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El dilema iraní: ¿cómo vengarse de Israel sin ampliar la guerra... ni forzar a EEUU?
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El dilema iraní: ¿cómo vengarse de Israel sin ampliar la guerra... ni forzar a EEUU?

Teherán deshoja la margarita de cual será su reacción tras el ataque israelí que asesinó en Damasco a siete jefes de los Guardianes de la Revolución. Quizás tome represalias recurriendo a sus aliados, pero sin enfrentarse directamente

Foto: El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei. (EFE)
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei. (EFE)

Irán lleva más de 10 días deshojando la margarita de cómo será su venganza contra Israel. El 1 de abril, Tel Aviv bombardeó el consulado iraní en Damasco, dejando 16 muertos, entre ellos siete destacados miembros de los Guardianes de la Revolución, el Ejército que encarna los valores de la República Islámica. Entre los muertos figuraba el general Mohamed Reza Zahedi, el enlace entre los Guardianes y la milicia libanesa Hezbolá. Este ha sido solo el último, pero quizá más llamativo, de los ataques israelíes contra intereses o actores iraníes en la región desde el inicio de la invasión de Gaza.

El líder supremo iraní, Ali Jamenei, ha anunciado en varias ocasiones —la última el miércoles—, que el "régimen sionista" será castigado, y sus aliados aparentan haberse tomado en serio estas advertencias. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cambió sus últimas declaraciones, más cautas con Israel desde la muerte de los siete cooperantes de la World Central Kitchen del español José Andrés, para volver a reiterar ese mismo día su apoyo “inquebrantable” a Israel.

Estas palabras son solo el elemento más público de las sospechas de EEUU y sus aliados de que una respuesta iraní, quizá en forma de misiles o drones contra Israel, es “inminente” en "los próximos días", según ha asegurado la agencia de prensa Bloomberg, citando fuentes de inteligencia norteamericanas. Paralelamente, este mismo jueves el general Erik Kurilla, jefe del Comando Central del Ejército EEUU, aterrizaba en Israel para reunirse con altos mandos militares para preparar una respuesta coordinada a un ataque de Irán o de sus socios en la región contra objetivos militares y gubernamentales israelíes. En el marco del aumento de la tensión, el barril de crudo continúa su escalada y compañías como la aerolínea alemana Lufthansa han suspendido ya sus vuelos a Teherán.

Foto: Soldados israelíes en la frontera con Gaza, este 7 de abril. (EFE/Abir Sultan)

Las autoridades iraníes anhelan vengarse de Israel porque bombardeó un recinto diplomático; porque su prestigio está en juego y porque no pueden mostrarse débiles ante su retahíla de aliados en la región, desde los hutíes de Yemen hasta Hezbolá en Líbano, pasado por otras milicias en Siria e Irak. Después de todo, no es el primer asesinato de miembros de la Guardia Revolucionaria iraní bajo ataques presuntamente responsabilidad de Israel: el 25 de diciembre, un ataque aéreo mató a Sayyed Razi Mousavi, el comandante iraní más influyente en Siria en aquel momento. Tres días después, otro ataque mató a 11 líderes de la Guardia Revolucionaria en el aeropuerto de Damasco. El 20 de enero, otros cinco, en un nuevo ataque en Damasco. Hasta el momento, Irán ha respondido ejecutando a presuntos "espías del Mossad" y colaboracionistas, pero poco más.

placeholder El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante su encuentro con el líder del CENTCOM, el general Michael 'Erik' Kurilla. (Ministerio de Defensa Israelí/Nicole Laskvi)
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante su encuentro con el líder del CENTCOM, el general Michael 'Erik' Kurilla. (Ministerio de Defensa Israelí/Nicole Laskvi)

En la práctica, Irán no quiere que las represalias que tomen ahora, tras el ataque al consulado, den pie a Israel para desencadenar una guerra regional, como sí parece desearlo en cambio el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y los más destacados halcones de su Gobierno. Netanyahu parece interesado en alargar y ampliar la conflagración, tanto por motivos personales —su carrera política se acabaría cuando termine— como políticos, para infligir una mayor derrota militar a sus enemigos, de la que tarden años en recuperarse.

Irán no quiere tentar la suerte

El poderío militar iraní no está al nivel del de Israel. Además, en caso de guerra, EEUU no dudaría en respaldar a su principal aliado en Oriente Próximo, poniendo aún más a su servicio su tecnología e inteligencia militar. Golpear al “enemigo sionista”, como se le denomina en la jerga de los ayatolas, sería dar un pretexto para que la fuerza área israelí intente acabar con el programa nuclear de Teherán que, según Tel Aviv y varias capitales occidentales, no es sería solo civil, sino también militar.

“Seis años después de que la Administración Trump se retirara del acuerdo nuclear con Irán, Teherán está acumulando rápidamente uranio enriquecido, parte del cual está muy cerca de ser apto para ser utilizado en armas”, según el diario 'The Washington Post', que publicó el miércoles una investigación. “Los expertos temen que la bomba esté a un paso”, advertía el periódico.

En el Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní han debido desarrollarse acalorados debates sobre cómo reaccionar ante la agresión israelí, de los que se ha hecho eco la prensa de Oriente Próximo. Obviamente, no han informado del resultado de sus deliberaciones, pero es probable que, al final, perro ladrador vaya a resultar como mordedor.

Opciones sobre la mesa

Lo que a día de hoy parece descartado es cualquier ataque directo, desde territorio iraní, por ejemplo, con misiles balísticos, contra Israel. Teherán recurrirá quizás a sus socios en la región, el más poderoso de los cuales es Hezbolá. La milicia chií libanesa ya está sumida en una escalada en su enfrentamiento contra el Ejército israelí. Los hutíes son los siguientes por su potencia de fuego, pero el despliegue naval de EEUU y de sus aliados en aguas del Mar Rojo limita sus capacidades.

Foto: Una imagen de satélite de un barco atacado por los rebeldes hutíes. (Reuters)

La otra opción es que los grupos armados afines a Irán intenten volar una embajada o un consulado de Israel en el mundo árabe, donde algunos han cerrado como en Marruecos, o en Europa, donde cuentan ahora con más personal de seguridad propio y una mayor vigilancia de las autoridades locales.

Los Guardianes de la Revolución podrían también volver a disparar misiles sobre edificios de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, que describen como un nido de espías israelíes desde donde se vigila a Irán. Ya lo hicieron, a mediados de enero, aparentemente con escaso éxito. Fueron represalias por la muerte de tres de sus hombres un mes antes en un bombardeo israelí en Siria. Repetirlo ahora sería un desquite modesto.

Foto: Archivo: el presidente iraní, Ebrahim Raisi, se dirige a la multitud ante una imagen del difunto Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC). (EFE/Abedin Taherkenareh)

Para intentar frenar la escalada, cuatro ministros de Asuntos Exteriores árabes, los de Arabia Saudí, Qatar, Irak y Emiratos Árabes Unidos, han mantenido contactos telefónicos en los últimos días con su homólogo iraní Hossein Amir-Abdollahian. Estos contactos no habrían sido espontáneos sino a petición de Brett McGurk, encargado de Oriente Próximo en el Consejo de Seguridad Nacional que asesora a Biden.

Hace ya más de cuatro años de la gran amenaza de Irán: cuando un dron estadounidense mató en Bagdad al general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Al Qods, la elite de los Guardianes de la Revolución, el ayatolá Jamenei anunció una “venganza sin piedad”. Al final, Teherán se conformó con disparar unos pocos misiles contra una base utilizada por el Ejército de EEUU en Irak.

Irán lleva más de 10 días deshojando la margarita de cómo será su venganza contra Israel. El 1 de abril, Tel Aviv bombardeó el consulado iraní en Damasco, dejando 16 muertos, entre ellos siete destacados miembros de los Guardianes de la Revolución, el Ejército que encarna los valores de la República Islámica. Entre los muertos figuraba el general Mohamed Reza Zahedi, el enlace entre los Guardianes y la milicia libanesa Hezbolá. Este ha sido solo el último, pero quizá más llamativo, de los ataques israelíes contra intereses o actores iraníes en la región desde el inicio de la invasión de Gaza.

Israel Conflicto árabe-israelí
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