Los líderes europeos tiran de las orejas a Von der Leyen y piden evitar una escalada regional

Los líderes europeos han mantenido este martes una reunión telemática en la que han abordado la situación en Oriente Próximo y la crisis desatada a raíz de los ataques terroristas de Hamás, insistiendo en la postura común que ya habían acordado durante el fin de semana. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha explicado que los Veintisiete harán “todo lo necesario para evitar una escalada regional”, un escenario que en las últimas horas ha ido ganando peso.

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Pero la sesión ha sido, inevitablemente, por su simple convocatoria, un importante tirón de orejas para Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que durante toda la semana pasada mantuvo su propio discurso respecto a la situación, pasando por encima del mensaje consensuado por los Veintisiete. En todo momento la Unión Europea ha apostado por señalar que Israel tiene derecho a defenderse y a responder a Hamás, pero que debe hacerlo respetando el derecho internacional. Ese “pero” ha estado ausente de los mensajes enviados por Von der Leyen durante toda una semana que ha dedicado la alemana a apoyar la estrategia del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu sin críticas ni matices, lo que ha irritado en muchas capitales hasta el punto de llevar a Michel a convocar este encuentro.

“La política exterior es una cuestión del Consejo, una cuestión de los Estados miembros”, recuerda una alta fuente europea, que señala que la posición de la Unión Europea se fijó en un Consejo de Asuntos Exteriores celebrado el martes de la semana pasada. Lo que ocurrió es que “lo que se decidió no fue respetado” por Von der Leyen, que ha seguido lanzando mensajes que no incluían ese llamamiento a respetar el derecho internacional, lo que ha llevado a los líderes a tener que intervenir. En su intervención posterior al Consejo Europeo, Michel ha hecho especial hincapié en que “los civiles deben ser protegidos” y ha clamado contra los “discursos de discriminación” como “el antisemitismo o la islamofobia”.

La UE ha apostado por señalar que Israel tiene derecho a defenderse y a responder a Hamás, pero que debe hacerlo respetando el derecho internacional

Michel ha señalado que la acción europea debe estar guiada por “unidad y coherencia”, un dardo lanzado hacia Von der Leyen, que se encontraba de pie junto a él en la rueda de prensa celebrada tras el encuentro. Porque si algo no hubo durante las primeras horas de la respuesta europea al ataque de Hamás y la posterior reacción de Israel fue ni unidad ni coherencia. Von der Leyen fue cometiendo error tras error desde hace más de una semana, cuando, sin esperar a la decisión de los ministros de Asuntos Exteriores, intentó marcar el mensaje europeo sobre la situación en Israel. En muchas capitales consideraron que la alemana se había extralimitado, que había ido demasiado lejos, ya que no tiene competencias en materia de política exterior.

Von der Leyen sabe que ha cometido un error de cálculo, que se ha pasado de frenada, que ha ido incluso más allá del discurso defendido por los Estados Unidos, su referencia en materia de política exterior. Por eso desde hace algunos días la alemana ha ido rebajando el discurso. “Los palestinos de Gaza no pueden pagar el precio de la barbarie de Hamás”, explicó la presidenta de la Comisión este lunes desde Tirana. Este martes la alemana ha sido más contundente, ha hecho un examen de conciencia y ha acertado a señalar que “no hay contradicción en solidarizarse con Israel y actuar por las necesidades humanitarias de los palestinos”, que es la postura oficial que la Unión Europea lleva defendiendo desde hace una semana, pero que ella no acató hasta hace pocos días. “Los terroristas son Hamás, no los palestinos”, ha añadido Von der Leyen.

Una semana de crisis

La situación de la presidenta de la Comisión Europea, que ya desde el primer momento había empezado a irritar a algunas capitales con sus primeras reacciones tras el ataque de Hamás, empeoró cuando uno de sus comisarios, el húngaro Oliver Varhelyi, a cargo de Vecindad, anunció la congelación de fondos de desarrollo a Palestina, lo que provocó el enfado de numerosos Estados miembros, como Irlanda, Bélgica o España. Le siguió una caótica cadena de reacciones que acabó con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, teniendo que intervenir. En ese momento ya estaba claro que Bruselas estaba herrando con su estrategia y con sus métodos.

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Pero en vez de dar marcha atrás, de intentar corregir el tiro, Von der Leyen profundizó en sus errores y no acató el mensaje enviado por los ministros, que se reunieron al día siguiente del incidente con Varhelyi. El viaje a Israel junto con Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, sin llegar a avisar a Michel, hizo que se redoblara la presión sobre la presidenta del Ejecutivo comunitario, que solamente el sábado decidió mencionar, a través de un comunicado, la necesidad de que se respetara el derecho internacional. Ese mismo sábado, Michel convocó la cumbre.

“No hay justificación para el terror. Destacamos firmemente el derecho de Israel a defenderse de conformidad con el derecho humanitario e internacional frente a ataques tan violentos e indiscriminados”, señala el comunicado conjunto de los Veintisiete que se acordó a lo largo del fin de semana y que ha hecho que la cumbre sea más sencilla, sin tener que centrarse en diseñar ese texto. Con el comunicado y la reunión de este martes a nivel de líderes los Veintisiete tratan de zanjar una crisis que ha consumido a Bruselas en los últimos días.

Con el comunicado y la reunión de este martes a nivel de líderes los Veintisiete tratan de zanjar una crisis que ha consumido a Bruselas en los últimos días

Pero el incidente ha ido más allá de una serie de roces entre Von der Leyen y Michel, o también con el Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. La última semana ha generado una crisis de imagen para el Ejecutivo comunitario y una crisis institucional. Von der Leyen ha jugado un papel muy vocal en política exterior a raíz de la guerra de Ucrania aprovechando un cierto vacío de liderazgo en la Unión Europea, pero en la última crisis de Oriente Medio su gestión a base de volantazos, de decisiones personales y de pocas consultas con las capitales ha acabado por irritar a demasiados diplomáticos y líderes.

Von der Leyen ha sido vista siempre como favorita indiscutible para ser presidenta de la Comisión Europea durante el próximo mandato, un puesto que se deberá escoger después de las elecciones europeas de junio de 2024. Sin embargo, esta crisis ha hecho que algunos duden de hasta qué punto ha dañado la imagen de la alemana entre los jefes de Estado y de Gobierno. Para ser nominada de nuevo para el cargo Von der Leyen necesita el respaldo de los líderes y necesita retener el favor de algunos de ellos que no forman parte de su familia política, el Partido Popular Europeo (PPE), como por ejemplo podría ser Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones y uno de los líderes de los socialistas europeos.