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El campo europeo asedia Bruselas en una jornada de cumbre de los líderes de la UE
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PROTESTA EN LA CAPITAL BELGA

El campo europeo asedia Bruselas en una jornada de cumbre de los líderes de la UE

Los manifestantes han vandalizado una estatua del siglo XIX y han metido presión a unos líderes europeos que se reúnen para discutir de la ayuda financiera a Ucrania

Foto: Agricultores belgas protestan por las presiones sobre los precios, los impuestos y la normativa ecológica en Bruselas, Bélgica. (Reuters/Yves Herman)
Agricultores belgas protestan por las presiones sobre los precios, los impuestos y la normativa ecológica en Bruselas, Bélgica. (Reuters/Yves Herman)

En cuestión de unos pocos cientos de metros se producían dos estampas completamente distintas. En una, los líderes europeos aprietan las tuercas a Viktor Orbán, primer ministro húngaro, logrando que retire su veto a los 50.000 millones de ayuda a Ucrania. En la otra, miles de trabajadores del campo, animados por asociaciones y lobbies del sector, llevan a cabo una protesta histórica en pleno corazón del barrio europeo de Bruselas, prendiendo fuego a montañas de neumáticos e incluso derribando y destruyendo una estatua de 1871 de la plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento Europeo, en honor al industrial británico John Cockerill, que ayudó a impulsar el sistema ferroviario belga. La policía ha respondido con cañones de agua contra los manifestantes.

Las protestas del campo europeo, que se ha incendiado en las últimas semanas con movilizaciones históricas en Alemania y Francia, pero que hunde sus raíces en un descontento que viene de lejos y que se ha hecho cada vez más visible en el último año, han acabado llegando a Bruselas porque muchos apuntan a la Unión Europea como culpable de los problemas del campo. A su agenda climática y a alguna de sus políticas, como la estrategia "de la granja a la mesa", y a unos estándares que se le aplican al campo europeo, pero no, aseguran los manifestantes, a los productos agrícolas que llegan desde países terceros.

Así, mientras los jefes de Estado y de Gobierno se han reunido en un Consejo Europeo extraordinario, los manifestantes han metido 1.300 tractores en los alrededores de la zona en la que se celebra la cumbre. La mayoría de manifestantes, portando mensajes como "Esta no es la Europa que queremos", se han concentrado frente al Parlamento Europeo, a cuyos trabajadores la institución ha recomendado no acudir a sus instalaciones este jueves. No todos los manifestantes en Europa tienen las mismas quejas. Mientras que en Francia se centra mucho en una cuestión proteccionista, en Alemania está vinculado a las subvenciones que se han recortado a raíz de la crisis presupuestaria que provocó una sentencia del Tribunal Constitucional de Karlsruhe.

Las protestas no han pillado por sorpresa en Bruselas, donde en el barrio europeo hace días que se ven algunos preparativos de la policía, además de los habituales ante un Consejo Europeo. "Planeamos —como agricultores— ir a Bruselas y montar barricadas porque (los líderes) se reúnen el jueves", adelantaba este miércoles un agricultor belga, según recogía la agencia Reuters, a pie de una de las autovías del país donde ya se estaban movilizando cientos de tractores. Otro de los agricultores entrevistados por la agencia señalaba que estaban "abiertos al diálogo" con los líderes.

La rama europea

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha intentado reaccionar creando un "diálogo estratégico" con voces del sector, pero el problema político va más allá y no es únicamente una cuestión de dinero: la partida de la Política Agraria Común (PAC) ya es la más grande del presupuesto europeo, y, de hecho, el objetivo de un buen número de Estados miembros es recortar dicha partida. Ahora algunos líderes europeos, como, por ejemplo, Emmanuel Macron, presidente francés, consideran que el asunto agrícola requeriría una discusión a nivel de jefes de Estado y de Gobierno por las muchas ramificaciones que tiene, y desde su entorno se ha señalado a Bruselas, asegurando que la Comisión Europea debería hacer más. De hecho, París ha intentado torpedear definitivamente el cierre del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, el bloque comercial de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, al considerar que podría empeorar la situación del campo francés.

José María Castilla, representante de Asaja en Bruselas, ha estado presente en las movilizaciones de este jueves. "La primera prioridad es la paralización legislativa ante este tsunami de leyes. No podemos más, estamos asfixiados", ha asegurado un grupo de periodistas. Además, pide "cláusulas espejo" para que los productos que entran en la Unión desde países terceros tengan que cumplir también con una legislación medioambiental comparable a la europea. "La tercera [prioridad es] dignidad y respeto. Sentarnos en la mesa desde el principio. No me sirve de nada un diálogo estratégico antes de las elecciones" europeas de junio de 2024, ha asegurado Castilla.

Foto: La plaza de la Constitución de Bucarest, el 21 de enero, cuando solo un tractor y un coche acudieron a la manifestación autorizada para hasta 5.000 personas, alegando que la extrema derecha está instrumentalizando su causa. (Lola García-Ajofrín)
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El problema es muy serio para muchos de los líderes. En el caso alemán, Alternativa para Alemania (AfD), una formación de extrema derecha, tiene un alto nivel de apoyo entre los manifestantes, y las protestas del campo alemán están ayudándole en su escalada en las encuestas. En Francia, donde el Gobierno de Emmanuel Macron está sufriendo y va muy por detrás en las encuestas de cara a las elecciones europeas de junio, ante las que la formación de extrema derecha Reagrupación Nacional de Marine Le Pen aparece como la favorita. Le Pen, con su visión proteccionista, está beneficiándose también del ambiente tenso en el campo francés.

En cuestión de unos pocos cientos de metros se producían dos estampas completamente distintas. En una, los líderes europeos aprietan las tuercas a Viktor Orbán, primer ministro húngaro, logrando que retire su veto a los 50.000 millones de ayuda a Ucrania. En la otra, miles de trabajadores del campo, animados por asociaciones y lobbies del sector, llevan a cabo una protesta histórica en pleno corazón del barrio europeo de Bruselas, prendiendo fuego a montañas de neumáticos e incluso derribando y destruyendo una estatua de 1871 de la plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento Europeo, en honor al industrial británico John Cockerill, que ayudó a impulsar el sistema ferroviario belga. La policía ha respondido con cañones de agua contra los manifestantes.

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