La amenaza rusa llama a la puerta a bordo de un dron: dentro de los ejercicios militares de Rumanía

Junto a un paraje de viñedos en Vrancea, tierra de trashumancia en el Este de Rumanía, cinco hombres uniformados con botas, chaleco y casco, sostienen rifles AK 47, siguiendo las indicaciones del instructor: "Primero quitamos el seguro, después cargamos". Las balas silban en el campo de tiro. Dos ambulancias aguardan por si ocurre un accidente. Decenas de hombres y alguna mujer desfilan, sincronizados. Bajo los cascos, la mayoría luce canas. Son reservistas rumanos que el 4 de octubre fueron llamados a un entrenamiento en el campo de tiro de Bogza, en Rumanía.

La actividad, titulada "Mobex VN-VS-23. Ejercicio de movilización para verificar el estado de preparación de la población, la economía y el territorio para la defensa", se realizó entre el 2 y el 7 de octubre, en los condados rumanos de Vrancea y Vaslui. Los organizadores explican a la prensa que, en esta zona, no tenía lugar un ejercicio de estas características desde 2005. El evento fue puesto en marcha por el Ministerio de Defensa Nacional de Rumanía, en cooperación con la Administración Nacional de Reservas Estatales y Asuntos Especiales, el Ministerio del Interior, el Servicio de Inteligencia rumano y el Servicio Especial de Telecomunicaciones.

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Con unos 4.500 participantes —2.600 en Vrancea y 1.900 en Vaslui— se trata del mayor ejercicio de este tipo que se celebra en años,"pero no está relacionado con los acontecimientos cerca de nuestra frontera con Ucrania", puntualiza el teniente coronel Ion Dantes, responsable de la relación con los medios que cubren el acto. Dantes explica que esta actividad se planificó en 2022 y son ejercicios comunes que "tienen un carácter rutinario". Se organizan periódicamente en distintas partes del país, "especialmente en tiempos de paz", con el objetivo de verificar la eficiencia de los recursos humanos, materiales y estructuras en el ámbito de la defensa y la seguridad nacionales. "Hubo otro en Covasna y Timişoara, en abril", apunta.

El reservista Pruteanu Viorel, de 54 años, un hombre alto con bigote gris que sirvió en el ejército durante 34 años, e hizo un par de incursiones a Kandahar, en Afganistán, considera que es beneficioso que el ejército muestre a los reservistas las nuevas tecnologías y la forma en que trabajan ahora las unidades. "Alguno de nosotros nos jubilamos hace poco, pero otros se retiraron hace mucho tiempo y necesitan poner al día sus conocimientos", admite.

Junto a Viorel, una militar de la Brigada Blindada 282 de las fuerzas terrestres rumanas explica las características de uno de los vehículos que se exhibe, el Gepard B2L, un carro blindado con cañones y sistemas antiaéreos de fabricación alemana, que cuenta con un radar "de entre 75 y 15.750 metros de distancia", anuncia un póster. A su lado, varios oficiales muestran un sistema de lanzacohetes múltiple Himars M142, montado sobre un camión. En cuanto a la posibilidad de que la guerra en Ucrania traspase la frontera a su vecina Rumanía, Viorel se muestra tranquilo: "Al menos en lo que a mí respecta, no tengo ningún temor ni creo que pueda ocurrir, pero considero que debemos estar preparados en todo momento".

La fragilidad de las aldeas del Danubio

Aunque se trate de accidentes aislados y no intencionados, como ha advertido el ministerio de Defensa de Rumanía en varias ocasiones, en los pueblos rumanos de la orilla del Danubio la guerra de Ucrania se siente cada vez más cerca. Rumanía comparte 613 km de frontera con Ucrania —algo más que Polonia con Ucrania—. Se trata de una frontera discontinúa, en dos franjas distintas del país, una al norte y otra al este, en el Delta del río Danubio. Es precisamente en la del este, donde la guerra roza las puertas de la OTAN y las fuerzas armadas rumanas están incrementando las medidas de seguridad para proteger a su población.

Desde que Rusia saliera del acuerdo de exportación de cereales a través del Mar Negro, en julio de 2023, ha bombardeado las instalaciones de cereales en los puertos del Danubio. Los ataques están dirigidos al puerto ucraniano de Izmail, que se encuentra a solo unos cientos de metros de los municipios rumanos al otro lado del río. Es el caso de Plauru, una pequeña aldea rumana de apenas 20 personas, que fue noticia a comienzos de septiembre, cuando se encontraron restos de un dron ruso en su territorio.

En los últimos días, la agencia Reuters informó de que Rumania ha acercado sus defensas aéreas a las aldeas del Danubio y ha construido dos refugios antiaéreos cerca de la frontera. Los habitantes de esa zona recibirán, además, alarmas en el móvil. El último incidente se produjo en el punto fronterizo Orlovka-Isaccea, un paso estratégico por el que han cruzado tanto miles de refugiados como cereales entre Ucrania y Rumanía, que ha tenido que ser cortado tras el ataque con drones.

¿En qué caso se utilizarían los reservistas?

¿Deben preocuparse los reservistas? En los últimos meses, el ministerio de Defensa Nacional de Rumanía ha tenido que desmentir varios bulos que circulan en internet en torno a la defensa del país y su vecina, Ucrania. Uno de ellos es la noticia falsa de que el gobierno rumano estaba movilizando a reservistas para enviarlos al frente en Ucrania. El ministerio de Defensa Nacional de Rumanía lo negó en su cuenta de Twitter: "¡Cuidado con la información falsa!", advertía, refiriéndose al rumor que circulaba de que se iba a reintroducir el servicio militar obligatorio. En Rumanía, la mili dejó de ser obligatoria en 2007, poco después de que el país se uniría a la OTAN, en 2004. También circularon noticias falsas sobre la movilización de los reservistas.

El bulo sobre los reservistas se basaba en una serie de órdenes de citación que han sido emitidas por los centros militares comarcales o sectoriales con el fin de actualizar su base de datos y que no tienen ninguna implicación adicional, según explicó el ministerio de Defensa rumano.

¿En qué caso se utilizarían, entonces, los reservistas? El teniente coronel Dante explica que, en tiempos de paz, los reservistas desempeñan sus trabajos con normalidad y solo se les llama para recibir entrenamientos para poner al día sus habilidades militares. De hecho, "los reservistas tienen la obligación de participar en este tipo de ejercicios de entrenamiento y movilización", continúa. Si se niegan a recibir la citación, en Rumanía, se les puede multar como un delito menor, con una multa de ocho a 16 puntos y si no se presentan, con una infracción de dos a seis puntos. El valor de un punto es el 20% del valor del salario mínimo bruto, que es 3.000 lei (unos 600 euros).

Además,"los reservistas pueden ser concentrados o movilizados en estado de emergencia, sitio y movilización", continúa el teniente coronel y solo sería posible reclamarlos para luchar en el frente "ante la declaración del estado de guerra". En Rumanía, los reservistas pueden tener obligaciones militares hasta los 63 años, en función de la categoría. Los soldados tienen obligaciones hasta los 55 años, pudiendo solicitar ser reservistas voluntarios hasta los 63.