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La clave del Ciclo Conector: quien golpea primero, golpea dos veces
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extracto del 'Por un pedazo de tierra'

La clave del Ciclo Conector: quien golpea primero, golpea dos veces

Concepto original que vertebra a toda la obra, lo definimos como el sumatorio de la infinidad de intercambios que se producen a diario en toda la humanidad

Foto: Soldado ucraniano prepara un dron cerca de Bajmut. (Inna Varenytsia/Reuters)
Soldado ucraniano prepara un dron cerca de Bajmut. (Inna Varenytsia/Reuters)

A continuación, un extracto del libro Por un pedazo de tierra. La nueva geopolítica basada en conexiones (Deusto, 2004), de Yago Rodríguez, analista militar; fundador y director de The Political Room y del canal Cosas Militares.

El Ciclo Conector, concepto original que vertebra a toda la obra, lo definimos como el sumatorio de la infinidad de intercambios —comerciales o no— de bienes y servicios, de relaciones personales, de ideas, etc. que se producen a diario en toda la humanidad. Es el sumatorio, en definitiva, de todas las relaciones e intercambios, tangibles e intangibles, que se realizan entre todos los seres humanos en un periodo temporal cualquiera.

El Ciclo Conector se compone de infinidad de partes —de sumandos— que a su vez constituyen pequeños ciclos de todo pelaje: ciclos de compra y venta, de envío y recepción de mercancías, de competiciones tecnológicas, de expansión de ideologías y corrientes de pensamiento...

Cuando hablamos, por consiguiente, del Ciclo Conector (o Ciclo, para abreviar) lo que deseamos enfatizar es el ritmo, la velocidad de estas interacciones, la velocidad a la que dichas interacciones concluyen ciclos, como una idea general. En cambio, cuando hablamos del ciclo conector (o ciclo, pero siempre con las iniciales en minúscula) lo hacemos en relación con un ciclo en concreto —una simple pieza— del Ciclo, en este caso el ciclo siempre se referirá a algo concreto: el ciclo de un país, de un sector tecnológico, de una competición económica.

Foto: World Defense Show de Arabia Saudí. (Ahmed Yosri/Reuters)

Por tanto, el Ciclo es la suma de todos los pequeños ciclos. La idea clave del Ciclo Conector se refiere en todo caso a la velocidad de las interacciones de la humanidad entera, mientras que el ciclo conector hace referencia a la velocidad de las interacciones de una parte, un sector o un ámbito particular de la humanidad.

Cada ciclo constituye un átomo del Ciclo Conector, este último compuesto a su vez por una miríada de operaciones de compra y venta, de emisión y de recepción de datos por medio de los cables de internet, de personas transmitiendo e interiorizando nuevas ideas, de la lectura y de la redacción de libros, de viajar y de recibir turistas, de romper y de firmar tratados comerciales entre Estados...

Las interacciones, los pequeños ciclos pueden ser de mil y una clases. Cada pequeña conexión o intercambio permite transferir una idea, un producto, satisfacer una necesidad o simplemente aprender o imitar algo, gracias al conocimiento de una nueva idea.

Los aceleradores del Ciclo

La idea del Ciclo Conector surge a partir de una observación histórica: la humanidad desde que nació vive inmersa en un proceso de intercambio —coercitivo o cooperativo— de objetos e ideas cada vez más veloz y tupido. Primero llegó el transporte animal y después el mucho más rápido transporte a motor, primero llegó el mensajero que necesitaba días de viaje para completar la entrega, mientras que hoy internet hace que el ciclo empleado para enviar un mensaje dure solo unos segundos. Física y mentalmente llevamos milenios creando una red de conexiones e intercambios cada vez más tupida y rápida.

Una idea clave para lo que aquí interesa es que, si bien nadie puede aspirar a controlar todo el Ciclo Conector, los Estados y las sociedades más eficaces acelerándose obtienen sistemáticamente una mayor cuota de poder gracias a que aceleran sus ciclos y obstruyen los de sus rivales. Por ejemplo, cuando las potencias europeas forzaron al Imperio chino a abrir sus mercados "a punta de pistola", no solo se aceleró la venta de productos europeos en China, sino que el mercado interno del país fue interrumpido y su ciclo se desaceleró.

Es el análisis de cómo las potencias aprenden a acelerar su ciclo al máximo para aprovecharse de él y obtener poder y recursos

Por eso el trasfondo, el contexto de la geopolítica moderna desde esta óptica que presentamos, es el análisis de cómo las potencias aprenden a acelerar su ciclo al máximo para aprovecharse de él y obtener poder y recursos.

¿Cuáles son los aceleradores geopolíticos del Ciclo? ¿Cómo se debe jugar con el mismo para enfrentarse al adversario? Para ello analizaremos a lo largo de toda la obra el papel de las rutas de transporte y las infraestructuras de telecomunicaciones, el poder de las bases militares para obstruir vías de comunicación del adversario, el papel de las ciudades como nodos logísticos y proveedores de servicios únicos, la utilidad de la geografía física, etc.

En consecuencia, esta obra pone a las conexiones que conforman el Ciclo Conector en el centro y pretende explicar desde esa óptica que los imperios y los Estados más exitosos de la historia son aquellos más hábiles a la hora de acelerar sus ciclos conectores.

placeholder Por un pedazo de tierra. (Deusto)
Por un pedazo de tierra. (Deusto)

El Ciclo en la práctica

Los Estados históricamente impulsan infraestructuras tan ambiciosas como el sistema de calzadas romanas, la Carretera Imperial del Imperio Chino, la nueva Ruta de la Seda de la China moderna, el complejo de autobahn alemanas, la red de alta velocidad nipona, pero también se esfuerzan por crear bases y guarniciones que protejan sus infraestructuras, todo ello de lo que el Estado se beneficiará en la forma de impuestos, comercio, avances tecnológicos, incremento del poder militar... Acelerar el ciclo conector propio es sinónimo de riqueza y poder.

El siglo XXI es también una pugna entre las potencias más capaces de acelerar su propio ciclo a la vez que obstaculizan el de las otras potencias, una pugna entre quienes efectúan su ciclo más rápido y quienes son demasiado lentos en la eterna carrera por el avance y el poder.

Estamos abocados a una competición en la que China trata de impulsar su propio ciclo a través de la nueva ruta de la Seda, en la que Estados Unidos está inmerso en el mayor plan de construcción de infraestructuras desde los años 60, justo por eso el enorme proceso de interconexión europea —la Unión Europea— tiene un enorme potencial económico, pero también político, justo por eso la industrialización obligó a la creación masiva de ferrocarriles y puertos en Europa para conectarlos con las colonias de Asia y África, justo por eso los grandes protagonistas de la Antigüedad: desde Roma hasta China y desde Persia hasta Cartago fueron grandes constructores de conexiones.

Foto: Un militar ucraniano en Donetsk. (Reuters/Alina Smutko)

En última instancia el Ciclo está íntimamente ligado a la geografía, a un pedazo de nuestro planeta, igual que lo están las tecnologías, las ciudades, los nudos comerciales y las telecomunicaciones mundiales, factores todos ellos anclados a la corteza terrestre, a las minas y a las rutas, a la madre Tierra, a la geopolítica más pura y elemental.

En definitiva, el Ciclo nos servirá como un enfoque y también como una especie de intuición sobre las claves del poder —y del modo en que debemos actuar— en un mundo crecientemente interconectado. El Ciclo Conector tiene sentido para obtener una visión geopolítica de conjunto, su valor —a nuestro entender— reside precisamente en su capacidad para sintetizar e intentar comprender la increíblemente compleja realidad geopolítica moderna.

No somos ajenos al hecho de que el Ciclo Conector puede aplicarse o estudiarse desde otros muchos campos de las ciencias humanas (economía, sociología, geografía, historia, antropología, psicología, etc.), pero nosotros lo estudiaremos básicamente desde el campo de la geopolítica: la tecnología, las materias primas claves de nuestra era, las infraestructuras de transporte y telecomunicaciones, el papel de las ciudades, la geografía física, la organización de los grupos humanos, etc.

placeholder El autor visita al Batallón Flandes de la Brigada Aragón (Cedida)
El autor visita al Batallón Flandes de la Brigada Aragón (Cedida)

El ciclo de Apple y el smartphone

El concepto de Ciclo Conector se comprende mejor a través de un ejemplo. Comenzaremos explicando un componente del ciclo conector de ámbito tecnológico y comercial muy conocido por todos, el del teléfono inteligente —el smartphone—, concretamente el ciclo que llevó al nacimiento del conocido iPhone 1 de Apple, y a lo largo de esta historia expondremos cómo este ciclo particular benefició a la superpotencia estadounidense.

Al comienzo de la década del 2000 el país mejor posicionado en materia de microelectrónica era Estados Unidos, quien gracias a Silicon Valley y a las masivas inversiones en microelectrónica contaba con gigantes de la talla de Microsoft, IBM, Cisco o la propia Apple. En materia de investigación tecnológica, no había nadie con un sector empresarial capaz de adelantarse al rápido ciclo investigador de las empresas estadounidenses, aunque en Asia varios países estaban progresando a gran velocidad.

¿Cuál es exactamente el motivo de que los estadounidenses tuvieran esta ventaja?

Pero, ¿cuál es exactamente el motivo de que los estadounidenses tuvieran esta ventaja? Quizás se debe al funcionamiento de una sociedad liberal en extremo, capaz de generar una enorme riqueza y de sacar lo más productivo de cada individuo, una sociedad capaz de centrar el dinero y los recursos humanos en, a su vez, generar más dinero y atraer más talento. El estadounidense es un ciclo de gasto, compra y reinversión tan rápido que los países que necesitan desviar recursos a Estados de bienestar o que tienen menos riqueza no pueden igualar.

A este respecto es interesante estudiar el elevado nivel de endeudamiento privado en Estados Unidos. El estadounidense promedio se endeuda para sacar adelante proyectos personales y gastos, incluso es habitual endeudarse en la juventud para financiar los estudios universitarios. Este comportamiento de endeudamiento individual tiende a acelerar el ciclo económico. En contraste, en el resto del mundo existe una mentalidad mucho más conservadora respecto al endeudamiento, así que el ciclo de la mayor parte de los ciudadanos de otros países es más lento, tienen una cultura menos acelerada. La cultura del consumo probablemente tiene mucho que ver con lo expuesto.

Retomando nuestra historia, el 9 de enero de 2007 Steve Jobs presentó el primer teléfono inteligente de la historia, el iPhone 1. De repente, se abrió un mercado potencial con 8.000 millones de consumidores por todo el planeta, un mercado que sólo con la venta de smartphones a un promedio de 200 euros por aparato prometía 1,6 billones de euros en ingresos. Se habían abierto las puertas a un "territorio" tan virgen como fecundo y, ya se sabe, quien golpea primero, golpea dos veces, como reza el refrán español.

Foto: El biógrafo de Elon Musk lo compara con Steve Jobs (EFE/Alexander Becher)

Apple pasó de vender 1,4 millones de móviles en 2007 a 40 millones en 2010 y 200-230 millones de móviles anuales entre 2015 y 2022, una posición inalcanzable para cualquier otra empresa. Apple ha disfrutado de un 10-20% de la cuota de mercado desde la puesta en venta del iPhone 1.

Como vemos, los estadounidenses se adelantaron en el ciclo de creación tecnológica, a continuación, se adelantaron en el ciclo de comercialización de dicha tecnología y, merced a todo eso, Apple lidera el mercado de los teléfonos inteligentes desde el nacimiento de los mismos.

¿Y cómo se benefició Estados Unidos de este ciclo acelerado? Dejemos que nos lo explique el propio sitio web de Apple: "Apple ha destinado más de 36.000 millones de dólares a cubrir los impuestos diferidos de Estados Unidos. Esto se suma a los 35.000 millones que la compañía pagó en impuestos sobre la renta corporativa de los últimos tres años".

Foto: Joe Biden en una imagen de este lunes. (EFE/Scalzo)

Apple es uno de los mayores contribuyentes tributarios del planeta y el gobierno de Estados Unidos es su principal beneficiario. EEUU, como cualquier Estado, obtiene dinero y poder de que sus empresas lideren sus respectivos ciclos, sus respectivos sectores, y para ello Washington no duda en sufragar los costes de las infraestructuras, inicia guerras comerciales contra los competidores tecnológicos de sus compañías, crea mandos de ciberdefensa para proteger sus secretos industriales...

Cuando los ciclos conectores de un actor se aceleran, cuando sus infraestructuras usan medios de transporte más modernos y rápidos, cuando sus telecomunicaciones tienen infraestructuras más modernas, cuando aprovechan su ubicación en el mundo y la mejoran mediante tratados con países dotados de nodos logísticos bien situados, cuando un país despliega redes de bases con las que amputar de cuajo las rutas marítimas y los ciclos de sus adversarios, cuando todo esto sucede la riqueza aumenta, el Estado grava esta última mediante impuestos y la utiliza como trampolín para aumentar su poder.

Del Ford-T a la PC

La historia de Apple se repite en muchos otros ámbitos. Veamos cuatro casos de éxitos incontestables que sigan ilustrando nuestro concepto germinal:

- La compañía automovilística Ford fue la primera en producir en masa un coche, el Ford-T, que, con 15 millones de unidades vendidas en los años 20, abonó una importante cantidad de impuestos al gobierno de EEUU y colocó a Ford a la vanguardia tecnológica.

- En 1945 las detonaciones atómicas sobre Japón sitúan a Estados Unidos como la única potencia nuclear del mundo. Aunque la URSS logró hacer una primera detonación nuclear en 1949, hasta 1960 no logró desarrollar un arsenal nuclear grande. En el periodo intermedio, Washington pudo prescindir de sus Fuerzas Armadas, disfrutar de un enorme ahorro presupuestario y confiar en la bomba atómica como única disuasión. Además, la investigación atómica colocó a EEUU a la vanguardia tecnológica y productiva de esta clase de armas.

- Durante los años 50 y 60 la corporación IBM lideró el diseño y venta mundial de ordenadores, un tipo de "maquinaria" de un enorme tamaño que tenía gran importancia para instituciones, ejércitos y grandes empresas de la época. Productos como el IBM 7090 permitieron expandir el uso de computadoras a nuevas instituciones y colocaron a IBM a la vanguardia de su sector.

Foto: Sede de IBM. (EFE/Marijan Murat)

- Microsoft lideró en la década de 1980 la introducción del "PC" —el ordenador personal— y de diversos procesadores de texto tan fundamentales como Excel, Word o PowerPoint. El éxito comercial del PC no sólo creó un gigante tecnológico que enriqueció las arcas de EEUU, sino que colocó a sus empresas a la vanguardia tecnológica y ha ofrecido grandes oportunidades para realizar ciberinteligencia.

Los grandes casos anteriores solo son ejemplos, cierto que todos ellos de grandes empresas de EEUU, país en el que, no obstante, lo más importante es el inmenso ecosistema existente de Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), sumamente dinámicas y rápidas en sus respectivos ciclos. EEUU es un país rico y poderoso gracias a que sus ciclos son extremadamente veloces merced a diversas circunstancias materiales, sociales, políticas y culturales.

¿Cómo nos afecta el Ciclo?

Pongamos un ejemplo extremo, comparemos a un ciudadano de Estados Unidos con uno de Corea del Norte con el fin de comprobar los efectos del ciclo conector de cada país en el ciudadano medio.

Un estadounidense disfruta de un PIB per cápita anual de 70.000 dólares, internet le permite acceder a un mundo de ideas con las que, por ejemplo, puede iniciar un proyecto empresarial tras haber incorporado ideas de empresarios de todo el mundo que previamente han compartido sus ideas en internet.

El estadounidense habla la lengua franca de la humanidad, el inglés, lo que le permite acceder a la mayor masa de conocimiento que existe, así que siempre encuentra ideas con las que perfeccionar sus proyectos personales.

Foto: Fotografía cedida por la Agencia de Noticias Central de Corea del Norte (KCNA) que muestra un misil mientras es lanzando durante un simulacro de ataque. (KCNA/Archivo))

Por si todo esto fuera poco, la cultura estadounidense hace que las familias fuercen a su prole a abandonar pronto el hogar y a ganarse la vida, así que desde el minuto uno trabaja y dirigen sus interacciones hacia el lucro y la supervivencia, hacia la acumulación de capital y el éxito profesional.

Como vemos, 340 millones de estadounidenses cuentan con un ciclo aceleradísimo, comparten ideas, gastan el dinero, se endeudan y lo reinvierten, su lengua es mundialmente hablada… ¡Se retroalimentan entre sí a un ritmo muy veloz, su ciclo conector es muy potente!

Y justo después entra en juego la geopolítica. Llega el Estado que grava toda esta riqueza —los frutos del enorme ciclo— y lo destina a las Fuerzas Armadas, a la industria militar, al cuerpo diplomático y a la comunidad de inteligencia más poderosa del mundo, lo dedica al arte de hacer política internacional.

¡Se retroalimentan entre sí a un ritmo muy veloz, su ciclo conector es muy potente!

En contraste con Estados Unidos, el ciudadano norcoreano apenas tiene dinero, casi nadie habla su lengua, así que apenas puede beneficiarse de las ideas expresadas en las lenguas extranjeras, su Estado le impide viajar al extranjero e impide el turismo foráneo, así que apenas conecta con ideas extranjeras y mucho menos establece relaciones comerciales. Tampoco tiene acceso regular a internet, así que no sólo su acceso a nuevas ideas es limitado, sino que para enviar una simple carta deberá esperar a que el camión de turno la haga llegar físicamente... Lo que a un estadounidense le tomaría unos segundos, a un norcoreano le exige esperar días enteros.

No sólo eso, cuando el ciudadano norcoreano necesite adquirir productos y materiales para su proyecto se topará con la infranqueable barrera de la economía planificada norcoreana que le proveerá poco, malo y tarde, frente a un estadounidense que mediante Amazon Prime puede tener toda clase de productos a la entrada de su casa en menos de 24 horas.

Cuando el Estado norcoreano o el estadounidense acudan a gravar la actividad de sus ciudadanos, busquen recursos humanos altamente cualificados o cuando sus respectivos ciudadanos pongan en marcha una iniciativa empresarial, tecnológica, académica o de cualquier tipo, el estadounidense ejecutará sus ciclos a una velocidad infinitamente superior y disfrutará de "inputs" de mayor calidad para perfeccionarlos, un ciclo del que en última instancia se beneficiará el gobierno de Estados Unidos.

Podríamos asignar una puntuación imaginaria al ciclo de los estadounidenses y al de los norcoreanos y multiplicarlo por su población. El resultado nos explicaría el porqué del poder estadounidense, que sería superior en varios órdenes de magnitud, logrando incluso superar al sector en el que Corea del Norte ha hecho un gran esfuerzo nacional, esto es, en la fabricación y el despliegue de armas nucleares. Pyongyang está logrando crear misiles con alcances y potencias similares a los que utilizaba Estados Unidos en la década de 1960, Corea del Norte tiene un ciclo que va 60 años por detrás de su contraparte estadounidense.

Pero la mayor parte de estos ciclos dependen directa o indirectamente de la tecnología, y esta a su vez está casada con la geografía, como ahora veremos.

A continuación, un extracto del libro Por un pedazo de tierra. La nueva geopolítica basada en conexiones (Deusto, 2004), de Yago Rodríguez, analista militar; fundador y director de The Political Room y del canal Cosas Militares.

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