Seis claves para entender otra jornada importante en el psicodrama del Brexit
Boris Johnson va a intentar forzar de nuevo la convocatoria de elecciones, pero la oposición se lo impedirá. ¿Qué va a pasar después?
Boris Johnson jamás pudo llegar a imaginar que Downing Street acabaría convirtiéndose en una cárcel. Cualquier primer ministro desearía quedarse en su cargo. Cualquier líder de la oposición apoyaría la convocatoria de elecciones anticipadas para intentar formar Gobierno. Pero en el psicodrama del Brexit las cosas no funcionan así. Desde hace ya tiempo la política británica es testigo de escenarios rocambolescos. Y cuando el líder 'tory' intente forzar este lunes la convocatoria de comicios, la oposición no se lo permitirá. Quiere asegurar primero una nueva extensión de plazos para evitar el temido divorcio caótico de la Unión Europea el 31 de octubre.
La situación en Westminster es un rompecabezas. Aquí seis claves para entenderlo. 'Spoiler': nadie sabe con certeza qué va a pasar… y en momentos de crisis los políticos están últimamente de lo más creativos.
1. Derogación de Westminster
En agosto, en una jugada maestra, Boris Johnson pidió y obtuvo de la reina Isabel II (que no puede poner en riesgo su neutralidad) la orden para suspender la actividad en Westminster desde mediados de septiembre (no antes del lunes 9 y no después del jueves 12) hasta el 14 de octubre.
Todos los otoños, el Parlamento cierra aproximadamente tres semanas mientras que los partidos políticos celebran sus congresos anuales. El primer ministro también puede concluir un periodo de sesiones y dejar unos días para iniciar el siguiente con el llamado “Discurso de la reina”, donde la monarca lee el texto redactado por el Ejecutivo para fijar las prioridades de la próxima sesión.
Sin embargo, no se había visto una suspensión tan prolongada desde 1945. Está claro que la decisión de Johnson era una táctica para dejar a los diputados sin capacidad de maniobra y así evitar que se interpusieran en su gran objetivo de sacar al Reino Unido de la UE -con o sin pacto- para el 31 de octubre, cuando concluye la prórroga concedida por Bruselas.
2. Boris Johnson pierde el control
Con lo que el primer ministro no contaba es que los diputados también iban a jugar muy bien sus cartas. El 3 de septiembre, el mismo día que se retoma la actividad en Westminster tras el receso estival, Sir Oliver Letwin (ex 'tory' convertido ahora en independiente) presentó una moción para arrebatar al Gobierno el control de la agenda parlamentaria. Fue aprobada por 328 votos a favor frente a 301 en contra, gracias al apoyo de 21 diputados conservadores rebeldes a los que Johnson echa de la formación, empeorando aún más la guerra civil entre sus filas.
El miércoles 4 de septiembre, el laborista Hilary Benn presenta un proyecto de ley que en tan sólo tres días logra estar ratificado por Comunes y Lores por la vía rápida y que obliga ahora al Gobierno a pedir una nueva prórroga a Bruselas.
3. Qué estipula la ley de Hilary Benn
En concreto, la normativa estipula que si para el 19 de octubre no se ha aprobado un Acuerdo de Retirada o el Parlamento no ha dado su consentimiento explícito para salir sin pacto -algo imposible con la actual aritmética-, el Ejecutivo debe solicitar a Bruselas una nueva ampliación de plazos hasta el 31 de enero de 2020.
Para dejar todo completamente atado, de manera inusual, la ley especifica la redacción exacta de la carta que se debe remitir al presidente del Consejo Europeo. En este sentido, si la UE responde proponiendo una fecha diferente, el primer ministro tendrá dos días para aceptar esa propuesta. Durante estos dos días, los parlamentarios, no el Gobierno, tendrán la oportunidad de rechazar esa fecha.
La ley también requiere a los ministros que informen a la Cámara de los Comunes sobre todo el proceso, lo que brinda más oportunidades para que los diputados tomen el control.
4. La UE puede oponerse a una extensión
El Gobierno británico puede pedir una nueva prórroga, pero eso no garantiza que la tenga. El resto de estados miembros de la UE debe aprobarla por unanimidad. El presidente francés Emmanuel Macron es uno de los más reacios para nueva extensión, pero llegados a este escenario, se presupone que acabará cediendo. Como posibilidad remota, Johnson podría persuadir a uno de los estados miembros para que rechace su solicitud.
5. Elecciones anticipadas
Johnson ha dicho que “antes muerto en una zanja que pedir una nueva prórroga inútil”, por lo que este lunes volverá intentar forzar elecciones anticipadas para el 15 de octubre. El 4 de septiembre ya lo intentó sin éxito y ahora volverá a fracasar porque necesita el apoyo de dos tercios de la Cámara de los Comunes y los partidos de la oposición han llegado a un pacto para votar en contra o abstenerse.
Laboristas, Liberal Demócratas, independentistas escoceses del SNP y galeses de Plaid Cymru han llegado a un consenso para que no se puedan celebrar elecciones anticipadas antes de la cumbre europea del 17-18 de octubre (donde esperan se pida una nueva extensión).
La oposición no quiere correr ningún riesgo. Sabe que si hay comicios a mediados de octubre y Johnson gana podría derogar la ley que le obliga pedir una extensión y llevar a cabo su promesa de sacar al Reino Unido de la UE -con o sin pacto- para el 31 de octubre.
6. Qué opciones hay
- El premier no cuenta con mucho margen de maniobra. Si se niega a cumplir la ley que le obliga a pedir nueva prórroga, la oposición -junto los 'tories' rebeldes- preparan acciones legales para llevarle a los tribunales.
- En un órdago, Johnson podría presentar su dimisión con el objetivo luego de regresar por la puerta grande. La estrategia sería que fueran otros quienes pidieran la extensión a Bruselas y hubiera luego elecciones. Él se presentaría como candidato 'tory', el gran “mártir”, el representante del “pueblo contra Westminster”, el único que quiere cumplir con el resultado del referéndum. Culparía a los que han pedido nueva ampliación de plazos de “traidores”, para así intentar ganar mayoría y poder ejecutar el Brexit.
-Johnson también podría presentar un proyecto de ley para que se pudieran celebrar elecciones sólo con el apoyo de la mayoría simple de la Cámara de los Comunes. Pero esto tiene riesgos, ya que al ser proyecto de ley, durante la fase de enmiendas, la oposición podría aprobar una para fijar una fecha posterior a la del 31 de octubre.
- El líder laborista, Jeremy Corbyn, podría presentar moción de confianza contra el Gobierno para intentar formar con el resto de partidos de oposición un Ejecutivo de unidad nacional, de manera temporal, para que una vez se haya pedido extensión se puedan celebrar elecciones anticipadas.
- Johnson también estaría dispuesta a desobedecer la ley. Si no consigue elecciones, no pedirá extensión. Y si pierde moción de confianza tampoco dimitirá. La estrategia sería que todo termine en los tribunales sabiendo que, ante la falta de tiempo, se agote el calendario y, por defecto, se ejecute el Brexit el 31 de octubre.
Boris Johnson jamás pudo llegar a imaginar que Downing Street acabaría convirtiéndose en una cárcel. Cualquier primer ministro desearía quedarse en su cargo. Cualquier líder de la oposición apoyaría la convocatoria de elecciones anticipadas para intentar formar Gobierno. Pero en el psicodrama del Brexit las cosas no funcionan así. Desde hace ya tiempo la política británica es testigo de escenarios rocambolescos. Y cuando el líder 'tory' intente forzar este lunes la convocatoria de comicios, la oposición no se lo permitirá. Quiere asegurar primero una nueva extensión de plazos para evitar el temido divorcio caótico de la Unión Europea el 31 de octubre.