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El Rafita, el asesino de Sandra Palo que puso en duda la reinserción y el castigo al menor
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El Rafita, el asesino de Sandra Palo que puso en duda la reinserción y el castigo al menor

Secuestró, violó y quemó viva a Sandra Palo en 2003; delitos por los que solo pasó 4 años en un centro de menores. Después fue libre y siguió delinquiendo: ¿debió endurecerse la Ley del Menor?

Foto: Concentración homenaje a Sandra Palo. Foto: Efe
Concentración homenaje a Sandra Palo. Foto: Efe

Sandra Palo, de 22 años, vivía en el barrio de Las Margaritas, dentro del municipio de Getafe con sus padres y sus dos hermanos. La noche en la que desapareció, por el año 2003, sus padres creyeron que su hija volvería a casa después de que esta les advirtiera en un mensaje que estaba de camino. Nunca llegaron a imaginarse que, poco después de recibir ese aviso, la joven sería secuestrada, violada y quemada viva por un grupo de delincuentes del barrio: El Malaguita, Ramón, Ramoncín y El Rafita.

La mayoría de ellos eran menores de edad, por lo que tras la celebración del correspondiente juicio, tres de ellos cumplieron condena en un centro de internamiento, pero no pisaron la cárcel. También la mitad de ellos continuaron delinquiendo tras quedar en libertad. Ese fue el caso de El Rafita, un adolescente con antecedentes que hace tan solo un día volvió a ser detenido por ser un conocido alunicero. Debido al amplio historial delictivo del mismo, muchos piensan que los cuatro años que pasó en el centro de menores fueron insuficientes, tratándose de un implicado en uno de los casos más brutales que se han dado en el país.

La muerte más desproporcionada y vil

El 17 de mayo de 2003, la joven madrileña salió por la noche para tomar algo con unos amigos de su taller ocupacional, ya que ella tenía un leve grado de discapacidad psíquica en torno al 53% como consecuencia de un accidente de coche que sufrió a los diez años. Pero ese día, Palo no quiso entretenerse hasta tarde porque a la mañana siguiente tenía que asistir a la comunión de uno de sus hermanos. Así que, tras despedirse de su grupo, la joven escribió un mensaje a sus padres informándoles de que ya volvía a casa y que se encontraba en Plaza Elíptica para coger el bus.

Mientras esperaba, acompañada de otro amigo, se plantó ante ellos un coche en cuyo interior se encontraban cuatro delincuentes habituales del barrio. Uno de ellos, el más mayor tomó pronunció las palabras que lo desencadenaron todo: "Quiero liarme con esa". Al instante, los cuatro jóvenes, de entre 14 y 18 años, exigieron a Palo que se subiera al coche amenazando a ambos amigos con un cuchillo. Una vez dentro del vehículo, se dirigieron hasta Getafe, donde dejan al amigo de la joven.

El trayecto en coche terminó cuando llegaron a un descampado olvidado en la carretera de Toledo. Allí, salieron todos del vehículo y violaron repetidas veces a la joven Sandra. Según declararon posteriormente los acusados, esa tortura duró unos 45 minutos. Cuando al fin terminaron, ella trató de vestirse como pudo para poder huir de ahí. Sus agresores, sin embargo, no barajaron esa opción; todos ellos tenían antecedentes y eran de sobra conocidos por los agentes locales, por lo que decidieron que la víctima no podía salir de allí con vida para que así no pudiera denunciarles.

placeholder Rafael García Fernández, alias 'El Rafita'.
Rafael García Fernández, alias 'El Rafita'.

Fue entonces cuando el único mayor de edad, El Malaguita (Francisco Javier Astorga Luque), se sentó ante el volante y atropelló a la joven; pero no una vez, sino al menos cinco más. Pese a la brutalidad de tales actos, Sandra siguió con vida, pero agonizando, por lo que los cuatro jóvenes decidieron prenderle fuego con un bidón de gasolina que compraron cerca de allí. Finalmente, Sandra Palo acabó muriendo como consecuencia de las quemaduras.

A la mañana siguiente, antes de las ocho de la mañana, un camionero que hacía su ruta en esa zona, encontró el cuerpo carbonizado de la joven y, aunque nunca lograron encontrar el coche con el que los agresores se desplazaron hasta allí, sí consiguieron identificar a los cuatro culpables y detenerlos en junio de ese año.

Durante el juicio, celebrado en 2005, el fiscal afirmó ante el juez de la Audiencia Provincial de Madrid que la muerte de Palo fue "agónica" y "feroz" y que posiblemente los acusados quemaron viva a la joven para así poder ocultar las pruebas de que había sido agredida sexualmente. De hecho, el Ministerio Público lo calificó como "Una de las muertes más desproporcionadas, viles, inhumanas y sangrantes que existen", según las declaraciones recogidas por ABC.

Las dudas sobre la Ley del Menor

En febrero de 2005, el único acusado mayor de edad, El Malaguita, fue condenado a 64 años de prisión por secuestro (1), violación (3) y asesinato (1), una pena que fue posteriormente ratificada por el Tribunal Supremo. Mientras que los otros tres menores fueron condenados a ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada cada uno para Ramón Santiago Jiménez, Ramón; y José Ramón Manzano, Ramoncín; y a cuatro años de internamiento y tres de libertad vigilada para Rafael García Fernández, 'El Rafita'.

¿Sale barato matar si eres menor?

Sin embargo, ese no fue, ni muco menos, el fin de la vida delictiva de los condenados. En el caso de El Rafita, volvió a cometer actos vandálicos por los que fue detenido hasta en cuatro ocasiones después de salir del centro de menores y aun estando en libertad vigilada. Motivo por el cual, la madre de Sandra Palo, María del Mar Bermúdez, manifestó su temor ante el hecho de que el acusado ya estuviera en las calles y expresó sus dudas sobre la reinserción del asesino de su hija. "Lo tengo a escasos kilómetros de mi casa y la policía no hace nada a sabiendas de que este individuo no está reinsertado y puede volver a cometer cualquier atrocidad", señaló en declaraciones recogidas por RTVE.

placeholder Manifestación en apoyo a la familia de Sandra Palo y pidiendo una modificación de la Ley del Menor, en 2006. Foto: Efe
Manifestación en apoyo a la familia de Sandra Palo y pidiendo una modificación de la Ley del Menor, en 2006. Foto: Efe

Su miedo y el descarrilamiento de El Rafita, pusieron en el foco del interés público una la polémica sobre si el Estado debía endurecer la Ley del Menor; de tal forma que algunos partidos políticos, como el PP, solicitaron una modificación de la legislación para que aquellos menores responsables de graves delitos como asesinatos o agresiones sexuales ingresasen en la cárcel al cumplir los 18 años. Una medida que, sin embargo, ya estaba contemplada en el artículo 14.2 de dicha ley, aunque la última palabra la tiene el juez.

El Rafita, fichado de nuevo

En el caso de Ramón, que tenía 16 años cuando asesinaron a Palo, pasó a régimen de libertad vigilada en 2012, al igual que el otro condenado, Ramoncín. El único adulto del caso continúa cumpliendo condena. Aunque la mayoría de ellos retomaron su carrera delictiva, fue El Rafita quien más trabajo dio a las autoridades.

Foto: Rafael García Fernández, alias 'El Rafita'. (Foto: Santi Carneri/La Razón)

Su última detención ha tenido lugar esta semana, a sus 32 años, en el marco de la operación 'Cerbero Hostelero' contra una banda organizada de aluniceros que operaban especialmente en locales de hostelería de Madrid y que está liderada por él. La Policía estima al menos en más de una veintena los delitos que se le atribuyen a Rafael García Fernández, algunos de ellos cuando estaba en libertad vigilada. La mayoría han sido por robo de vehículos, usurpación de vivienda, daños y delitos contra la seguridad vial.

Sandra Palo, de 22 años, vivía en el barrio de Las Margaritas, dentro del municipio de Getafe con sus padres y sus dos hermanos. La noche en la que desapareció, por el año 2003, sus padres creyeron que su hija volvería a casa después de que esta les advirtiera en un mensaje que estaba de camino. Nunca llegaron a imaginarse que, poco después de recibir ese aviso, la joven sería secuestrada, violada y quemada viva por un grupo de delincuentes del barrio: El Malaguita, Ramón, Ramoncín y El Rafita.

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