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Mientras la OTAN mira hacia Rusia, China se consolida entre las islas del Pacífico
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Intenciones... ¿pacíficas?

Mientras la OTAN mira hacia Rusia, China se consolida entre las islas del Pacífico

Las islas del Pacífico son una de las patatas calientes de la geopolítica a nivel mundial y China se está acercando a alcanzar la supremacía en la zona

Foto: El destructor chino Taiyuan durante un desfile militar. (Reuters/Lason Lee)
El destructor chino Taiyuan durante un desfile militar. (Reuters/Lason Lee)

Estados Unidos y Australia están nerviosos ante la intensa semana de visitas del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, a varias islas del Pacífico. No es algo nuevo. China lleva cultivando sus relaciones diplomáticas con los Estados insulares del Pacífico durante décadas. Con algunas de ellas, como los Estados Federados de Micronesia, los lazos se remontan a más de 30 años. Unas negociaciones diplomáticas que se han intensificado desde que algunos Estados insulares, como las Islas Salomón, dieran en 2019 un giro radical alineándose con China.

El cambio en su política exterior se materializó el pasado abril con un pacto de seguridad entre ambas naciones. El controvertido borrador del acuerdo, que salió a la luz a través de una filtración, ha incomodado a Occidente con puntos como la autorización para que China pueda desplegar sus unidades policiales o soldados en el paradisíaco territorio. Ahora, con el tour de Wang Yi por el Pacífico, China avanza un paso más para consolidar su posición en este territorio. Aunque no han trascendido muchos detalles de las reuniones, el ministro ha insistido en el objetivo comercial y de cooperación al desarrollo de sus visitas. "Nos enfocamos en el desarrollo económico y nos preocupamos por la mejora del nivel de vida de las personas", declaró en un artículo publicado por el periódico estatal chino 'Global Times'.

Foto: El buque chino Liaoning en unas maniobras en el Pacífico. (Reuters)

Más allá del interés comercial que China pueda tener, tanto las Islas Salomón como otros estados insulares colindantes son un enclave estratégico donde Estados Unidos ha mantenido una hegemonía desde la Segunda Guerra Mundial. También lo han sido para Australia, que hasta el momento se había mantenido como el principal garante de estabilidad en la zona. Canberra teme que lo que consideraba el patio de atrás de su casa, el Pacífico, pase a ser ahora el de China después de la puesta en marcha de numerosos proyectos de infraestructura por parte de Pekín en los Estados insulares. Y mientras la OTAN se reúne esta semana en Madrid con una agenda marcada casi por completo por la invasión rusa de Ucrania, las islas del Pacífico, una de las patatas calientes de la geopolítica mundial, continúan poco a poco cayendo en la esfera de influencia china.

El interés de China por las islas

Por eso hay expertos que piensan que el viaje de Wang Yi podría esconder más intereses que los comerciales. La otra pieza que completa el puzle para entender qué pasa en Oceanía es Taiwán. Durante décadas, Pekín y Taipéi han competido por establecer su influencia diplomática en estos Estados insulares. El año 2019 supuso un momento de inflexión para las relaciones exteriores de ambos países al ver como las Islas Salomón y Kiribati cambiasen su lealtad diplomática de Taiwán a China. A quién arrimarse, si a Pekín o a Taipéi, ha pasado a ser un tema central de debate en las elecciones y gobiernos de los Estados insulares, cuya mayoría parece buscar el cobijo de la sombra del gigante asiático ante su incipiente expansión económica.

Más allá de los acuerdos comerciales que China pueda cerrar en el Pacífico, su creciente huella en el Pacífico tiene un impacto directo en la geopolítica de la zona. El aumento de su presencia podría acabar con lo que se conoce como las "cadenas de islas", un concepto de seguridad geográfica que se utiliza para ilustrar un perímetro defensivo u ofensivo al unir islas y otras masas terrestres más grandes. El avance de China podría romper ese cerco marítimo de la "primera cadena de islas", compuesta principalmente por aliados y socios asiáticos de EEUU, y expandir su control en la inmediata "segunda cadena de islas".

Las Islas Salomón, con las que ya China firmó un acuerdo el pasado abril, gozan de una posición privilegiada para el control del espacio aéreo y marítimo de la zona y el control de las comunicaciones entre EEUU, Australia y sus aliados en el Pacífico. Aunque el presidente de estas Islas, Manasseh Sogavare, ha insistido en repetidas ocasiones que el pacto no tiene nada que ver con la posible construcción de una futura base naval china, muchos temen que las reglas del juego cambien en el futuro. De ser así, podría poner en peligro la protección de la isla de Taiwán ante una posible injerencia de Pekín. No hay que olvidar que China ve a Taiwán, cuyo gobierno es elegido democráticamente, como una provincia renegada cuyo futuro pasa por la anexión.

Diplomacia de chequera

Pekín lleva durante años firmando proyectos en el Pacífico que van desde aeropuertos, estadios, carreteras o escuelas. Los contratos se enmarcan en la ambiciosa visión de su presidente, Xi Jinping, por desarrollar la "Belt and Road Initiative" (nueva ruta de la seda) y por expandir la influencia de China en el exterior. La financiación, que se traduce en una deuda para los Estados insulares, supone además una oportunidad para las empresas estatales chinas de participar en lucrativos proyectos de infraestructuras.

Las enormes sumas de dinero que China está inyectando en el Pacífico se pueden ver también como un ejemplo de diplomacia de chequera: inversiones para ganarse el favor diplomático en los países que se llevan a cabo. China tampoco es pionera en esto. Como señala Alexandre Dayant, experto en Asia y el Pacífico en el Instituto Lowy: "es importante recordar que no solo China usa la ayuda exterior como una herramienta para ganarse el favor de los países. Australia, Nueva Zelanda y otros estados occidentales también lo hacen, a menudo esperando algo a cambio".

Foto: Fotografía de archivo de la primera reunión ministerial del Quad, en 2017. (Foto: Reuters)

En el caso de China, preocupa que los préstamos hayan pasado de casi cero a más de 1.300 millones de dólares en algo menos de una década, según aparece en un análisis publicado por Reuters. Se teme que Pekín pueda utilizar el incremento de la deuda de las islas del Pacífico para ejercer presión política sobre ellos en un futuro o, peor aún, que utilice las infraestructuras construidas en ubicaciones estratégicas para permitir el acceso a militares chinos a puertos aéreos y marítimos de la zona.

Tras la visita de Wang Yi, tanto China como los Estados insulares, han desmentido que estos proyectos escondan un plan para militarizar el Pacífico. Así lo ha señalado el portavoz del gobierno de Vanuatu, Fred Vurobaravu, quien asegura no hay ningún proyecto para la creación de una base militar china en Santo, una posición que permanecerá "sin cambios". Las conversaciones que Wang Yi ha mantenido con sus homólogos se han concentrado principalmente en aspectos de carácter comercial. La visita a Kiribati se ha traducido en la firma de 10 documentos en torno al cambio climático, la creación de infraestructura vial o el transporte marítimo, así como el suministro de equipos médicos para combatir el coronavirus.

Los líderes políticos han dejado claro que lo que les preocupa no es China, sino el cambio climático. "No queremos convertirnos en peones de un tablero de ajedrez. No somos un premio por el que pelear", han dicho los líderes de las islas del Pacífico. China ha sido una de las naciones más rápidas a la hora de asistir a los Estados insulares ante catástrofes climáticas como la erupción del volcán en Tonga o los ciclones sufridos en Fiji. Los frecuentes desastres naturales que a menudo azotan a las remotas islas del Pacífico las convierte en dependientes de la ayuda internacional. Una oportunidad tanto para China como para Australia de jugar su partida y lograr aumentar su influencia en los Estados insulares.

Estados Unidos y Australia están nerviosos ante la intensa semana de visitas del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, a varias islas del Pacífico. No es algo nuevo. China lleva cultivando sus relaciones diplomáticas con los Estados insulares del Pacífico durante décadas. Con algunas de ellas, como los Estados Federados de Micronesia, los lazos se remontan a más de 30 años. Unas negociaciones diplomáticas que se han intensificado desde que algunos Estados insulares, como las Islas Salomón, dieran en 2019 un giro radical alineándose con China.

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