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Ucrania admite la muerte de un desertor ruso en España... y no es el primero
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Operación carbonero

Ucrania admite la muerte de un desertor ruso en España... y no es el primero

La de Kuzminov no sería la primera muerte violenta de un ruso considerado objetivo del Kremlin en España. Opositores o desertores con asilo en suelo español también temen por su vida

Foto: El piloto ruso Maksym Kuzminov, durante una rueda de prensa en septiembre de 2023. (Getty Images/Vitalii Nosach)
El piloto ruso Maksym Kuzminov, durante una rueda de prensa en septiembre de 2023. (Getty Images/Vitalii Nosach)

El pasado 13 de febrero, un cadáver con cerca de media docena de impactos de bala aparecía en un parking de una urbanización en la localidad alicantina de La Villajoyosa. La víctima fue inicialmente identificada como un hombre ucraniano de unos 33 años. El asesinato, todavía bajo investigación de la Guardia Civil, quedó en poco más que una noticia en la sección de sucesos en un pequeño puñado de medios españoles. No fue hasta una semana después que blogueros prorrusos empezaron a darle una segunda vida.

Todos apuntaban a un nombre: Maxim Kuzminov. Identidad: un piloto del Ejército ruso que desertó a bordo de un helicóptero de combate directo a los brazos de los servicios secretos ucranianos. Un éxito para Kiev, un duro golpe a la moral y narrativa de Moscú.

La identidad de la víctima no ha sido confirmada oficialmente por ninguna autoridad española, pero un portavoz de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Andriy Yusov, admitió la muerte de Kuzminov, de quien ya se había reportado que había viajado a España, con una escueta frase a varios medios ucranianos: "Puedo confirmar el hecho de su muerte".

La de Kuzminov no sería la primera muerte violenta de un ruso considerado objetivo del Kremlin en España. Ya en marzo de 2022, aparecía muerto en su casa en Lloret de Mar (Girona) un oligarca ruso de una importante empresa petrolera, junto a su mujer e hija. Opositores o desertores con asilo en suelo español también temen por su vida, tras recibir amenazas de los servicios de seguridad rusos. España ya no es un país seguro, decía uno de ellos.

Foto: Un helicóptero de transporte militar ruso Mi-8 en la región de Rostov. (Reuters/Sergey Pivovarov)

En el caso de Kuzminov, la confirmación del portavoz del GUR era necesaria. La primera noticia que identificaba a la víctima de La Villajoyosa como el piloto desertor ruso no vino de un medio español, ya que hasta el momento se limitaban a dar detalles de la reconstrucción del crimen, pero sin poner nombre al fallecido, sino de un grupo de Telegram, Eureka News, con lazos declarados con el reconocido canal prorruso y proguerra Rybar. A partir de ahí, pasó a un medio italiano de tendencia claramente prorrusa, Il Corrispondente, bajo el titular "Los traidores no viven mucho".

La Guardia Civil ha abierto una investigación por su asesinato, según adelantó el medio La Información, después de que se hallara el cadáver en la rampa de un garaje en la localidad alicantina. Según los detalles difundidos por esta publicación, Kuzminov habría sido tiroteado por dos personas que ya estaban en el aparcamiento y que después huyeron en un coche blanco, detalles conocidos por el testimonio de un vecino que bajaba al garaje en ese momento. Horas después, se encontró un coche calcinado en la localidad próxima de El Campillo.

En un inicio, el instituto armado comunicó a la prensa que se trataría de un "hombre ucraniano de 33 años", detalles que no cuadraban con la identidad real de Kuzminov, hombre ruso de 28-29 años. Sin embargo, según ha podido saber El Confidencial por fuentes conocedoras de la investigación, el fallecido constaba "bajo una identidad que podría ser falsa", por lo que estas discrepancias iniciales podrían deberse a este hecho. Posteriormente, fuentes del instituto armado confirmaron a la Agencia EFE que sí se trataría de Kuzminov. La investigación todavía está en marcha y la pregunta clave es: ¿lo mataron los rusos bajo orden del Kremlin?

Foto: Nikita Chibrin, el soldado ruso refugiado en España. (Telegram)

Como poco, los canales prorrusos que primero difundieron la noticia lo vendieron bajo la premisa de "esto es lo que les pasa a los traidores a Rusia". Paralelamente, Eureka News ("canal falso del bloguero ruso de la Z y exempleado del Ministerio de Defensa ruso Mikhail Zvinchuk, autor del canal Rybar", según apunta en sus redes Anton Gerashchenko, exviceministro de Asuntos Internos de Ucrania) afirmó que el expiloto ruso tenía "problemas con las drogas y el alcohol". Il Corrispondente, por su parte, asegura que, según medios locales españoles —que no identifica—, se encontró el cuerpo con 100.000 euros, "profundizando más en el misterio" del "traidor" que "secuestró" un helicóptero y "mató a sus compañeros" para obtener una recompensa de Ucrania.

Encaja, desde luego, con la imagen que Rusia quiere vender. Este martes, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, lo llamó "traidor" y "cadáver moral desde el momento en que planeó su sucio y terrible crimen", según informa la agencia oficial rusa RIA Novosti.

Si haces algo contra ellos, el largo brazo del Kremlin y sus conexiones pueden matarte... Aunque sea en suelo español. Ni España, a más de 7.000 kilómetros de Rusia, se libra de que la guerra de Ucrania le alcance. Aviso a navegantes para quien pudiera sentirse tentado a repetir la hazaña. O siquiera pensar que podía escapar en un país europeo.

La operación Carbonero

Fue denominada por la inteligencia militar de Ucrania (GUR) operación Carbonero, en referencia a un pajarito común en el continente europeo. Todo comenzó a finales de 2022, cuando Kuzminov se puso en contacto con los agentes del GUR a través de Telegram y les manifestó su intención de desertar. A esta primera conversación le siguieron más de seis meses de planificación para definir la ruta de escape, la fecha ideal y la estrategia para que el piloto ruso pudiera traerse el mayor material militar posible en su huida.

Tras recibir el visto bueno final de las autoridades ucranianas, Kuzminov despegó el 9 de agosto de 2023 a las 16:30 a los mandos de un helicóptero de transporte Mi-8 desde el aeródromo de Kursk, situado aproximadamente a 20 kilómetros de la frontera entre ambos países. El objetivo declarado del vuelo era transportar piezas de recambio para aviones de combate Su-27, Su-30SM y Su-35 hacia otra base aérea, pero la aeronave nunca volvería a aterrizar en suelo ruso.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, el mismo día de la muerte de Navalni, el 16 de febrero. (Sputnik Aleksandr Rjumin)

En su lugar, Kuzminov, quien estaba acompañado por otros dos militares rusos en el helicóptero, cesó las comunicaciones por radio con las FFAA de su país, efectuó un rápido giro y voló a baja altitud hacia la frontera ucraniana. “Al cruzar la frontera empezaron a dispararme. No puedo decir con certeza quién fue, pero supongo que fue el lado ruso. Fui herido en la pierna por disparos de armas pequeñas. Luego volé unos 20 kilómetros de distancia y aterricé en el lugar indicado”, narró el piloto semanas después, durante una rueda de prensa en Ucrania.

En este lugar le esperaba un comando de las fuerzas especiales. Los acompañantes de Kuzminov, un técnico y un navegante aéreo, desconocían por completo su plan de deserción. Ambos acabarían muertos a manos de los agentes ucranianos. Según la versión ofrecida tanto por el joven piloto ruso como por la inteligencia militar de Ucrania, fueron abatidos mientras intentaban escapar inmediatamente después del aterrizaje.

La maniobra supuso una importante humillación para el Kremlin y una victoria moral para Kiev en medio de una contraofensiva en el sur que apenas estaba ofreciendo resultados. Las autoridades ucranianas buscaron elevar la operación Carbonero al estatus de leyenda, llegando a publicar un corto documental sobre el evento titulado Pilotos derribados de Rusia. También la compararon con la operación Diamante, llevada a cabo en 1966 por el Mossad israelí y que implicó la persuasión de un piloto iraquí para que robara un MIG-21, el avión de combate soviético más moderno del momento.

Ucrania también buscó utilizar la operación como una importante arma propagandística. El piloto ruso recibió una recompensa de medio millón de dólares por su huida, un premio que buscaba alentar a otros militares rusos a seguir el ejemplo de Kuzminov y desertar al bando de Kiev, a ser posible con tanto material militar bajo el brazo como fuera posible.

Un misterioso suicidio en Lloret de Mar

Tras su aventura, Kuzminov habría abandonado Ucrania para trasladar su residencia a España. Según se reportó en la prensa ucraniana, Kiev le había ofrecido la nacionalidad (una oferta ampliada a cualquier otro soldado ruso que desertara de manera similar con una aeronave militar bajo el brazo), aunque no queda claro si la llegó a aceptar. En cualquier caso, tras el inicio de la invasión a gran escala, España tiene un procedimiento acelerado para que los ucranianos puedan acceder a protección temporal. Este procedimiento no aplica a los rusos, pero, según detallan a El Confidencial fuentes del sistema en el Gobierno, no es complicado obtenerla si se demuestra oposición al régimen de Vladímir Putin.

"Decidió mudarse a España en lugar de quedarse aquí [en Ucrania]", detallaba una fuente de la inteligencia militar ucraniana al medio local Ukrainska Pravda. Sobre Kuzminov pesaba, al parecer, una condena de muerte. La emisora Russia-1 había informado hace meses que la agencia de inteligencia militar rusa, el GRU, tenía la orden de eliminar a Kuzminov y que su ejecución era solo "cuestión de tiempo". Una fuente de inteligencia citada por la agencia de noticias rusoparlante Agentstvo, por su parte, había asegurado que el "crimen" cometido por el piloto "no tiene fecha de vencimiento". Las acusaciones de traición se consideran en Rusia la antesala de una condena de muerte.

La Guardia Civil no ha dado más detalles sobre el punto en el que está la investigación sobre los autores de los disparos que acabaron con su vida, pero el hecho es que un hombre buscado por Rusia ha acabado muerto en suelo español. Aunque de una manera más obvia que la última muerte de un ruso de alto perfil en España.

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin, junto al magnate Ravil Maganov. (Reuters)

En marzo de 2022, con la invasión recién lanzada y las sanciones europeas sobre el gas y petróleo ruso empezando a despegar, varios oligarcas rusos —la mayoría, dentro de la cleptocracia habitual del Kremlin pero, quizá, menos convencidos de una invasión que se había torcido, lejos del objetivo de tomar Kiev en tres días— acabaron muertos en extrañas circunstancias. Caídas desde ventanas, suicidios. La mayoría en Rusia, pero tres de ellos en el extranjero: Reino Unido y España.

El cadáver de Sergey Protosenya, de 55 años, fue encontrado ahorcado en su casa en Lloret de Mar (Girona). En la residencia, los Mossos hallaron también los cadáveres de su esposa y su hija, muertas por heridas de arma blanca. La hipótesis inicial fue que el oligarca ruso, del gigante gasístico Novatek, había asesinado a su mujer e hija antes de suicidarse. Hasta aquí plausible, si no fuera porque el escenario era prácticamente igual que el de otros oligarcas y empresarios rusos por las mismas fechas, como Vladislav Avayev (de Gazprombank), que apareció muerto en su piso en Moscú el mismo día que Protosenya, junto a su mujer y su hija. Las autoridades rusas sostuvieron que se trató de un asesinato-suicidio.

En su momento, El Confidencial reportó que esta muerte, que los Mossos siguen considerando públicamente un crimen de violencia de género (pese a que, por ejemplo, no se han encontrado huellas en el cuchillo y hacha con los que se asesinaron a las dos mujeres), apuntaba en realidad al Kremlim. Varios medios eslavos y ucranianos, como la agencia ucraniana Parlament, atribuían la muerte de los Protosenya a un directivo del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), con la aprobación del Kremlin.

"En España —afirma el diario Komsomólskaya Pravda— llevaba una típica vida de jubilado europeo. No se peleaba con nadie y adoraba a su esposa, con quien había estado desde sus días de estudiante. Compró su villa en la costa española hace unos 10 años, aunque su primera vivienda se hallaba en el Burdeos francés y solo visitaba Lloret en vacaciones. Todos los miembros de la familia eran diestros golfistas, miembros del prestigioso club Hole In One".

El pasado 13 de febrero, un cadáver con cerca de media docena de impactos de bala aparecía en un parking de una urbanización en la localidad alicantina de La Villajoyosa. La víctima fue inicialmente identificada como un hombre ucraniano de unos 33 años. El asesinato, todavía bajo investigación de la Guardia Civil, quedó en poco más que una noticia en la sección de sucesos en un pequeño puñado de medios españoles. No fue hasta una semana después que blogueros prorrusos empezaron a darle una segunda vida.

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