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Jóvenes españoles en la lucrativa meca del empleo de élite: "Solo traen a los mejores"
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Sueldos ESTRATOSFÉRICOS, carreras aceleradas

Jóvenes españoles en la lucrativa meca del empleo de élite: "Solo traen a los mejores"

La recuperación económica española ha reducido el flujo de trabajadores que salen del país a Suiza. Pero los que se van son los más cualificados, en búsqueda de la excelencia y los altos salarios

Foto: Ignacio (sector financiero), Alfonso (industria) y Pepe (ingeniería).
Ignacio (sector financiero), Alfonso (industria) y Pepe (ingeniería).
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“Ayer, una empresa suiza me ofreció un trabajo de 100.000 euros al año, pero tuve que decir que no”, cuenta Pepe en un restaurante en el centro de Zúrich. Este joven ingeniero de 25 años, que se define como "un tío normal de Úbeda" y vino a Suiza hace dos años para hacer unas prácticas en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), reconoce que el salario le parecía estándar. ¿El motivo? En unos meses, acabará sus estudios del máster de Management, Technology and Economics de la prestigiosa Escuela Politécnica de Zúrich y recibirá ofertas igual o más suculentas. Pero la historia de Pepe no es una excepción.

Desde la masiva emigración de camareros y obreros en los años cincuenta y sesenta, Suiza ha sido uno de los polos de atracción preferidos por españoles. Durante la crisis de 2008, se reprodujo el mismo patrón y se unieron los recién licenciados empujados por el rampante desempleo. La recuperación económica de los últimos años, sin embargo, ha reducido el flujo de migrantes a Suiza. Ahora, los que se van son jóvenes muy cualificados que podrían tener trabajo en España pero, como Pepe, buscan la excelencia, el reconocimiento y el salario que no encuentran en su propio país.

Foto: Póster del Partido Popular suizo alertando de la masiva inmigración antes de las elecciones. (Reuters)

Para este reportaje, nos reunimos con una decena de profesionales de sectores de la banca, la ingeniería, la medicina o la consultoría que viven en Ginebra y Zúrich, dos ciudades que acumulan casi el 80% de los 131.376 españoles residentes en Suiza (la cuarta comunidad española más numerosa en Europa). Ellos, jóvenes entre 24 y 35 años, nos dan las claves para saber cómo es posible hacerse un hueco en el ultracompetitivo mercado de trabajo suizo y nos cuentan las ventajas y los inconvenientes de vivir en el tercer país más caro del mundo.

Suiza no es Londres

“Suiza importa lo mejor de cada país. Solo abren la puerta a los perfiles profesionales que les interesa", relata Fabrice, un arquitecto madrileño de 30 años que vive en Ginebra desde hace seis años. Hay cupos para los extranjeros y los europeos tienen 90 días para conseguir un permiso de trabajo. Si no, son expulsados. "Suiza no es Londres. Si eres camarero, seguramente no seas bienvenido aquí", coinciden varios españoles, que recuerdan que las empresas locales primero tienen que notificar sus puestos vacantes a los suizos. Aun así, el 25% de la población es extranjera —España ni siquiera llega al 10%— y es fundamental para suplir la escasez en los puestos cualificados.

Si en 2010 el 14% de los españoles que vivían en Suiza trabajaban en empleos liberales y científicos, en 2018 ese porcentaje ha aumentado hasta el 26%, según datos del Instituto de Estadística suizo solicitados por El Confidencial. "Los que más empleo generan en Suiza son los sectores de la tecnología, el lujo, el gran consumo, el farmacéutico, el financiero y la consultoría”, relata Ignacio (1987), un español que trabaja en el sector financiero en Ginebra tras licenciarse en ingeniería aeronáutica e investigación y técnicas de mercado en Madrid, hacer un máster en Project Management y realizar un MBA.

El perfil más demandado en Suiza es un joven profesional con estudios universitarios, excelente inglés y, por lo menos, cinco años de experiencia en su sector. Además, si es médico o arquitecto, necesitará un buen nivel de francés o alemán (B2). "Suiza no es un país recomendable para recién licenciados, ni para mejorar un idioma o tener la primera experiencia internacional. La competencia es feroz y las condiciones del país no te lo permiten", especifica Alfonso, un ovetense de 32 años que es director de desarrollo de negocio para la división de perfumería de Firmenich.

El aumento de la participación de los españoles en estos sectores ha afectado a las profesiones intermedias, la hostelería y los servicios, que se han mantenido estancadas respecto al inicio de la crisis, pese a que la comunidad nacional no ha parado de crecer. Pero esta transformación del emigrante español se explica mejor poniendo la lupa en la hiperdiversificada economía suiza y su flexible mercado de trabajo.

El Apple del mundo

La locomotora suiza funciona a pleno rendimiento. Su economía, la mitad que la española pese a ser tener una población de 8,6 millones de habitantes, crecerá un 1,3% en 2019 y un 1,7% en 2020. No se resentirá mucho ni del fin del secreto bancario ni de la guerra comercial gracias, entre otras cosas, a no poner todos los huevos en la misma cesta. Suiza ha sido capaz de diversificar en alto valor añadido y de competir en un mercado muy competitivo sin rebajar precios, lo que le ha valido para ganarse el apodo de 'el Apple del mundo', según la revista 'Forbes'.

La existencia de un gran número de multinacionales, que se aprovechan de la baja imposición para empresas en algunos cantones, "abre un enorme abanico de oportunidades profesionales y favorece el que puedas desarrollarte muy rápido, ya que el panorama profesional es muy competitivo. Me parece algo bastante único en Europa", explica Alfonso.

"Aquí no solo compiten las personas, sino que las empresas también tienen una competencia interna que atrae a muy buenos talentos", detalla Ignacio. En ese sentido, el flexible mercado laboral suizo —el paro se encuentra en mínimos históricos del 3%— es uno de los aspectos más atractivos para los españoles, porque permite tener una carrera profesional acelerada: "Tú das y te dan más. Suiza no te permite llegar a conformarte si tú no quieres. Eso en España es muy complicado de encontrar en el momento actual", destacan.

Importan muchos médicos

Beatriz, una joven de Pozuelo que trabaja en un centro médico de Lausanne, sospecha que su teléfono móvil está en algún foro de médicos en España, porque siempre le llama mucha gente en febrero y en octubre para preguntarle si deben emprender la aventura helvética. Para ella, venirse a Suiza tras terminar la carrera de medicina en 2013 supuso varias ventajas: "No tienes que hacer el MIR, empiezas con un sueldo de 70.000 francos anuales (63.390 euros) que va aumentando cada año con una excelente formación práctica y teórica lo más importante, tienes trabajo indefinido seguro, algo que ni el MIR te garantiza en España", subraya.

Foto: Foto: iStock.

Sin embargo, Beatriz advierte que el modelo suizo alarga mucho la especialidad (que se consigue, de media, a los 36,2 años). En vez de decidir desde el principio qué especialidad quieres hacer, puedes probar varias. Ella, por ejemplo, al principio quiso hacer neurología y al final decidió especializarse en psiquiatría: "Hasta que no acabes tu especialidad, que dura de media 12 años, no se puede convalidar si vuelves a España" (no todas duran 12 años). Cuando se va la gente no es consciente del sacrificio, pero es una buena opción si no tienes claro qué hacer o no quieres jugártelo todo al MIR”.

El coste de las guarderías es tan alto (2.500 euros por hijo al mes) que muchas mujeres dejan el trabajo a tiempo completo para cuidar de sus hijos

Pero Suiza también presenta inconvenientes respecto a España. Por ejemplo, el principal problema del país: la desigualdad entre hombres y mujeres. El coste de las guarderías es tan alto (2.500 euros por hijo al mes) que muchas mujeres dejan el trabajo a tiempo completo para cuidar de ellos. Las madres tienen derecho a una baja por maternidad de 16 semanas, mientras que los padres solo de un día, lo que facilita la discriminación en los procesos de contratación. "Conozco madres que han dejado el trabajo para cuidar de sus bebés y nunca han podido volver a meterse en la rueda", apuntan varios españoles.

Salarios estratosféricos

Pero el coste de las guarderías hay que medirlo en proporción a los sueldos. Después de Islandia y Luxemburgo, Suiza es el tercer país con los salarios más altos del mundo, según la OCDE. El sueldo mediano es 6.506 francos (5.888 euros), aunque en los puestos cualificados esa cifra se dispara, como en el sector farmacéutico o financiero, donde los puestos, según cifras oficiales, pueden superar con facilidad los 10.000 euros mensuales, sin contar con los bonus.

Según los años de experiencia, un banquero puede subir hasta los 300.000 euros, mientras que un médico que trabaje en una consulta privada puede rondar los 257.000. De hecho, el año pasado un estudio de la Oficina Federal de la Salud Pública cifró en más de 500.000 francos suizos el sueldo de los oncólogos, anestesistas, cirujanos maxilofaciales o radiólogos.

Pero la gran pregunta que acecha es: ¿se puede vivir bien con los salarios medios? "Más o menos, el coste de vida en Suiza es el doble que en España, mientras que los salarios, de media, son el triple", replican muchos españoles, que reconocen que los servicios (y vicios) son mucho más caros que en España. Las copas de alcohol rondan los 15-20 francos (18 euros), una hamburguesa en cualquier bar te puede costar 25 o 30 (27 euros) y un corte de pelo para hombre son 41 (37 euros).

Pero algunos, como Pepe, dan la clave del ahorro. Este joven andaluz recuerda que, si bien en ambos países acabas ahorrando el mismo porcentaje de tu salario, las cantidades difieren. Cuando un fin de semana te quedas en casa, en Madrid ahorras 80 euros, mientras que "en Zúrich puedes dejar de gastar 300". Por eso algunos españoles tienen como plan trabajar unos años en Suiza y, después, volver a España comprando una casa.

Cuando un fin de semana te quedas en casa, en Madrid ahorras 80 euros, mientras que "en Zúrich puedes dejar de gastar 300"

Adaptarse a Suiza, por otro lado, no es fácil. Aunque el país se encuentra en el corazón de Europa, sus costumbres son muy diferentes a las españolas. "Aquí la picaresca está penada, literalmente", recuerdan. Reproches por cruzar en rojo en la calle, multas por hacer fiestas en casa a partir de las 22:00 o castigos penales por repetidas infracciones en las carreteras son apenas un vistazo a esta cultura calvinista.

Sin embargo, ninguno de estos inconvenientes hace que los españoles consultados se planteen regresar en el corto plazo a España. Cuando se les pregunta si volverán, todos acaban diciendo lo mismo: les encantaría, pero las condiciones laborales decantan la balanza por Suiza.

"Tengo un buen amigo en Madrid, con un sueldo decente en un gran banco, trabajando de ingeniero. Su novia también trabaja y estudió publicidad. No pueden encontrar un lugar decente para vivir. Es la cruda realidad", explica Pepe. "En Suiza, otra pareja de amigos, con puestos de trabajo similares, viven en el centro, en un piso moderno, espacioso y bien conectado. El verano pasado se fueron de vacaciones a Japón".

“Ayer, una empresa suiza me ofreció un trabajo de 100.000 euros al año, pero tuve que decir que no”, cuenta Pepe en un restaurante en el centro de Zúrich. Este joven ingeniero de 25 años, que se define como "un tío normal de Úbeda" y vino a Suiza hace dos años para hacer unas prácticas en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), reconoce que el salario le parecía estándar. ¿El motivo? En unos meses, acabará sus estudios del máster de Management, Technology and Economics de la prestigiosa Escuela Politécnica de Zúrich y recibirá ofertas igual o más suculentas. Pero la historia de Pepe no es una excepción.

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