La izquierda de Mélenchon le mete miedo a Macron..., pero el sistema francés juega en su contra

La primera vuelta de las elecciones legislativas de este domingo en Francia ha sido a casi 'foto finish' entre dos hombres: el actual presidente Emmanuel Macron y su alianza Ensemble, y el líder de la coalición de izquierdas Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), Jean-Luc Mélenchon. Por los pelos, la coalición macronista ha logrado imponerse (25,75%), pero la izquierda (25,66%) le ha enseñado los dientes en una noche que se ha leído como victoria y una ocasión decisiva para lograr convertirse en el primer partido de la Asamblea de Francia... Pese a que el sistema favorece a los partidos centristas y augura una corriente "anti-Mélenchon".

“Pido a nuestro pueblo, a la vista de los resultados (...), que se apodere de la oportunidad extraordinaria que se presenta el domingo que viene para rechazar definitivamente el proyecto funesto de Macron”, afirmó Jean-Luc Mélenchon, que tras las elecciones presidenciales del pasado mes colocó el marco de las legislativas como una suerte de "tercera vuelta" electoral contra Macron.

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Si algo quería Mélenchon con su “tercera vuelta” era “clarificar” la situación política en Francia, al considerar que Macron era el presidente “peor elegido”, con menos apoyo, desde 1958 y no tenía legitimidad para aplicar su programa porque su elección fue contra Marine Le Pen, no por adhesión al actual presidente. Este lunes, ante la defunción de los partidos tradicionales de gobierno en Francia, está claro que el futuro político de dos de los principales actores políticos de los últimos cinco años en Francia depende este lunes del resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, el 19 de junio.

Por un lado, el presidente Emmanuel Macron (44 años), reelegido el 24 de abril con la cifra de participación más baja de una segunda vuelta desde 1969, se juega poder aplicar sin ataduras su programa político, para el que fue votado en 2017, y al que las crisis sucesivas (chalecos amarillos, en 2018, coronavirus, después) le forzaron a asumir más gasto público del que nunca habría imaginado.

Enfrente, a sus 70 años, el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, ha condicionado su futuro político al resultado de las elecciones legislativas: “Elíjanme primer ministro”, pidió a los franceses cinco días antes de la segunda vuelta de las presidenciales, un llamamiento con el que consiguió animar mediáticamente una cita electoral que palidece en términos de participación desde mediados de los años 90 (51,3% de abstención en 2017).

Un duelo que para Gabriel Attal, quien fuera portavoz del Gobierno y que ocupa la actual cartera de Cuentas Pública, será una “clarificación entre dos proyectos: uno republicano (el de Macron) y el otro (el de la NUPES), que se aleja de la República”, según contó esta mañana en la radio pública France Inter.

“Apodérense del voto”

Frente a una abstención récord, 52,5% en 2022, Mélenchon hizo un llamamiento de nuevo el domingo a la movilización: “Apodérense del voto para que se abran con fuerza las puertas del futuro por las que tantas generaciones antes que nosotros se movilizaron. Un futuro de armonía entre los seres humanos libre de dominación social, cultural y de género. Un futuro de armonía entre los seres humanos y la naturaleza”.

Mélenchon hizo hincapié en el voto “de entrada la juventud, a la que pertenece el futuro, y a las clases populares que han sufrido 30 años de neoliberalismo”. Por un lado, porque casi dos tercios de los franceses entre 18-24 años y 25-34 no fueron a las urnas el domingo (69 y 71% de abstención, respectivamente). Y, por el otro, porque, de nuevo, los barrios pobres de la periferia de París y de las grandes ciudades le dieron un resultado casi tiránico: en la primera vuelta, la NUPES ya tiene cuatro diputados clasificados directamente (se necesitan más del 50% de votos y que estos representen el 25% del cuerpo electoral de la circunscripción).

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La NUPES llegó en cabeza a la segunda vuelta en 192 circunscripciones (de 577), y la alianza de partidos en torno a Emmanuel Macron (denominada Ensemble, juntos), en 203. El instituto de sondeos Ipsos calcula que el partido de Mélenchon podría conseguir entre 150 y 190 escaños, mientras que Ensemble puede situarse entre los 295 que le da la mayoría absoluta, y 255, lo que le haría depender del tradicional partido de la derecha, Les Républicains (tercera fuerza, de 50 a 80 escaños), para gobernar.

Los resultados del domingo dejan para el 19 de junio 277 circunscripciones con balotaje entre NUPES y Ensemble, por lo que los apoyos y “votos prestados” de otras fuerzas políticas serán claves para saber si Macron consigue mantener una mayoría simple en la Cámara Baja francesa.

Grietas en el “frente republicano” contra la extrema derecha

Después de un segundo duelo Macron-Le Pen en 2022, la candidata de la Agrupación Nacional (Rassemblement National) apenas hizo apariciones durante la campaña de las legislativas, y sus más de 13 millones de apoyos en la segunda ronda de las presidenciales parecen haberse disipado, por el poco entusiasmo que el propio partido le dio al voto del domingo.

En las legislativas, según los sondeos de segunda vuelta, podría conseguir entre 20 y 45 escaños, frente a los ocho que tenía en 2017. Un aumento importante, pero que sitúa a Marine Le Pen lejos de ser la principal figura de oposición a Macron en la Asamblea francesa.

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Las proyecciones y encuestas, sin embargo, son complicadas porque cada circunscripción es también un voto local, con la idiosincrasia del territorio y los juegos de alianzas tanto a izquierda como a derecha.

Este sistema, en vigor desde las primeras legislativas de la V República francesa (1958), beneficia a los grandes partidos centristas, ya que o bien se enfrentan entre ellos en segunda vuelta, o lo hacen contra un partido de los extremos a izquierda o derecha. De hecho, la única vez que se ha usado la proporcionalidad en las legislativas, en 1986, fue la primera vez que el Frente Nacional, dirigido por Jean-Marie Le Pen, consiguió entrar en la Asamblea Nacional.

El próximo domingo, 62 circunscripciones verán un duelo NUPES y el Frente Nacional, rebautizado Agrupación Nacional (AN) en 2018. Después de las críticas a Jean-Luc Mélenchon en la noche electoral de la primera vuelta de las elecciones presidenciales por llamar a no dar “ni un solo voto a Le Pen” sin pedir claramente el voto por Macron, parece que este domingo se abrió una nueva grieta en el llamado “frente republicano”, ya que la portavoz del Gobierno, Olivia Grégoire, se negó en un primer momento a llamar a votar a la NUPES frente a AN en la segunda vuelta. Una posición que reformuló el lunes por la mañana antes las críticas, usando las mismas palabras que Mélenchon en abril: “Ni un solo voto a la Agrupación Nacional”.