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Acuerdo de salida o desacato a la ley: Johnson ya no puede evitar la prórroga del Brexit
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La Cámara bloquea las elecciones anticipadas

Acuerdo de salida o desacato a la ley: Johnson ya no puede evitar la prórroga del Brexit

Tras perder su moción para convocar elecciones anticipadas, al premier británico sólo le queda ignorar al Parlamento para no pedir la prórroga del Brexit, arriesgándose a ser juzgado por desacato

Foto: Protestas en londres contra el "brexit". (EFE)
Protestas en londres contra el "brexit". (EFE)

La ministra de Comercio Exterior de Países Bajos, Sigrid Kaag, ha explicado que llega un punto en el que "la certeza de algo malo puede ser mejor que la actual incertidumbre sin una expectativa nueva", por lo que su Gobierno prefiere ya un Brexit sin acuerdo a otra prórroga. La distancia puede ayudar a ver con mejor claridad una crisis.

Si finalmente Londres solicita una nueva extensión, se espera que el resto de los Estados miembros del bloque acaben cediendo. La UE no querría ser en última instancia la culpable de un divorcio caótico. Pero tampoco se puede culpar a Bruselas del cansancio que produce tanto hartazgo. Y, al fin y al cabo, ¿merece la pena aprobar una nueva ampliación de plazos si el propio primer ministro británico se muestra en contra?

Para Boris Johnson ha llegado la hora de la verdad. Su segundo intento por forzar elecciones anticipadas para el próximo 15 de octubre fracasó este lunes por la noche. Westminster ha cerrado sus puertas hasta el próximo 14 de octubre. Ya no pueden sacarse las urnas, como pronto, hasta noviembre. Por lo que el primer ministro está ahora obligado a pedir una nueva extensión de plazos hasta el 31 de enero, a menos que sea capaz de cerrar un Acuerdo de Retirada antes del 19 de octubre.

El pasado mes de agosto, el líder 'tory' logró la aprobación de Isabel II para cancelar la actividad parlamentaria en otoño antes de lo previsto. Lo que no contaba es que la oposición iba a jugar también sus cartas aprobando por la vía rápida una ley que ahora le pone contra las cuerdas.

Desde que se mudó a Downing Street, Johnson ha repetido que sacará al Reino Unido del bloque -con o sin pacto- para el 31 de octubre. Romper su promesa sería un suicidio político y, puesto que asegura que prefiere "estar muerto en una zanja antes que pedir una nueva prórroga", ahora solo le quedan dos opciones: cerrar un pacto en la cumbre europea clave del 17-18 de octubre o desobedecer la ley, a riesgo de acabar en la cárcel por desacato.

El controvertido político estuvo el lunes en Dublín reunido con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, al que señaló que su principal objetivo sigue siendo cerrar un convenio. Pero continúa sin dar detalles sobre su alternativa al polémico 'backstop' y Bruselas no va aceptar nada que no tenga una salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda.

Foto: Una pegatina contra el Brexit en la frontera de Irlanda del Norte. (EFE)

Por otra parte, muchos -incluyendo representantes de sus propias filas- consideran que el primer ministro se ha convertido en una marioneta de su principal asesor, Dominic Cummings, cerebro de la campaña euroescéptica durante el referéndum de 2016, un hombre sin escrúpulos, para el que los medios siempre justifican el fin.

Acabar en los tribunales

Y, en este sentido, se ha llegado a especular con que toda la crisis del Brexit pueda acabar finalmente en los tribunales. Según los rotativos, Cummings habría dicho a su círculo más cercano que, a menos que la oposición logre tomar de nuevo el control de la agenda parlamentaria para aprobar la revocación del Artículo 50 -lo que cancelaría el Brexit- entre el 21 y el 31 de octubre, los diputados llevarán al primer ministro hasta el Tribunal Supremo si se niega a pedir una extensión.

Pero, debido al apretado calendario, el oscuro estratega espera que la Justicia no cuente con el tiempo necesario para abordar la situación, por lo que el Brexit se acabaría ejecutando, por defecto, para Halloween. Un órdago con consecuencias difíciles de valorar.

Ahora, sin embargo, se baraja la posibilidad de que, para cumplir la ley, Johnson acabe mandando a Bruselas dos cartas. La primera solicitando una nueva prórroga. La segunda, explicando que él se muestra en contra. Ante una petición, el resto de Estados miembros debe aprobar una nueva ampliación de plazos por unanimidad. Pero, con semejante escenario, ¿tendría sentido?

En la interminable saga del Brexit se ha demostrado que en cualquier momento puede haber un giro inesperado. Pero a día de hoy está claro que la posición de Johnson es delicada. Él, que tanto había criticado el liderazgo de su predecesora, Theresa May, está en la cuerda floja cuando no se cumplen ni dos meses de su mudanza al Número 10.

En la intensa jornada del lunes en Westminster, que se alargó hasta altas horas de madrugada, el primer ministro, además de no conseguir forzar comicios adelantados -solo obtuvo el apoyo de 293 diputados, lejos del respaldo necesario de los dos tercios de la Cámara Baja (434) para sacar las urnas- cosechó otras dos importantes derrotas.

Escenarios apocalípticos post Brexit

La Cámara de los Comunes exigió al Ejecutivo (por 311 frente a 302 votos) que publique la "Operación Escribano Cerillo" (un tipo de ave, mal traducida al español como Martillo Amarillo) con las consecuencias de un Brexit sin acuerdo. Una filtración este verano de Sunday Times adelantó que el Gabinete temía desabastecimiento de alimentos, medicinas y gasolina. El Gobierno está ahora obligado a publicar el documento antes de las 23.00 hora (local) del 11 de septiembre.

La moción fue presentada por el que fuera fiscal general del Estado, Dominic Grieve, uno de los 21 tories rebeldes expulsados del partido la semana pasada, que ahora se sienta como independiente.

Por otra parte, la Cámara Baja también aprobó -sin necesidad de votación- la moción presentada por el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, donde se venía a decir que sus señorías esperan que el Gobierno actúe conforme a la ley.

La dimisión de 'Mr.Speaker'

Los dos debates de emergencia se celebraron tras recibir luz verde del presidente de la Cámara Baja, el polémico John Bercow, quien anoche anunció su dimisión para el 31 de octubre. El tory ha tomado un protagonismo muy inusual para el puesto que ocupa desde 2009. El llamado Mr. Speaker es la persona que pone orden en cada sesión y al que se le presupone un papel completamente imparcial. Es también el responsable de elegir, de entre todas las enmiendas presentadas, aquellas que deben votarse.

Pero en el complejo proceso de divorcio ha recibido muchas críticas por parte de los euroescépticos, que consideran se ha interpuesto en sus planes descartando y eligiendo intencionadamente propuestas que han acabado cambiado las reglas de juego, evitando desde el inicio una salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo.

El hecho de que tras anunciar su salida fuera ovacionado en pie por la oposición mientras que el Gobierno de Johnson -compuesto en su mayoría por euroescépticos- permaneciera impasible en sus escaños fue de lo más significativo.

La ministra de Comercio Exterior de Países Bajos, Sigrid Kaag, ha explicado que llega un punto en el que "la certeza de algo malo puede ser mejor que la actual incertidumbre sin una expectativa nueva", por lo que su Gobierno prefiere ya un Brexit sin acuerdo a otra prórroga. La distancia puede ayudar a ver con mejor claridad una crisis.

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