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Un heraldo de la "guerra sin restricciones": así es el nuevo comandante de la ofensiva rusa
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General Surovikin

Un heraldo de la "guerra sin restricciones": así es el nuevo comandante de la ofensiva rusa

El general Surovikin, con experiencia en Siria y Chechenia, se estrena con los bombardeos contra objetivos civiles por toda Ucrania

Foto: Surovikin, junto a Putin, en el Kremlin en 2017. (Sputnik/Alexei Druzhinin)
Surovikin, junto a Putin, en el Kremlin en 2017. (Sputnik/Alexei Druzhinin)
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Ucrania no es Siria, pero a veces lo parece. Como este lunes, cuando las principales ciudades ucranianas se despertaron bajo el bombardeo de misiles y drones suicidas que convirtieron decenas de avenidas y edificios en pistas de fuego y montañas de escombros. El último responsable de estas semejanzas es el nuevo comandante de lo que el Ministerio de Defensa ruso llama “la Agrupación Conjunta de Tropas en el área de la operación militar especial en Ucrania”, el general de Ejército Serguéi Surovikin. 'Carnicero de Siria', según sus enemigos, y 'héroe de Rusia', por designación del propio Vladímir Putin.

La posición del nuevo comandante al mando de Ucrania no es envidiable. Al menos ocho generales rusos han sido despedidos, reasignados o apartados de sus responsabilidades desde el inicio de la campaña en Ucrania, incluyendo al predecesor de Surovikin, Alexander Dvornikov, otro ‘héroe’ de Siria y Chechenia. Algunas voces han especulado con que todo podría ser una maniobra del Kremlin para contar con un chivo expiatorio si la situación sigue empeorando. Y es posible que esta oleada de ataques aéreos no tenga nada que ver con el nombramiento de Surovikin. Según la Inteligencia militar ucraniana, que asegura haber obtenido esta información de desertores rusos, muchos de esos objetivos habrían sido designados ya a principios de octubre (por lo que tampoco serían, en ese caso, una represalia por el ataque contra el puente de Crimea).

Foto: Un helicóptero intenta apagar el incendio en el puente de Kerch. (Reuters)

Pero si en ello hay un componente publicitario para mejorar las credenciales de este militar a ojos de los ciudadanos rusos, no podría haber salido mejor. “Qué bonita es Kiev bajo Surovikin”, celebraba este lunes la cuenta ultranacionalista de Telegram Rusvar. “Surovikin es el comandante más capaz del Ejército ruso”, ha dicho de él Yevgeni Prigozhin, el propietario de la empresa de mercenarios Wagner y de la conocida 'granja de trolls' de San Petersburgo. Esta mención es significativa, dado el enfrentamiento que Prigozhin mantiene estos días con la actual cúpula militar rusa.

Un despiadado veterano

Si el plan del Gobierno ruso pasa por escalar en brutalidad, Surovikin es el hombre adecuado para el puesto. Joven veterano de las unidades especiales Spetsnaz durante la campaña soviética en Afganistán, su perfil público se inició con una acción violenta: su participación en el intento de golpe de Estado de 1991, durante el que ordenó asaltar una barricada erigida por los manifestantes que se oponían a la asonada. Tres personas murieron. Surovikin pasó seis meses en prisión, hasta que pudo beneficiarse de una amnistía y fue puesto en libertad sin cargos. Cuatro años después, fue acusado y condenado por tráfico de armas, aunque nunca llegó a ingresar en prisión.

En aquella época, Rusia buscaba su lugar en un entorno que cambiaba a velocidad de vértigo. El Ejército ruso había sufrido la humillación de la derrota en la primera guerra de Chechenia, pero todo eso estaba a punto de cambiar. Poco después de la llegada de Vladímir Putin a la presidencia, la voladura de una serie de edificios de apartamentos en varios lugares de Rusia dieron al nuevo líder ruso la excusa para lanzar una segunda campaña en esta región del Cáucaso, donde esta vez no habría piedad alguna: si Rusia no podía vencer a los rebeldes chechenos, destruir sus ciudades.

Foto: Vladímir Putin, en una reunión. (EFE/Gavrill Grigorov)

Tras participar en la guerra civil de Tayikistán como parte del contingente ruso, Surovikin fue enviado a Chechenia como jefe de una división, donde comprobó de primera mano los resultados de la política de tierra quemada de las fuerzas armadas rusas, sobre todo el uso de la aviación y la artillería para arrasar los entornos urbanos en los que se cobijaba el enemigo. Unas lecciones que le serían de gran utilidad en el futuro.

A diferencia de otros altos cargos de defensa, Surovikin, nacido en Novosibirsk hace 55 años y graduado en la Escuela Superior de Mando de Omsk en 1987, es un militar de carrera. Además de múltiples despliegues en el extranjero, estuvo durante un tiempo al cargo del Directorio Principal de Operaciones del Estado Mayor. Tiene fama de duro y cruel. En una ocasión, allá por 2004, reprendió a un subordinado de tal forma que este acabó suicidándose en su presencia.

“Surovikin hizo una carrera estelar en las capas altas del Estado Mayor y el Ministerio de Defensa después de 2008, durante una reforma militar radical que requería crueldad”, afirma un informe de la Fundación Jamestown sobre la doctrina y la estrategia militar de Rusia. “Su disposición a ejecutar de forma vigorosa cualquier orden venció a cualquier pregunta potencial sobre su escabroso 'curriculum vitae”, afirma este documento.

De Siria a Ucrania

En marzo de 2017 fue puesto al frente de la fuerza expedicionaria rusa en Siria, hasta que pasó a ocuparse de las fuerzas aeroespaciales de Rusia —que combinan la fuerza aérea y de misiles— en noviembre de ese año. Volvió a Siria para otro ‘tour’ en 2019. Las fechas coinciden con las épocas en que la aviación rusa destruyó la ciudad de Alepo desde el aire y en que se utilizaron armas químicas en Guta, así como con los ataques indiscriminados contra la región de Idlib. Un informe de Human Rights Watch sobre estos últimos incidentes le menciona como probable responsable de crímenes de guerra.

El día antes de la invasión de Ucrania, fue sometido a sanciones por parte de la UE por su apoyo a acciones contra “la integridad territorial, la soberanía y la independencia” de dicho país. En esta campaña, Surovikin ha estado al mando de las fuerzas del flanco sur. Como tal, es el autor de los bombardeos contra Odesa el pasado junio. Ahora, con el nuevo nombramiento, tiene el mando no solo de las fuerzas convencionales disponibles para Ucrania, sino también de los submarinos de la Flota del Mar Negro y los bombarderos de largo alcance, para futuras operaciones de bombardeo.

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (Reuters/Sergei Karpukhin)

“Está en duda que pueda cambiar las dinámicas subyacentes de la guerra, dado que Ucrania acumula tropas cada vez mejor entrenadas y armas avanzadas. Sin embargo, se espera que lo intente, y eso probablemente signifique más alertas antiaéreas en los pueblos y ciudades a lo largo de Ucrania”, escribe sobre él el experto británico en Rusia Mark Galeotti en la publicación 'The Spectator', en una columna titulada “El perro de ataque de Putin trae una forma terrible de guerra a Ucrania”. Galeotti añade que “Surovikin es un hombre que ve el terror como una parte legítima de la guerra”.

Los incidentes de este lunes muestran una vez más la brutalidad que el Ejército ruso es capaz de desplegar desde el aire contra objetivos civiles si se lo propone. Algunos especialistas, sin embargo, han cuestionado que Rusia pueda mantener una campaña de semejante intensidad durante un periodo significativo, lo que le restaría efectividad. Tal vez Surovikin acabe siendo un mero cabeza de turco al que recurrir si las tropas ucranianas siguen acumulando éxitos, o quizá sea verdaderamente el heraldo de una nueva manera de hacer la guerra en que Rusia renuncia a cualquier atadura. Pero mientras se dirime esta cuestión, los cielos de Ucrania seguirán pareciendo tan temibles e inseguros como los de Siria.

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Ucrania no es Siria, pero a veces lo parece. Como este lunes, cuando las principales ciudades ucranianas se despertaron bajo el bombardeo de misiles y drones suicidas que convirtieron decenas de avenidas y edificios en pistas de fuego y montañas de escombros. El último responsable de estas semejanzas es el nuevo comandante de lo que el Ministerio de Defensa ruso llama “la Agrupación Conjunta de Tropas en el área de la operación militar especial en Ucrania”, el general de Ejército Serguéi Surovikin. 'Carnicero de Siria', según sus enemigos, y 'héroe de Rusia', por designación del propio Vladímir Putin.

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