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Los huevos de Pascua están por las nubes y la crisis del chocolate apenas acaba de empezar
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Los huevos de Pascua están por las nubes y la crisis del chocolate apenas acaba de empezar

El precio del cacao en el mercado internacional ha subido un 138%, sin embargo, según un informe publicado por Oxfam, los ingresos de los agricultores del país han caído alrededor de un 16% desde el inicio de la pandemia

Foto: Trabajadores apilan granos de cacao para su secado en Niable, en la frontera entre Costa de Marfíl y Ghana. (Reuters/Thierry Gougegnon)
Trabajadores apilan granos de cacao para su secado en Niable, en la frontera entre Costa de Marfíl y Ghana. (Reuters/Thierry Gougegnon)

No, no estás equivocado. Si te has acercado a comprar unos huevos o monas de Pascua y los precios te han parecido altos, incluso para los estándares de la alta inflación alimentaria de los últimos años, estás en lo cierto. ¿El motivo? El mundo se enfrenta al mayor déficit de oferta de cacao en más de 60 años y los consumidores ya están empezando a notar los efectos. La Organización Internacional del Cacao ha pronosticado un déficit de oferta de 374.000 toneladas para la temporada 2023-24, un aumento del 405% con respecto a la temporada anterior. Los precios futuros para la tonelada métrica de cacao rompieron durante la Semana Santa la barrera de 10.000 dólares, una cifra para la que no existen precedentes.

Para entender lo que hay detrás de esta falta de oferta, toca desplazarse al origen del cacao. A las puertas del Parque Nacional de Kakum, al oeste de Ghana, un joven camina entre una decena de plantaciones de este producto. Arranca uno de los frutos y con un golpe seco contra el suelo, lo parte en dos. Dentro reposan los granos, que, poco a poco, el joven separa con sus dedos. "Mi familia es agricultora y las plantaciones de cacao que rodean mi comunidad nos dan de comer a todos", cuenta con orgullo. Patrick, que roza la treintena, no entiende la vida sin trabajar en el campo, aunque con retos. "Las largas temporadas de sequías y las lluvias abundantes están retrasando los tiempos de producción y distribución entre la comunidad", revela.

Después de Costa de Marfil, Ghana es el segundo mayor productor de cacao del mundo. Entre ambos países y otros vecinos de África Occidental, concentran aproximadamente el 75% de la producción mundial. En 2021, en Ghana, el cacao aportó alrededor de 390 millones de dólares al PIB del país, en su mayoría de la mano de pequeños agricultores como Patrick. Pero el cambio climático, la creciente demanda por el producto y la ausencia de fertilizantes y pesticidas para reinvertir en sus parcelas ha provocado una crisis a nivel internacional. "Aquí siempre hemos trabajado nosotros, con los medios más básicos y una distribución local", añade el joven. Dentro del fruto, algunos de los granos de cacao están podridos. Es la señal del abandono.

Cambio climático y falta de inversión

El precio del cacao en el mercado internacional ha subido un 138% en lo que va de año, a lo que se suma el también elevadísimo precio del azúcar, que llega al nivel más alto desde 2010. Uno de los detonantes de la crisis son los desastres climáticos, que amenazan con acentuarse y entorpecer las cosechas del cacao. Entre mayo y septiembre de 2023, tras una larga temporada de sequía, la precipitación total en la región de África occidental dobló el promedio de los últimos 30 años y se espera que, en los próximos años, Ghana registre la cosecha más baja en 13 años. "O llueve demasiado o nada", apunta Patrick desde el oeste del país.

Pero el cambio climático solo supone un agravante para un problema que lleva décadas acumulándose: la falta de rentabilidad del cultivo del cacao. Según un informe publicado por Oxfam, los ingresos de los agricultores del país han caído alrededor de un 16% desde el inicio de la pandemia. El mismo informe señala que el 90% de los cultivadores ghaneses no obtienen unos ingresos suficientes para vivienda, productos básicos y atención médica y que, alrededor de 800.000 sobreviven con dos dólares estadounidenses diarios.

La primera consecuencia de esta falta de rentabilidad es que los propietarios buscan otras alternativas donde ganar más dinero. Según el Cocobod, en la temporada 2023-2024, Ghana podría perder entre 650,000 y 700,000 toneladas de cacao debido al impacto de actividades ilícitas y, concretamente, la minería ilegal. El director de las actividades contra la minería ilegal de la junta de comercialización, Michael Kwarteng aseguró que "la tierra perdida a por la minería representa el 2% del área total que recoge cultivos de cacao en Ghana".

Foto: Semillas de cacao en una plantación. (EFE/Jorge Torres)

La segunda consecuencia es que incluso los agricultores que continúan dedicándose al cultivo de cacao son incapaces, debido a su pobreza, de reinvertir en los terrenos para mantener la productividad. Como explicaba el analista de Bloomberg Javier Blas, que lleva años cubriendo el problema del cacao, la última ola de plantación de árboles en África occidental tuvo lugar a principios de la década de 2000. Esos árboles tienen casi 25 años de antigüedad, lo que para Blas plantea dos problemas: "menores rendimientos y plantas particularmente vulnerables al mal tiempo y las enfermedades".

La producción es, por lo tanto, el eslabón más débil de la cadena de suministro. El dinero siempre se ha encontrado en la comercialización de los granos y su procesamiento para convertirlos en chocolate, pero ninguna empresa se planteó cultivar o cosechar árboles de cacao a gran escala. No tenía sentido a nivel comercial. Mientras los agricultores de África Occidental apenas lograban llegar a final de mes, las mayores empresas públicas chocolateras del mundo. Hershey, Lindt & Sprüngli, Mondelez y Nestlé, obtuvieron en conjunto casi 15.000 millones de dólares en beneficios desde el inicio de la pandemia. La demanda de chocolate no ha parado de crecer durante las últimas décadas, mientras los problemas sistémicos condenaban a la oferta a reducirse tarde o temprano. El desajuste entre ambas al fin ha llegado, provocando la escalada de precios.

"Durante todo ese tiempo, los agricultores han sido fuentes de ingresos para todos los intereses, excepto el suyo propio. Los gobiernos han gravado fuertemente al sector; los comerciantes y la industria de la confitería han tenido granos más que suficientes para mantener los precios del chocolate asequibles, ampliando las ventas a una clase cada vez mayor de amantes de los dulces; y, en última instancia, los consumidores, que vieron cómo el chocolate pasó de ser un artículo de lujo a un regalo cotidiano", sentencia Blas en su último análisis. Ahora, por primera vez, el precio lo pagarán todos.

placeholder Cacao recolectado en el poblado de Kusa, en Ghana. (Reuters)
Cacao recolectado en el poblado de Kusa, en Ghana. (Reuters)

Una luz al final del túnel para los agricultores

Ghana comenzó a vender y exportar cacao en cantidades comerciales a principios de 1930. Por entonces, los comerciantes europeos compraban directamente el producto a los agricultores, pero en 1937, estos últimos denunciaron que el precio que les pagaban no era razonable y no cubría los gastos. Fue entonces cuando empezó el pulso entre el campo y las empresas extranjeras por el oro marrón del país.

En 1940, se creó un comité que recomendó la creación de una junta de comercialización. Más tarde, en 1984, esta se reconstituyó con el nombre de Ghana Cocoa Board (Cocobod) con la misión principal de promover, facilitar y fomentar la producción y comercialización del cacao, así como de otros productos como el café. Antes de este mecanismo, los tipos de interés en Ghana eran tan elevados que las empresas compradoras no tenían incentivos suficientes para pagar a tiempo a los agricultores, afectando directamente a su bienestar personal y profesional.

Tanto Ghana como Costa de Marfil firmaron un acuerdo en 2021 para tratar de obtener una mayor parte de los beneficios de la industria del chocolate. Los dos gobiernos de la región occidental fijaron un precio mínimo de mercado o un diferencial de renta vital para el cacao. También insistieron en lo importante de proteger a sus trabajadores, a través del pago de una prima. Es decir, una suma extra de dinero pagada directamente a los agricultores por cada tonelada de cacao.

En la actualidad, con los precios del cacao disparados, se espera que el pico de remuneración a los agricultores por fin aumente hacia finales de la temporada. El gobierno de Ghana ha prometido que el precio pagado a los agricultores durante la temporada 2023-2024 será mucho más remunerativo. Concretamente, se ha fijado en 20.900 cedis (alrededor de 1.530 euros), frente a los 12.800 cedis de la última cosecha (el equivalente a 942 euros). Un aumento del 63% que coincide con un año vital para el país: se celebrarán elecciones presidenciales en diciembre en mitad de una de las peores crisis económicas del país.

No, no estás equivocado. Si te has acercado a comprar unos huevos o monas de Pascua y los precios te han parecido altos, incluso para los estándares de la alta inflación alimentaria de los últimos años, estás en lo cierto. ¿El motivo? El mundo se enfrenta al mayor déficit de oferta de cacao en más de 60 años y los consumidores ya están empezando a notar los efectos. La Organización Internacional del Cacao ha pronosticado un déficit de oferta de 374.000 toneladas para la temporada 2023-24, un aumento del 405% con respecto a la temporada anterior. Los precios futuros para la tonelada métrica de cacao rompieron durante la Semana Santa la barrera de 10.000 dólares, una cifra para la que no existen precedentes.

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