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Una 'anfeta' siria para boicotear el regreso del régimen más aislado de Oriente Medio
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El cartel de Captagon

Una 'anfeta' siria para boicotear el regreso del régimen más aislado de Oriente Medio

Estados Unidos y Reino Unido impusieron sanciones contra familiares de Al Asad y denunciaron la implicación del régimen en el auge del mercado ilícito de la droga Captagon

Foto: Un soldado kurdo se burla de los yihadistas simulando que toma Captagón. (Ferran Barber)
Un soldado kurdo se burla de los yihadistas simulando que toma Captagón. (Ferran Barber)

En septiembre de 2022, un accidente de tráfico cerca de la frontera entre Siria y Líbano reveló uno de los mercados de droga más grandes del mundo. En los vehículos colisionados se encontraron cerca de tres millones de pastillas de Captagon, una droga estimulante del sistema nervioso central, y dos toneladas de cannabis. Detrás de este gran cargamento había un nombre, el de Bashar al Asad, y una red de tráfico ilegal gestionada por el régimen sirio. Los analistas, como los del Middle East Institue, no tienen dudas: "Siria es un narcoestado", concluyó uno de sus informes.

Antes de ese accidente, el mercado ilícito de esta droga desde Siria hasta países de Oriente Medio como Jordania y Líbano había pasado prácticamente desapercibido en los medios internacionales. Una de las noticias más comentadas sobre Siria había sido el intento del presidente sirio por normalizar las relaciones con antiguos aliados. Hasta que Estados Unidos y Reino Unido detallaron el alcance del tráfico de esta anfetamina tras imponer sanciones a los primos del presidente sirio, Samer Kamal y Wassim Badia al Asad.

Foto: Un edificio destrozado después del terremoto en Jableh, Siria, el 15 de febrero. Amr Alfiky / REUTERS

Los informes de los gobiernos confirmaron el papel de los familiares del mandatario, así como de otros empresarios libaneses y sirios en la fabricación y exportación de la fenetilina. Esta droga sintética fue inicialmente utilizada como tratamiento para la narcolepsia y la depresión, pero que fue prohibida en los años 80 por sus efectivos adictivos. Con una apariencia similar a la de un medicamento, el Captagon se ha convertido en una alternativa al speed o a la cocaína en Occidente para los jóvenes de Oriente Medio.

"Con cada segundo que pasa, miles de pastillas de Captagon se preparan en pequeños laboratorios cerca de los puertos marítimos sirios, para ser exportados a los países del mundo. Estas operaciones son realizadas por militares de alto rango, financieros y líderes de milicias aliados con Bashar al Asad", explica Taim al Hajj, periodista de investigación sirio experto en política y temas militares del país. "Este trabajo se ha vuelto diario y, por lo tanto, Siria se ha convertido en un estado de drogas, porque la cantidad de laboratorios que producen este veneno es demasiado grande para ser contada", añadió a El Confidencial.

Para Bashar al Asad ha sido, además, "un salvavidas económico" después de más de 10 años de guerra y de aislamiento internacional. Así lo estipuló el Gobierno de Reino Unido en un informe en el que, además de anunciar las sanciones contra la familia del gobernante, arrojaban que el comercio de Captagon supone cerca de 57.000 millones de ingresos anuales para Damasco, 10 veces el presupuesto anual. "Es aproximadamente tres veces el comercio combinado de los cárteles mexicanos". Reino Unido añadió que el mercado de la droga "enriquece al círculo íntimo de Assad, las milicias y los señores de la guerra, a expensas del pueblo sirio que sigue enfrentándose a una pobreza paralizante y a la represión a manos del régimen".

El Gobierno británico confirmó que el régimen sirio está involucrado en el mercado de esta droga y que los envíos salen de bastiones del Gobierno como el puerto de Latakia, donde Maher al Asad, hermano de Bashar, dirige la unidad del ejército sirio para facilitar la distribución y producción de medicamentos. A pesar de que las estimaciones del valor de este mercado pueden variar según el informe, el comercio de Captagon se ha asociado durante mucho tiempo con el conflicto en Siria y los combatientes lo tomaban con frecuencia en el campo de batalla para combatir el apetito o aumentar la capacidad de concentración.

La droga, después de ser producida, se envía a países vecinos como Líbano, Jordania y Turquía y los expertos añadieron que la organización Hezbolá es uno de los grupos que opera en suelo sirio para regular el comercio de la droga sintética. "Hezbolá tiene una larga trayectoria en la producción y exportación de drogas en el Líbano, especialmente en el cultivo de cannabis, y muy notable en el valle libanés de la Bekaa. Más bien, podemos decir que el comercio de hachís y Captagon es una de las fuentes de financiación más importantes para ellos", señala Al Hajj. El Gobierno sirio, por su parte, estaría utilizando la experiencia de la organización para obtener apoyo técnico y logístico en la producción y el tráfico de la droga.

El retorno más deseado de Al Asad

Los vínculos entre Al Asad y el tráfico de estupefacientes son cada vez más obvios, pero eso no parece afectar a los esfuerzos del mandatario por volver al ruedo político. El retorno del mandatario ha estado marcado por el terremoto que azotó Turquía y Siria por los países que han mandado ayuda humanitaria. El presidente estaría intentando utilizar este pretexto para normalizar las relaciones con algunos de ellos. Paralelamente, otras naciones como Irak, Líbano y Argelia pidieron que Siria fuera incluida de nuevo en la Liga Árabe después de ser suspendida en 2011 por la guerra. El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, anunció esta semana que Bashar al Asad será invitado oficialmente a asistir a la cumbre, el avance más importante para la reintegración regional de Siria.

Sin embargo, este gesto se contrapone con los obstáculos significativos para volver a tener presencia internacional por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía. A pesar de que Recep Tayyip Erdogan ha abierto la puerta a reunirse con el presidente sirio, todavía no se ha detallado hasta dónde estaría dispuesto a llegar el mandatario turco.

placeholder Las autoridades griegas confiscaron armas y Captagon, en 2017. (Reuters/Michalis Karagiannis)
Las autoridades griegas confiscaron armas y Captagon, en 2017. (Reuters/Michalis Karagiannis)

Por su parte, algunos países europeos como Grecia o Rumanía abrieron la puerta a acabar con el aislamiento del país por intereses migratorios o para garantizar la estabilidad regional, pero la guerra de Ucrania dejó de lado esta posibilidad. Phillips argumentó que la invasión ha unido a Occidente contra Rusia y que, en este momento, nadie quiere reconciliarse con uno de sus aliados más acérrimos. "No normalizaremos y no apoyamos a otros países que normalicen las relaciones con el régimen de Asad", dijo Ned Price, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, el pasado enero.

El retorno de Siria a la Liga Árabe puede ser el inicio de su vuelta al entorno político internacional, pero una de las incógnitas es cómo puede afectar este regreso en el mercado ilícito de Captagon y, en el caso de querer abandonarlo, cómo afectaría en la economía. El periodista sirio Taim al Hajj apuntó que Siria necesita muchos años para recuperarse de los efectos del comercio de la droga y que, a pesar de que algunos países podrían "perdonar" los abusos del régimen en la guerra, no podrían dejar pasar también el mercado ilícito de estupefacientes.

"Además, a nivel social, se ha llegado a un estado de corrupción social entre los partidarios del régimen, especialmente los niños que participan en la fabricación y comercio de este tipo de droga", afirmó el investigador. Sobre todo en las zonas en las que se produce Captagon, esta anfetamina se ha convertido en parte de la realidad para la población. "El presidente sirio y sus aliados han contribuido a la destrucción de toda una generación de jóvenes que se han vuelto adictos a este veneno y comercian con él".

La droga que empieza a llegar a Europa

El Captagon ya se ha convertido en el producto de exportación más valioso para Siria y una de las fuentes de ingresos más importantes para el Gobierno, que lleva años intentando sondear las consecuencias de las sanciones internacionales. Las investigaciones más recientes apuntan a que el régimen vende las pastillas por un dólar dentro de Siria, mientras que las de mayor calidad se exportan a mercados extranjeros y se venden por cerca de 14 dólares cada una.

Foto: Un policía yemení custodia un horno donde las autoridades de Sanaa queman un alijo de hachís y Captagon, el 29 de febrero de 2012 (Reuters)

A pesar de que los potenciales clientes son países de Oriente Medio, algunos informes apuntan a que esta droga podría estar empezando a llegar a algunos países europeos. En 2020, por ejemplo, se incautaron 84 millones de estas píldoras procedentes de Siria en el puerto de Salerno, en Italia.

Sin embargo, Jihad Yazigi, fundador y editor de Siria Report, un boletín en línea que cubre los asuntos económicos de Siria, afirmó en un artículo de Vice News que el negocio de las drogas en Siria no ocupa un lugar destacado en la agenda occidental porque, a diferencia de los cárteles mexicanos, el Captagon aún no ha llegado a Europa o Estados Unidos de manera masiva. "Para mí, la comparación entre las industrias de drogas de Siria y México es compleja. Pero lo que podemos decir con certeza es que no es un problema político tan grande como los cárteles mexicanos", dijo.

En septiembre de 2022, un accidente de tráfico cerca de la frontera entre Siria y Líbano reveló uno de los mercados de droga más grandes del mundo. En los vehículos colisionados se encontraron cerca de tres millones de pastillas de Captagon, una droga estimulante del sistema nervioso central, y dos toneladas de cannabis. Detrás de este gran cargamento había un nombre, el de Bashar al Asad, y una red de tráfico ilegal gestionada por el régimen sirio. Los analistas, como los del Middle East Institue, no tienen dudas: "Siria es un narcoestado", concluyó uno de sus informes.

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