolfo Delibes, que dice que este modelo también ayuda a reducir el 'fast furniture' ('mobiliario rápido', en una traducción un poco gruesa).
En un país en el que el debate de compra o alquiler de la vivienda suele decantarse siempre hacia el lado de la pertenencia, ¿cómo pretenden convencer de las virtudes de su modelo? Obviamente ellos apuntan hacia los inquilinos, no hacia los propietarios. A lo que ellos llaman "nómadas". "Hay muchas personas que se mueven a una ciudad por trabajo o por estudios que no saben exactamente cuánto tiempo van a estar en una casa o en la ciudad", argumentan.
Por eso, cuando acaba la suscripción acordada ofrecen varias modalidades. La cancelación, la prórroga o la compra. "Imagínate que te mudaste a Barcelona a hacer un máster y te ha salido un trabajo. Estás a gusto en el piso. Si es indefinido puedes comprarlos. Sin embargo, si es algo temporal y no lo tienes claro, también puedes prorrogar más meses el alquiler con una cuota que se rebajaría".
Ambos defienden que el beneficio económico es "palpable". No solo porque los pisos sin amueblar suelen ser más baratos en las grandes ciudades, sino por la inversión que hay que hacer. "Si te mudas a un piso sin amueblar, fácilmente te vas a dejar 2.000 euros en ponerlo a tu gusto y acorde a tus necesidades", defiende Posadas. "Además es que luego, por así decirlo, se convierten en una carga. Si te mueves en la misma ciudad, pues todavía haces el apaño aunque te dejas un dinero en la mudanza. Pero si te cambias de ciudad o país la cosa se complica mucho".
Un colchón con base tapizada y una mesa auxiliar en la habitación grande. Lo mismo para la pequeña. Para el salón, un sofá de dos plazas, una mesa baja, de tipo industrial; otra auxiliar, una lámpara de diseño y un butacón. Un set de cuatro sillas 'Hopper' y una mesa redonda blanca para el comedor. Todo por 100 euros. No es que cierta multinacional del mueble sueca ande liquidando 'stock'. Porque el precio es mensual. Es lo que se pagaría de cuota por todo, con el que llenar bastante bien un apartamento de dos habitaciones. Tampoco es una financiación. Es la última mutación del 'renting': alquilar el mobiliario de casa. Eso es a lo que se dedica Rentchester, una empresa montada por dos jóvenes vallisoletanos en 2019 que acaba de levantar una ronda de financiación de 750.000 euros para seguir alimentando este negocio y abrirse a nuevos mercados europeos, una meta que se han marcado para este curso los padres de la criatura, Ignacio Posadas y Adolfo Delibes.
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