¿La última generación de estudiantes Erasmus en Reino Unido por el Brexit?
La participación del Reino Unido en el programa Erasmus está en el aire. Y ciertas noticias publicadas en los últimos días por la prensa local no aportan tranquilidad en las universidades
El Brexit amenaza la continuidad de uno de los proyectos de integración más exitosos de la Unión Europea: las becas Erasmus. El primer ministro, Boris Johnson, asegura que el país continuará participando en el programa académico. Sin embargo, todo está ahora en el aire. El Confidencial conversó con varios estudiantes españoles sobre su experiencia en el Reino Unido y cómo afrontan este periodo de incertidumbre.
Javier Montoya asegura que le "cambió la vida" cuando se metió en el departamento que gestionaba el programa Erasmus para la facultad de Derecho del Campus de Albacete. En aquel momento, estaba estudiando un máster en Economía internacional. Se puso a trabajar en las labores de administración "simplemente para sacar un dinero extra". Pero aquello fue el comienzo de todo.
"Teníamos que ayudar a los estudiantes que les daban la beca europea con todos los trámites. Antes de irse a ampliar su formación al extranjero, a todos se les veía algo nerviosos, algunos hasta preocupados. Pero la cuestión es que, cuando terminaban sus estudios o prácticas, todos querían alargar su estancia, aunque eso supusiera ya costearse la vida de su propio bolsillo. Pensé: 'Si a todos les pasa lo mismo, es porque la experiencia tiene que ser realmente buena'. Así que decidí solicitar mi propia beca", añade.
Primero estuvo con una Beca Leonardo y luego con un Erasmus. Se fue en enero de 2013. En un principio, era solo para tres meses, pero un amigo le dijo "tú ya no vuelves". Y no se equivocó. Siete años después, Javier, que ahora tiene 32 años, continúa viviendo en el Reino Unido.
La tristeza del ¿fin? del Erasmus
Está feliz en Sevenoaks, pedanía perteneciente al Condado de Kent, al sur de Londres, donde trabaja para una gestora de fondos de inversión. "Los jefes donde estuve haciendo prácticas fueron los que me animaron a buscar trabajo. Me dijeron que me veían ya preparado. Me dieron la confianza que yo en ese momento no tenía". Recordando ahora todo lo que ha vivido, señala que le causa "especial tristeza" la posibilidad de que los futuros Erasmus españoles puedan quedarse ahora sin poder ampliar su formación en el Reino Unido. Y viceversa.
Durante la tramitación de la llamada "Ley del Brexit" para legitimar la salida de la UE el próximo 31 de enero, la Cámara de los Comunes —donde los conservadores del premier Boris Johnson tienen ahora una holgada mayoría absoluta tras las elecciones generales del pasado mes de diciembre— rechazó la enmienda presentada por los Liberal Demócratas, que exigía al Gobierno negociar con Bruselas para continuar siendo parte del programa académico europeo.
Las autoridades recalcan que "una cosa es que no estén obligadas y otra muy distinta es que no vayan a hacerlo". Incluso, el propio primer ministro ha asegurado que "no hay ninguna amenaza". "Seguiremos participando. Los estudiantes del Reino Unido continuarán disfrutando de los beneficios de los intercambios con nuestros amigos y socios europeos, al igual que estos continuarán pudiendo venir a nuestro país", matizó esta semana en la Cámara Baja cuando le preguntaron por esta cuestión.
Políticamente es entendible que los 'tories', ahora que gozan de una amplia mayoría absoluta, quieran imponer su autoridad en Westminster. Se esperaba, por tanto, que cualquier enmienda presentada por la oposición durante la tramitación de una ley tan importante fuera rechazada. En cualquier caso, esto quiere decir que la participación del Reino Unido en el programa Erasmus ahora mismo está en el aire. Y ciertas noticias publicadas en los últimos días por la prensa local no aportan precisamente tranquilidad en las universidades.
El reputado rotativo 'The Times' citó el pasado 11 de enero a una fuente de Whitehall —donde se encuentran los ministerios— que planteaba hasta qué punto ahora merece la pena al Gobierno "gastar miles de millones de libras en esto (Erasmus) o destinar mejor este presupuestos a los colegios del país". "Claramente dependerá de las negociaciones con la UE, pero la sensación es que es costoso y ahora mismo no es una prioridad", matizaba.
Durante las arduas negociaciones de divorcio de los últimos tres años, la cuestión económica es la que se ha llevado el gran protagonismo. Y ahora ocurre exactamente lo mismo de cara a las —si cabe más complicadas— conversaciones que Londres y Bruselas deben comenzar para definir sus futuras relaciones.
Las discusiones se desarrollarán dentro del periodo de transición que tendrá lugar desde el 1 de febrero y hasta finales de 2020. Durante este tiempo, Reino Unido continuará, en la práctica, siendo miembro de la unión aduanera y el mercado único, con la libertad de movimiento de personas que eso conlleva. El futuro acuerdo comercial será clave. Pero ambas partes deben abordar otros campos. Y, a pesar de su importancia, el sector académico parece que siempre se ha quedado en un segundo plano.
En 2017 —un año después del histórico plebiscito del Brexit— 16.561 estudiantes del Reino Unido participaron en el programa Erasmus, mientras que 31.727 ciudadanos de la UE ampliaron su formación en suelo británico —uno de los destinos más demandados para aprender inglés—.
Actualmente, hay más de 8.700 españoles cursando sus carreras o postgrados en el Reino Unido. Entre ellos, el madrileño Alejandro Bravo, de 21 años, que vive ahora en Canterbury. "Como estudiante de Ciencias Políticas, estar precisamente ahora aquí con todo lo del Brexit me parece algo histórico", señala. "Está siendo una experiencia muy enriquecedora y realmente me causa tristeza que pueda ser parte de la última generación de Erasmus en el Reino Unido", recalca.
Cuando comenzó con los trámites para la beca europea a finales de 2018, muchos de sus compañeros desecharon entonces las universidades británicas por la incertidumbre que creaba ya entonces el Brexit. "Existía el temor a quedarte tirado a mitad de curso", recuerda.
Él decidió seguir con el proceso, pero cuando tocó el momento de hacer las maletas, la incertidumbre no podía ser mayor. "Llegué en septiembre, justo cuando Johnson acababa de ganar las primarias del Partido Conservador y las posibilidades de un Brexit duro para octubre eran más altas que nunca", relata.
En cualquier caso, el Parlamento europeo ya había aprobado en marzo de 2019 unos planes de contingencia para garantizar a los estudiantes que, en caso de salida abrupta, podrían finalizar su curso sin problemas. Recibir aquella carta es algo que tranquilizó a Alejandro, quien asegura que ahora está analizando el Brexit "desde otra perspectiva”".
"Pensaba que el sentimiento euroescéptico entre los británicos era algo más nuevo, pero al realizar un ensayo en la universidad e investigar sobre el tema encontré que es algo que siempre estuvo ahí, desde el primer momento en el que se unieron a la UE. Y vivir ahora el proceso desde aquí es algo que me parece muy interesante", afirma.
Consecuencias colaterales
"Me daría mucha pena que no siguieran con el programa Erasmus. Una de mis compañeras de piso es una inglesa que está cursando estudios hispánicos y teme ahora que no pueda solicitar en el futuro la beca porque le gustaría irse a España por un tiempo", recalca.
La asociación de Universidades en el Reino Unido está recomendando al alumnado que continúen solicitando la beca europea, al tiempo que ha pedido al Gobierno que se comprometa a mantener la financiación, ya sea a través de Erasmus o un nuevo programa nacional.
Con todo, la Cámara de los Lores de la UE ya advirtió el año pasado que los beneficios serían muy difíciles de replicar con un programa nacional y que abandonar el Erasmus "afectaría desproporcionadamente a las personas de entornos desfavorecidos y aquellos con problemas médicos" (al abandonar el bloque, los británicos ya no tienen garantizado el acceso a la Sanidad en un país de la UE y viceversa).
El programa Erasmus se ejecuta en ciclos de siete años. El próximo será de 2021 a 2027. El periodo de transición en el que el Reino Unido dejará de ser miembro del bloque —tanto en la teoría como en la práctica— finaliza en diciembre de 2020.
La Comisión Europea ya ha propuesto duplicar la financiación del programa Erasmus para el próximo ciclo, situando la cifra en los 30.000 millones de euros. De momento, no se han acordado los detalles, aunque se ha sugerido que la participación de países que no sean miembros del bloque podría ser más fácil. De hecho, no todos los países que participan actualmente en el programa son miembros de la UE. Es el caso, por ejemplo, de Turquía, Islandia, Noruega y Serbia.
Por lo tanto, si el Reino Unido quisiera sumarse a la lista podría hacerlo. Aunque los expertos advierten que quizá los trámites no estén a tiempo para el próximo ciclo, por lo que, por un periodo de tiempo, los estudiantes británicos se podrían quedar sin poder disfrutar de la beca y los comunitarios se quedarían sin uno de los destinos más solicitados.
El Brexit amenaza la continuidad de uno de los proyectos de integración más exitosos de la Unión Europea: las becas Erasmus. El primer ministro, Boris Johnson, asegura que el país continuará participando en el programa académico. Sin embargo, todo está ahora en el aire. El Confidencial conversó con varios estudiantes españoles sobre su experiencia en el Reino Unido y cómo afrontan este periodo de incertidumbre.
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