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Israel prepara una operación "con toda la fuerza" contra Gaza tras el ataque de Hamás
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GUERRA EN ORIENTE MEDIO

Israel prepara una operación "con toda la fuerza" contra Gaza tras el ataque de Hamás

La primera victoria ha sido de los milicianos palestinos, pero ¿a qué precio? Los analistas temen que Netanyahu lance una invasión terrestre que causaría miles de muertos

Foto: Hamás lanza más de 5.000 cohetes desde la franja de Gaza. (EFE/Mohammed Saber)
Hamás lanza más de 5.000 cohetes desde la franja de Gaza. (EFE/Mohammed Saber)
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El golpe fue desgarrador. La verja que separaba la aislada Franja de Gaza de los territorios controlados por Israel, rota por una excavadora. Ni rastro del Ejército al otro lado. Unos kilómetros más allá, unos militantes de Hamás arrastran un cuerpo de un presunto soldado israelí, ensangrentado, por el suelo, al grito de "Dios es grande". En Sderot, una localidad próxima a la Franja, en el sur de Israel, hombres vestidos de negro y armados con fusiles patrullan la ciudad, desierta, mientras en la televisión israelí se retransmiten, entre susurros, llamadas de vecinos que relatan cómo los milicianos se han hecho con el control de su asentamiento, y que dicen que se sienten abandonados por el Ejército.

La reacción inicial de Israel no se ha hecho esperar, con bombardeos a la Franja de Gaza, incluidos edificios residenciales de varios pisos. Y la situación, todavía en desarrollo, promete escalar en los próximos días. "Estamos en guerra", declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Quizá, incluso —temen algunos analistas—, acabe lanzando una operación terrestre para intentar conquistar la Franja de Gaza, bajo control del grupo palestino Hamás, tras una guerra que dejará centenares, si no miles, de muertos. "Lo que fue antes [la lucha de Israel contra Hamás] ya no será. Ahora operaremos con toda nuestra fuerza", declaró el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant.

"Nos vengaremos por todos esos jóvenes que perdieron la vida. Convertiremos Gaza en una isla desierta. A los ciudadanos de Gaza, os advierto: debéis iros ahora mismo. Atacaremos cada esquina de la Franja", añadió Netanyahu. En la Franja de Gaza viven cerca de dos millones de personas.

Foto: El ataque sorprendió al Ejército israelí. (EFE/Wael Hamzeh)

Pero el primer tanto, la primera victoria, ha sido de Hamás. Los ataques del sábado, que se prolongan todavía este domingo, no tienen casi precedentes en alcance y gravedad. Según los canales de televisión israelíes, al menos siete asentamientos (al cierre de esta edición) en el sur del país están bajo control de Hamás. Las Fuerzas de Defensa Israelíes informan de combates en al menos 21 localidades. Según el Ministerio de Sanidad Israelí, habrían fallecido al menos 300 israelíes. En la Franja, al menos 232, pero es probable que el número aumente en las próximas horas, mientras los bombardeos israelíes continúan.

"Esto no es una operación [de ataque y retirada], hemos empezado una batalla total. Esperamos que la lucha continúe y que el frente se expanda. Tenemos un objetivo: nuestra libertad y la liberación de nuestros sitios sagrados [en referencia a la mezquita Al Aqsa, en Jerusalén]", afirmó el comandante militar de Hamás, Mohammad Deif. Los islamistas afirman que han logrado capturar docenas de soldados israelíes y civiles, que habrían sido trasladados a Gaza.

La gran pregunta no es solo la respuesta de Israel, que se prevé sangrienta (ya ha lanzado la operación Espadas de Hierro, con bombardeos sobre la Franja, y han aislado el suministro de energía a la zona), sino la de los habituales aliados de Hamás, como Hezbolá, la milicia chií en el Líbano, e Irán, y si la implicación de la primera abre para Israel dos frentes de batalla, uno en el sur y otro en el norte.

"El liderazgo de la Resistencia Islámica en el Líbano (Hezbolá) está en contacto directo con el liderazgo de la Resistencia Palestina y está llevando a cabo una evaluación continua de los acontecimientos y el progreso de las operaciones con él", ha declarado la milicia libanesa, confirmando cierta coordinación que los analistas ven "indispensable" para un ataque del alcance y magnitud como el que ha llevado a cabo Hamás este sábado. La mañana del domingo, Hezbolá se acreditó la autoría de varios ataques con mortero contra el norte de Israel, a los que los israelíes habrían respondido con artillería.

Un terremoto geopolítico

La ofensiva de Hamás sobre Israel llega en un momento crucial para Oriente Medio. En las últimas semanas, se han visto avances en el camino hacia la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, con el beneplácito de Estados Unidos.

La firma, el gran éxito de los acuerdos de Abraham (que ya han suscrito Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán) habría significado el jarro de agua fría definitivo, y sobre todo público, a muchas de las aspiraciones palestinas. Esa posibilidad es ahora, con la escalada de violencia, muy remota. Pese a la progresiva normalización de la relación sotto voce entre ambos países, un ataque de Israel sobre Gaza pondría al liderazgo saudí contra el sentir general del mundo árabe y musulmán. Al cierre de esta edición, ni Emiratos Árabes Unidos, ni Marruecos, ni Baréin han emitido declaraciones. Arabia Saudí y Qatar emitieron declaraciones pidiendo moderación y culpando a Israel.

Foto: Imagen por satélite de Gaza y alrededores tras los ataques de Hamás (X/@HarelDan)

Impedir el acuerdo Arabia Saudí-Israel no es seguramente la mayor motivación de Hamás. Hay elementos internos que empujan al grupo palestino para esta escalada. 2022-2023 ha sido el periodo más sangriento para los palestinos —sin contar épocas de operaciones militares israelíes—, con centenares de muertos tanto a manos de las fuerzas de seguridad como de los propios colonos, alimentados por el gobierno más ultra de la historia reciente del país.

También juega un papel el gran rival regional de Arabia Saudí y valedor de Hamás: Irán. "No se puede entender lo que ha ocurrido con Hamás hoy sin pensar en la situación que vive Irán, debilitada internamente por las protestas. Irán puede aprovechar este momento para retomar el pulso diplomático internacional, dado que se sigue tomando al régimen como un interlocutor internacional válido ante la falta de una oposición interna. Además, estos conflictos sitúan a Irán como el único defensor de la causa islámica en el mundo árabe, pese a que estamos hablando de un país persa", sostiene Daniel Bashandeh, analista político en Medio Oriente.

En el sur de Israel, nadie coge el teléfono. Algunos contestan por mensaje que prefieren no hablar: han perdido a amigos. Otros están aterrorizados. Muchas familias han pasado el día entero en los refugios por miedo a los proyectiles lanzados por Hamás. O encerrados en casa con las ventanas y las puertas atrancadas. Todos saben que ha habido secuestros. O conocen casos cercanos. En ciudades como Sderot, milicianos palestinos han circulado por las calles disparando a los balcones e intentando entrar en las viviendas. En varios kibbutz, asentamientos de colonos israelíes, los milicianos han conseguido llevarse como rehenes a civiles israelíes, que han sido trasladados a Gaza. El ejército ha reconocido que Hamás ha llegado a tomar durante horas hasta siete asentamientos judíos cercanos a la frontera.

"Pasaremos días muy duros de destrucción"

Desde la Franja, la historia es distinta. Aunque la operación militar de Hamás ha pillado a la gran mayoría de gazatíes por sorpresa, no así la reacción de Israel. "Esta película ya la hemos vivido varias veces… Pasaremos días muy duros de destrucción y víctimas… Aunque espero equivocarme", dice por teléfono Salah Alsousi, vecino de la Franja.

"Todo esto ha cogido por sorpresa a los mismos palestinos. Estoy convencido de que Israel va a responder con aún más fuerza. Aquí hemos tenido guerras por mucho menos", explica, por su parte, el Padre Gabriel Romanelli, párroco de una iglesia de la Franja, que indica que varias familias de feligreses que vivían cerca de la frontera ya se han refugiado en el templo. Y que preparan sitio para alojar a muchos más.

placeholder Israel respondió con ataques aéreos sobre Gaza. (EFE/Mohammed Saber)
Israel respondió con ataques aéreos sobre Gaza. (EFE/Mohammed Saber)

Con más de 28 años de servicio en Próximo Oriente (los últimos cuatro en Gaza), este sacerdote argentino considera que esta nueva guerra será "más larga que otras, especialmente por el estado de violencia del último año", aunque reza para que no sea así. Desde el inicio de los ataques, la sombra de una posible invasión terrestre contra Hamás en Gaza no ha parado de crecer. Y el gobierno de Netanyahu ya ha prometido contundencia contra el grupo. "Una invasión terrestre sería una masacre. Es un peligro tanto para los palestinos como para las fuerzas israelíes", opina Romanelli.

Mientras, Israel prepara su respuesta e intenta volver a hacerse con el control de los asentamientos en el sur del territorio, ahora plagados de milicianos palestinos. El líder de la oposición, Yair Lapid, señaló el sábado que está dispuesto a establecer un gobierno de unidad nacional de emergencia para "supervisar la difícil, compleja y prolongada campaña que tenemos por delante".

Los milicianos de Hamás han agujereado la frontera por decenas de sitios, han tirado la valla que enclaustraba Gaza y han asaltado con éxito varios puestos militares. La primera victoria es la propagandística, pero ¿a qué precio? "La oleada inicial de orgullo, resistencia y triunfo en gran parte del mundo árabe de hoy día (que se puede ver por ejemplo en la cobertura en árabe de Al Jazeera) recuerda el ataque de Yom Kippur de 1973", sostiene Marks. "Pero probablemente pronto dará paso a sentimientos de dolor e indignación cuando Israel responda en Gaza".

El golpe fue desgarrador. La verja que separaba la aislada Franja de Gaza de los territorios controlados por Israel, rota por una excavadora. Ni rastro del Ejército al otro lado. Unos kilómetros más allá, unos militantes de Hamás arrastran un cuerpo de un presunto soldado israelí, ensangrentado, por el suelo, al grito de "Dios es grande". En Sderot, una localidad próxima a la Franja, en el sur de Israel, hombres vestidos de negro y armados con fusiles patrullan la ciudad, desierta, mientras en la televisión israelí se retransmiten, entre susurros, llamadas de vecinos que relatan cómo los milicianos se han hecho con el control de su asentamiento, y que dicen que se sienten abandonados por el Ejército.

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