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Detectives privados a sueldo del Estado para cazar a los que viven de las ayudas sociales
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¿SOLUCIÓN DEFINITIVA O GOLPE A LA PRIVACIDAD?

Detectives privados a sueldo del Estado para cazar a los que viven de las ayudas sociales

Suiza ha puesto en marcha una medida que permite a las aseguradoras, tanto públicas como privadas, contratar a detectives para investigar posibles fraudes sin autorización judicial

Foto: Montaje: EC.
Montaje: EC.

Lo primero que hizo María Figueroa* tras decidir que se volvía a Madrid fue registrarse en la oficina del paro de Ginebra. Con el dinero mensual del seguro de desempleo, un suculento 70% de su anterior salario (80.000 euros anuales), iba a pagarse un máster en España. Tan solo tendría que asistir a algunas entrevistas en Suiza y aplicar a un número determinado de empresas al mes que, por supuesto, nunca le fueran a contratar.

Pero lo que María no sabía es que, desde el 1 de octubre de 2019, un detective privado contratado por el Estado puede estar grabándola para demostrar que no está buscando empleo de forma activa y, por tanto, está defraudando a Suiza.

Esta nueva ley, aprobada en un referéndum en noviembre de 2018, permite a cualquier aseguradora, pública o privada —desde la salud al desempleo, pasando por las pensiones, la invalidez o los accidentes—, usar los servicios de detectives privados si sospechan de que un asegurado les está defraudando.

Foto: Ignacio (sector financiero), Alfonso (industria) y Pepe (ingeniería).
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Carlos Barragán. Zurich / Ginebra Gráficos: Jesús Escudero

En el caso de María, un detective privado la podrá seguir, hacer fotos y grabarla en cualquier sitio público o en el jardín de su casa sin necesidad de autorización judicial, tan solo con el requerimiento de los servicios sociales. El seguimiento podría durar hasta un máximo de 30 días repartidos en seis meses y deberá ser notificado al afectado una vez que haya concluido.

Aunque es común que los extranjeros residentes conozcan un caso similar al de María, en Suiza las cifras del fraude son mínimas. La creación de estos detectives sociales no responde tanto a una urgencia económica (el paro roza el 3% y el porcentaje de abuso en muchos seguros es menor del 1%) sino a una característica enraizada en la cultura suiza: hacer trampas, por muy pequeñas que sean, está muy mal visto en este rico y pequeño país de 8,6 millones de habitantes.

La estricta cultura suiza contra la picaresca

“La picaresca está penada en Suiza”, explica Javier, un ingeniero de 33 años que vive en Ginebra y al que no le parece mal la idea de replicar este modelo en España. Javier repite el mismo mantra que funcionarios, detectives y políticos contactados por este reportaje según el cual si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer.

El gobierno insiste en que la ley es fundamental para frenar el fraude a los seguros y mantener los precios bajos. Los críticos, sin embargo, advierten de que Suiza se podría convertir en un estado policial donde, paradójicamente, serían las compañías de seguros y no los agentes policiales quienes determinarían a quién vigilar. Algunos lo han comparado incluso con la Stasi, el antiguo órgano de inteligencia de la Alemania Oriental.

“La ley es muy cuidadosa con la protección de la esfera privada. Es muy restrictiva con los detectives, que son dirigidos y controlados por la aseguradora. Es responsabilidad de la aseguradora que se cumpla la ley”, justifica Isabelle Rogg, responsable de los aspectos legales de la Oficina Federal de los Seguros Sociales (OFAS), a El Confidencial.

Foto: Bandera de Suiza en el Mount Saentis. (Reuters) Opinión

Sin embargo, otros se muestran mucho más escépticos. El abogado Philip Stolkin, uno de los líderes en el referéndum contra el 'no', cree que las aseguradoras han buscado un chivo expiatorio para transformar el país “en una psicosis policial”. Y su trabajo, explica a este periódico nada más coger el teléfono, es impedirlo: “Siempre hay que estar luchando contra el mal”.

Stolkin considera que los suizos votaron a favor de esta ley gracias a “años y años de propaganda" del xenófobo Partido del Pueblo Suizo, la formación política más votada del país, convenciendo a sus votantes de que todo aquel que necesita una ayuda social está defraudando al Estado: “Se creen que esto es una película. Mandan a un detective, hacen unas fotos y dicen: mira, esta mujer está sonriendo, no necesita el dinero de salud o del paro”, añade.

La explicación de un detective privado

Para entender bien el alcance de esta medida hemos hablado con el detective X., director de la Neuhaus Private Investigation, la única agencia de detectives en la Suiza francófona que tiene licencia para entrenar a los nuevos detectives sociales.

PREGUNTA. ¿Cómo de normal es contratar una agencia de detectives en Suiza?

RESPUESTA. La mayoría de nuestros pedidos vienen del sector de la industria, de los seguros, de la abogacía y de las empresas. De momento es poco común, porque la profesión es muy secreta y la gente no sabe muy bien a qué nos dedicamos. El problema es que, hasta la fecha, cualquier persona podía convertirse en detective sin ningún tipo de preparación. Por eso, no teníamos mucho crédito. Desde el 1 de octubre de 2019, los detectives privados contratados por seguros sociales deben seguir un entrenamiento especial.

P. ¿Por qué han aprobado los suizos esta ley de detectives sociales? ¿Diría que ustedes son distintos que los europeos en términos de privacidad?

R. No creo que seamos distintos. Estoy seguro de que el marco legal sobre privacidad es muy parecido al de otros países. Esta ley fue aprobada porque los suizos son muy sensibles al tema de la honestidad. Comparado con el resto del mundo, aquí tenemos muy poca corrupción. En Suiza, la gente ha entendido que aquellos que abusen de la seguridad social ponen en peligro a todo el sistema. Son un auténtico riesgo para aquellos asegurados que realmente necesitan el dinero. La mayoría de suizos pensó que no había ninguna razón para no perseguir a los tramposos.

Esta ley fue aprobada porque los suizos son muy sensibles al tema de la honestidad. Aquí, tenemos muy poca corrupción

P. ¿Cuánto afectará a su trabajo diario esta ley social?

R. No creo que nos beneficiemos mucho. Si miramos las estadísticas, tan solo un porcentaje pequeño de los asegurados defraudan o son tramposos. La gran mayoría de los suizos son muy honestos. Pero, en cierto modo, tendremos algunos casos al año. A largo plazo, creo que esta ley nos beneficiará porque contribuirá a mejorar la fama de los detectives.

P. ¿Por qué cree que los detectives serán efectivos contra los defraudadores? ¿Considera que podría ser una solución para otros países como España, donde el fraude es mucho más alto?

R. Lo tengo absolutamente clarísimo, no tengo ninguna duda. He investigado delitos durante 22 años en las fuerzas policiales suizas. Muchas veces, he visto cómo los tramposos disfrutaban de los sistemas sociales y recibían dinero de ellos. ¿Qué se hacía? Nada, porque apenas había voluntad política para luchar contra esos abusos. Esta ley cambiará el pensamiento de los defraudadores, que saben muy bien que ahora serán investigados por un detective privado.

P. ¿Cómo de difícil es para un detective privado determinar si alguien está defraudando a una agencia de desempleo o a la seguridad social?

R. El detective tan solo debe observar y reportar hechos objetivos sin ninguna interpretación. En ningún caso deberá decidir la culpabilidad o no de una persona asegurada. Eso es decisión de la autoridad competente. Los detectives serán entrenados específicamente para esto. Ahora, sin entrenamiento, solo pueden llevar a cabo investigaciones sociales aquellos que en el pasado fueron policías.

P. Algunos críticos dicen que ustedes tendrán más poder que la propia policía suiza.

R. Es totalmente falso. Por ejemplo, dependiendo de la seriedad de los delitos y de las investigaciones, los policías pueden usar medidas restrictivas como pinchar teléfonos, poner micrófonos en las viviendas o monitorear el correo. Los detectives no podemos hacer eso. Es ilegal.

***

Este detective, sin embargo, no menciona un actor crucial para la aprobación de la ley: las aseguradoras privadas. Ellas fueron las primeras en usar a detectives privados para ‘cazar’ a sus asegurados haciendo trampas. “En Suiza las aseguradoras privadas pueden hacer lo que quieran. Están muy protegidas”, asegura Stolkin.

Desde hace años, las aseguradoras privadas como la IA (seguro de invalidez) y la SUVA (seguro de accidentes) empleaban a detectives privados para investigar si sus asegurados les estaban defraudando. Entre 2010 y 2016, los seguros de invalidez privados realizaron una media de 2.400 investigaciones al año, de las cuales 150 fueron realizadas por un detective, según la OFAS. Estas observaciones fueron exitosas en uno de cada dos casos.

Foto:  Flavia Kleiner, colíder de la Operación Líbero. (Cedida)

El sector de las aseguradoras afirma que, gracias a los controles contra el fraude, ahorraron 40 millones de francos suizos (35 millones de euros) cada año, sumando un total de 178 millones de francos en ese periodo. 60 de esos millones son atribuidos a las investigaciones realizadas por detectives. Sin embargo, apenas un 0,3-0,5% de las pesquisas acabaron detectando un fraude al seguro de invalidez sobre un total de 217.000 beneficiarios. Hasta que el Tribunal de Estrasburgo obligó a las aseguradoras a congelar las investigaciones.

Las pesquisas que detectaron un fraude tan solo fueron un 0,3-0,5% sobre el total de los 217.000 beneficiarios en los seguros de invalidez

En octubre de 2016, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que las compañías de seguros suizas no podían vigilar en secreto a sus asegurados porque carecían de base legal. Y los detectives perdieron su monopolio. Sin embargo, los partidos políticos, presionados por la industria, encontraron una solución legislativa en un año y medio. En marzo de 2018, las dos cámaras del Parlamento aprobaron una revisión de la ley para dotar de base jurídica a las actividades de vigilancia. Y aprovecharon la oportunidad para incluir también los seguros proporcionados por el Estado.

“Hubo un poco de revuelo, pero los suizos tampoco vieron mal la nueva medida” explica Muriel Ballaman, periodista de la Radio Televisión Suiza. Pero aún quedaba un último capítulo por escribir. Sorprendida por la nueva ley, la escritora Sibylle Berg publicó un tuit en el que exigía un referéndum a sus 78.000 seguidores. Y a Dimitry Rougy le pareció una buena idea.

El referéndum fallido

Rougy, un joven de 22 años con los ojos negros, recibe a El Confidencial en el hotel de Florhof, una especie de palacio del siglo XVIII en el corazón de Zúrich, para contarnos los entresijos de la campaña del referéndum, por qué se siente satisfecho pese a la derrota posterior y cuál es el verdadero motivo por el cual los suizos están conformes con esta medida: “Me gusta este sitio porque es muy tranquilo. No hay nadie”, susurra.

placeholder Dimitri Rougy, el joven de 22 años que desafió a las aseguradoras. (Laurent Burst)
Dimitri Rougy, el joven de 22 años que desafió a las aseguradoras. (Laurent Burst)

La escritora alemana y Rougy formaron una plataforma con el objetivo de reunir las 50.000 firmas necesarias para celebrar un referéndum contra una ley impulsada por el Parlamento. En 62 días consiguieron 75.000. Pese a la alegría inicial, todo apuntaba a una victoria aplastante del "sí", liderada por el Partido Popular Suizo, así que probaron nuevas estrategias. La medida más bizarra y efectiva fue la publicación en directo de vídeos de personas que habían aceptado ser grabados durante 24 horas por el equipo de Rougy “con los mismos medios que podían utilizar los detectives privados”.

“¿Queremos un mundo en el que no puedas estar enfermo sin tener que ser vigilado por un detective, donde un avión no tripulado aparezca en tu ventana?”, aseguraba el abogado pro derechos humanos Philip Stolkin en cada mitin.

Pese a los esfuerzos, Rougy y sus amigos fracasaron. El 25 de noviembre de 2018, el 64,7% de los suizos dijo “sí” a los detectives sociales. Rougy no se arrepiente: “Una batalla política debe lucharse según tus convicciones, y no si la vas a ganar o no”, dice este joven socialista que se metió a política con apenas 13 años. Después de una pausa de unos segundos, recuerda que apenas contaban con medio millón de francos para la campaña: "Si quieres ganar un referéndum necesitas, de media, uno o dos millones por lo menos".

Foto: Póster del Partido Popular suizo alertando de la masiva inmigración antes de las elecciones. (Reuters)

La Oficina Federal de Seguros Sociales siempre ha desmentido que se pudiera grabar a los asegurados en sus propias casas. Pero tanto Rougy como Stolkin insisten en que la ley era muy difusa. "En un debate en la televisión pública, el presidente de Suiza me prometió que no se podría espiar a gente que estuviera en el salón de su casa. Fue ahí cuando supe que, fuera cual fuera el resultado, había valido la pena", explica Rougy antes de apurar un último sorbo de té. Y la legislación se mejoró.

Apenas 30 detectives preparados

Los detectives privados que quieran trabajar con los seguros sociales deberán obtener un permiso del OFAS. Primero, deberán pasar un breve curso o bien en la ya citada agencia Neuhaus o en la agencia Business Control AG, situada en Zúrich, que ofrece dos días de curso legal, así como cinco de observación. El entrenamiento te enseña a seguir a una persona de forma discreta con un coche, cómo usar el mejor camuflaje posible o sacar partido a todo el equipo tecnológico disponible.

“La frase 'si no tienes nada que esconder, no tienes nada que temer' es propia de un régimen totalitario. Es fruto del lavado de cerebro que nos han hecho”

Por ahora "la demanda está muy por debajo de las expectativas", tal y como reconoció hace unos días el director del programa, Pascal Oswald, a EN24. Apenas se han concedido una treintena de autorizaciones, según confirman fuentes del OFAS a El Confidencial. El propio director operativo de Business Control AG cree que esto demuestra que se ha exagerado la advertencia sobre la “masiva vigilancia” que iba a aterrizar en Suiza.

Para Rougy, por el contrario, el número de detectives no importa. “Solo nos damos acordamos de la libertad una vez que ya la hemos perdido”, masculla, justo cuando por primera vez un hombre, con un sombrero, entra al salón del hotel. “La frase 'si no tienes nada que esconder, no tienes nada que temer' es propia de un régimen totalitario. Es fruto del lavado de cerebro que nos han hecho”.

*María Figueroa es un nombre falso para proteger su identidad

Lo primero que hizo María Figueroa* tras decidir que se volvía a Madrid fue registrarse en la oficina del paro de Ginebra. Con el dinero mensual del seguro de desempleo, un suculento 70% de su anterior salario (80.000 euros anuales), iba a pagarse un máster en España. Tan solo tendría que asistir a algunas entrevistas en Suiza y aplicar a un número determinado de empresas al mes que, por supuesto, nunca le fueran a contratar.

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