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Paraísos en llamas: ¿por qué han ardido tantas islas este verano?
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Paraísos en llamas: ¿por qué han ardido tantas islas este verano?

Numerosas islas en todo el mundo se han visto afectadas por incendios forestales masivos que han arrasado casi por completo su superficie

Foto: El Parque Nacional del Teide, tras el paso del incendio forestal que afecta a la isla. (EFE/Alberto Valdés)
El Parque Nacional del Teide, tras el paso del incendio forestal que afecta a la isla. (EFE/Alberto Valdés)

Un mes después de que el solsticio diese paso al verano, las islas griegas de Creta, Corfú y Evia se prendían por los cuatro costados. Las llamas arrasaron más de 14.000 hectáreas y, hasta la fecha, más de una veintena de personas han muerto quemadas en el país. Días después, otra isla se prendía, esta vez, Sicilia. Italia tuvo que pedir auxilio internacional para apagar el fuego. Paralelamente, en la otra punta del mundo, la isla de Maui, en el paradisiaco archipiélago de Hawái, era calcinada. 115 personas murieron en el incendio, aunque la cifra aumentará a medida que avancen las labores de rescate. Justo cuando España pensaba que iba a tener una época estival sin grandes focos —86.000 hectáreas quemadas en 2023, frente a las 268.000 hectáreas arrasadas en 2022—, la isla de Tenerife se quemaba, convirtiendo este fuego en el peor del verano.

Todos estos incendios tienen algo en común: las llamas se han originado en islas. Algo poco habitual, frente a otros escenarios geográficos, y en diferentes partes del mundo. Pero ¿a qué se deben todos estos fuegos?

Foto: Carpa levantada en Kalamata para socorrer a los migrantes supervivientes del naufragio del pasado junio frente a la costa griega en el que murieron al menos 79 personas. (Getty/Byron Smith)

Cuantos más boletos de lotería se compran, más posibilidades tienes de que te toque el premio. En este caso, en vez de millones de euros, son miles de hectáreas calcinadas. "Tenemos mucho fuego en nuestro futuro, y todo tipo de entornos van a estar sometidos a él, incluidas las zonas urbanas, que pensaban que eran más o menos inmunes", dijo Stephen Pyne a Los Angeles Times. "Lo que no arda va a estar sometido al humo". Pyne, historiador y profesor emérito de la Universidad Estatal de Arizona, es uno de los científicos menos optimistas sobre el futuro del planeta. En su libro The Pyrocene, explica cómo el mundo se encamina hacia una nueva era en la historia similar a la Edad de Hielo. Pero en vez de frío, hay fuego.

Mientras los pronósticos —cada año más acertados— del historiador esperan su profecía, lo que nos encontramos en la actualidad es el verano de las islas en llamas. La tormenta perfecta para que esto se produzca no ha sido fortuita. Todos los indicadores apuntan que la principal causa de que cada año los incendios sean más devastadores, habituales, impredecibles y violentos es el cambio climático.

Fuego en el paraíso

Tenerife, Hawái, Sicilia y Creta han experimentado una temperatura por encima de la media durante los meses de verano. Sin embargo, esta no es la única razón que ha favorecido estos incendios. "En los últimos años, los fuegos ocurren en condiciones secas y también con condiciones meteorológicas adversas. Cualquier ignición existente debido a los vientos calientes y secos aumenta el riesgo de inflamabilidad, lo que les permite ir a niveles más peligrosos", explica Mark Parrington, científico principal del Servicio de Vigilancia Atmosférica Copernicus (CAMS), a El Confidencial. Aunque todos estos incendios, en la opinión del experto, "parecen más una coincidencia" y argumenta que desde el observatorio no han observado ninguna coincidencia o patrón en los diferentes focos. "Hay muchos aspectos diferentes de la meteorología que pueden conducir a eso. Puede haber estudios en los próximos meses y años que podrían analizar esto en detalle", argumenta Parrington.

Por otro lado, Javier Madrigal, científico titular de Icifor-INIA (CSIC) y profesor asociado Montes-UPM, explica a este diario que "hay cierta vulnerabilidad por grandes incendios, porque tanto Hawái como Tenerife, Sicilia y Rodas son islas volcánicas. De por sí, tienen un régimen de incendios histórico que depende de su vulcanismo". Otro de los aspectos que menciona el científico es que su orografía escarpada provoca que los incendios sean más difíciles de apagar. Además, los vientos que afectan a las islas son mucho más acuciados que en el territorio peninsular.

"Hay otro factor importante común a todo el proceso de separación de gestión del territorio en muchas zonas del mundo. Es un proceso de disminución de la producción agraria forestal. Cuando hay un efecto y cuando esto se produce en una isla, como es el caso, por ejemplo, de Hawái o como está pasando en parte de las Canarias, esta disminución de la gestión del territorio hace que tengas la población muy concentrada en la costa, que es más turística y, en cambio, el interior de la isla no tenga gestión, ni agraria ni forestal", continúa. "Pero, cuando se produce un fuego, estas zonas son muy vulnerables a este tipo de eventos", analiza el científico y director del blog FuegoLab.

placeholder Bomberos de Güímar, en el bosque de Las Raíces. (EFE/Ramón de la Rocha)
Bomberos de Güímar, en el bosque de Las Raíces. (EFE/Ramón de la Rocha)

Gustavo Colmena, del programa de bosques del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), menciona en entrevista con El Confidencial otro factor importante que se centra en el riesgo y peligrosidad que estos incendios provocan. "En la mayoría de los casos, las islas tienen una biodiversidad particular, ¿por qué? Porque han estado aisladas durante mucho tiempo y han tomado rutas evolutivas diferentes", expone. Estas rutas evolutivas han generado en los archipiélagos una biodiversidad única que hace que, cuando se producen estos incendios, se vean gravemente perjudicados y pongan en riesgo a estas especies únicas.

Lo que, en resumen, apuntan los científicos es que los incendios de este verano se han debido a una casualidad, pero también argumentan que los fuegos se han visto afectados por las condiciones climatológicas adversas y las particularidades de cada isla.

La isla de la eterna primavera y el Mediterráneo

El incendio de Tenerife ha sido el mayor fuego en territorio español este verano. Lo que apuntan las primeras investigaciones es que la ignición se debe a una chispa provocada por el ser humano que, además, eligió deliberadamente una zona de difícil acceso para las motobombas y otros vehículos de los bomberos forestales, para complicar las labores de extinción y que el fuego fuese lo más devastador posible.

Foto: Miembros de la UME, trabajando en el incendio. (EFE/UME)

Salvando el hecho de que fuese provocado, Tenerife atravesaba una sequía inusual para la isla y, como el resto de España, la temperatura era mayor a la registrada en el mismo periodo otros años. "Está claro que el calor extremo, que va acompañado normalmente de una ausencia de estaciones, tiene varios efectos. La humedad y la temperatura relativa han sido tan bajas que cualquier inicio o foco de incendio necesita muy poca energía para propagarse. Puede empezar a avanzar porque no hay vapor de agua en la atmósfera", dice el científico Madrigal. Al ser Tenerife una isla volcánica con una orografía particular, como explica el experto, las labores de extinción han sido mucho más complicadas.

placeholder Una columna de fuego se eleva tras un bloque de viviendas en el área de Monte Grifone, en la ciudad de Ciaculli, cerca de Palermo. (EFE)
Una columna de fuego se eleva tras un bloque de viviendas en el área de Monte Grifone, en la ciudad de Ciaculli, cerca de Palermo. (EFE)

Una de las particularidades que Madrigal reconoce como problemática, al igual que en el resto del territorio español, es el desaprovechamiento de las labores agrícolas en el interior de la isla. Cuando la población autóctona vivía en muchos casos de trabajar las parcelas de la isla, el monte tinerfeño tenía mucha menos vegetación descontrolada. Esta, a la hora de producirse un fuego, se cobra muchas más hectáreas en su propagación.

Los resultados de las llamas, según explica Colmena, afectan primordialmente a la población local y sus bienes materiales. Sin embargo, otros habitantes de la isla más silenciosos también ven afectada su forma de vida. "La mayor parte del bosque de Tenerife está compuesto por Pinus canariensis. Ese pino ha evolucionado ligado a los volcanes. Entonces, mediante la evolución, ese pino ha desarrollado la capacidad de rebrotar de las llamas. No hay otro pino aquí de los que tenemos en España que tenga esta capacidad", comenta. Como este ejemplo, muchas otras especies de flora y fauna en las diferentes especies que viven en las islas que se han prendido este verano se ven afectadas por las llamas. Y lo que el experto explica es que en una isla, por su aislamiento, es mucho más complicado que vuelva a rebrotar la vida en ellas.

Foto: Incendios vistos desde la ciudad siciliana de Mesina. (EFE / Francesco Saya)

Tanto Sicilia como Creta se han visto envueltas en unas características muy similares a las que han devastado Tenerife. Excepto porque las investigaciones apuntan a que ambos incendios no fueron provocados. Sin embargo, en lo que respecta a las características y particularidades de las islas, han sido muy similares en el arco mediterráneo. "Las emisiones de incendios forestales que hemos estado controlando en Grecia durante los últimos días de agosto se producen en un momento del final del verano similar al de los grandes incendios que afectaron al país en 2007 y 2021. Siguen al aumento de las emisiones de incendios forestales de los que afectaron a Rodas y Ática en julio, que fueron las emisiones de incendios forestales más altas estimadas para julio en las últimas dos décadas", dijo el científico Mark Parrington. "Seguimos vigilando de cerca la situación", añadió. Mientras, Grecia se enfrenta esta semana al incendio más grande en la historia de Europa.

Hawái, devastada

La isla de Maui ha sido casi completamente arrasada. Pero, a diferencia del resto de incendios, la mayor problemática que ha habido en esta isla ha sido la falta de prevención, así como la ausencia de un plan de emergencia para combatir las llamas. Pese a que Hawái tiene varios protocolos por tsunami, terremoto u otro tipo de catástrofes, no existía un plan acorde a las llamas para evitar un mayor desastre.

Debido a la falta de registros sobre incendios en el archipiélago, los bomberos y las autoridades no supieron frenar el fuego hasta que fue demasiado tarde. En este punto, los tres científicos entrevistados concuerdan en que una de las mejores prácticas para combatir un fuego es la prevención, y, en el caso de Maui, no lo fue. Aunque la mayoría de los incendios se concentren en verano, debido al aumento estacional de las temperaturas, una gran parte de las labores de prevención se realiza durante el año.

placeholder Una vista muestra los daños en la isla de Hawái. (Reuters/Kevin Lamarque)
Una vista muestra los daños en la isla de Hawái. (Reuters/Kevin Lamarque)

En los meses de primavera, otoño e invierno, los bomberos forestales protegen la masa forestal y limpian la superficie para que, si se produce una ignición, las llamas se cobren la menor superficie posible. Pero, en el caso de Hawái, junto con la ausencia de labores agrícolas y la concentración poblacional en la costa, las labores de prevención en la masa forestal de la isla fueron nulas.

"En el caso de Hawái, cuando se ha juntado este proceso de abandono de dentro de la isla con el calentamiento global, mientras que Hawái es una isla húmeda, ha generado que estos picos de calor pongan en una mayor disposición un montón de combustible que antes no lo estaba. Es un poco un ejemplo de la confluencia de lo que llamamos cambio global. El efecto isla lo agranda cuando ocurre un problema de este tipo", concluye Javier Madrigal.

No hay una única razón que se atribuya a estos incendios. Pero lo que está claro es que cada vez van a ser más comunes, como pronostica el científico Stephen Pyne: "Tenemos mucho fuego en nuestro futuro".

Un mes después de que el solsticio diese paso al verano, las islas griegas de Creta, Corfú y Evia se prendían por los cuatro costados. Las llamas arrasaron más de 14.000 hectáreas y, hasta la fecha, más de una veintena de personas han muerto quemadas en el país. Días después, otra isla se prendía, esta vez, Sicilia. Italia tuvo que pedir auxilio internacional para apagar el fuego. Paralelamente, en la otra punta del mundo, la isla de Maui, en el paradisiaco archipiélago de Hawái, era calcinada. 115 personas murieron en el incendio, aunque la cifra aumentará a medida que avancen las labores de rescate. Justo cuando España pensaba que iba a tener una época estival sin grandes focos —86.000 hectáreas quemadas en 2023, frente a las 268.000 hectáreas arrasadas en 2022—, la isla de Tenerife se quemaba, convirtiendo este fuego en el peor del verano.

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