No hay Brexit que valga: por qué UK seguirá colaborando con la UE en temas de defensa
Al contrario que muchas áreas afectadas por el Brexit, la cooperación en defensa es un tema en el cual el mayor problema para el Reino Unido es que dejará de trabajar conjuntamente con la UE
En noviembre, el primer ministro Boris Johnson anunció que el Ministerio de Defensa recibiría un extra de 16,5 mil millones de libras en los próximos cuatro años además de su presupuesto anual, alcanzando los 41,5 mil millones de libras en 2020. Esta es la mayor inversión en defensa por parte de los británicos desde el final de la Guerra Fría. Esta decisión fue particularmente notable porque llegó después de que el canciller decidiera cancelar el plan de gasto debido a la pandemia. El primer ministro dijo que él había decidido dar al Ministerio de Defensa una exención “para acabar con esta era de retrocesos”.
La cooperación en Defensa es una de las muchas áreas en las que, enfrentándonos a un futuro incierto por el Brexit, el Reino Unido debería reorganizar su relación con la Unión Europea. Por un lado, el reto parece enorme: la UE no es una alianza de defensa clásica, Reino Unido ya es un actor militarmente creíble por su propia cuenta y el país seguirá en distintas alianzas bilaterales y multilaterales con distintos países. La principal es la OTAN, pero también están la Joint Expeditionary Force (que incluye a miembros como Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Países Bajos y Suecia, así como Noruega) y la Combined Joint Expeditionary Force con Francia. Además, el Brexit no cambiará la posición geográfica del Reino Unido: este país y los estados miembros de la UE seguirán compartiendo el mismo ambiente estratégico. Todos mantendrán intereses fundamentales debido a su posición, pero también al hecho de compartir valores e ideas.
Este contexto explica por qué tantos expertos británicos no creen que sea urgente alcanzar un acuerdo en defensa para las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido. Cuando el European Council on Foreign Relations encuestó a varios expertos al principio de este año, defensa no estaba entre las prioridades de la cooperación con la UE. En la lista de las 20 áreas en políticas en las que Reino Unido debía cooperar con los Veintisiete, defensa estaba en la posición 11. Sin embargo, cuando se les preguntaba sobre colaborar en defensa por fuera de las estructuras de la UE, muchos analistas contestaban que el gobierno británico debía hacerlo porque había mucho interés detrás.
Nuevos tiempos, nuevas ideas
Durante décadas, las ambiciones de la UE y sus esfuerzos para una defensa común eran han sido rebajados constantemente. Sin embargo, desde el referéndum del Brexit, la UE ha llevado a cabo bastantes proyectos y programas desde la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) hasta el Fondo de Defensa Europea, pasando por objetivos más complicados como la Autonomía Estratégica Europea. El nuevo presupuesto de la UE con su marco financiero multianual es el primero que incluye una sección de defensa. El Brexit hizo posible esto al quitar al mayor oponente de estos avances. También creó un ímpetu por estas iniciativas, ya que —junto con la elección de Donald Trump como presidente de EEUU— recordó a los europeos que el mundo está cambiando y que Europa necesita estar preparada para enfrentarse a los nuevos retos.
Reino Unido tendrá que decidir si se quiere involucrar en estos y otros esfuerzos europeos. Parece probable que el objetivo de Reino Unido sea construir estructuras flexibles que le permitan participar en la política exterior y de defensa europea siempre y cuando beneficie a sus propios intereses. En particular, la creación de un Consejo de Seguridad Europeo o el empoderamiento del formato E3 (junto con Francia y Alemania) podrían ser una buena forma de mantener la influencia en la defensa y la seguridad europeas. La UE estableció recientemente las condiciones generales según las cuales países que no formen parte del club pueden recibir invitaciones excepcionales para participar en proyectos individuales de Pesco. Esta participación requiere un apoyo unánime de sus miembros.
Las empresas británicas tienen un interés económico para participar en este tipo de proyectos. Y puede que tenga un sentido tanto financiero como estratégico para el ejército británico formar parte del desarrollo de alguno de los grandes avances militares (por ejemplo es imaginable que el próximo Sistema de Combate Aéreo, un proyecto de caza hispanofrancoalemán, sea combinado con el italobritánico Tempest). Parece probable que Reino Unido se quiera asegurar cierto poder de maleabilidad en estos proyectos. Por lo tanto, Reino Unido debe convencer a sus colegas para que le incluyan. Pero ¿quiénes podrían ser los principales socios?
Según los expertos encuestados por el ECFR, Reino Unido ve a los dos pesos pesados de la UE, Francia y Alemania, como los dos socios esenciales en temas de defensa, seguidos de Italia y Países Bajos en el tercer puesto y Polonia y Rumanía en el cuarto. Pero esta aseveración tiene su contrapartida: según esos mismos expertos, Francia no solo es el mayor socio británico en temas de defensa, sino que también es el primer país al que los investigadores británicos consideran el “más opuesto a las posiciones del gobierno británico”.
Francia, ni contigo ni sin ti
Esta afirmación parece acertada. Por un lado, Reino Unido y Francia comparten lazos de defensa muy fuertes así como una historia de cooperación que va desde Saint-Malo hasta Lancaster House. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha demandado proyectos de defensa europeos más inclusivos que permitan participar al Reino Unido, como la European Intervention Initiative y el Consejo de Seguridad Europeo. Por otro lado, bajo el liderazgo de Macron, Francia sigue siendo el país que más se ha centrado en temas de defensa dentro de la UE y ha sido el mayor defensor de la autonomía estratégica europea: la idea de que el bloque debe ser un actor más capaz desde un punto de vista estratégico y militar. Por lo tanto, Francia es un importante punto de unión para Reino Unido.
Sin embargo, a la hora de buscar socios en la UE, Reino Unido haría bien en mirar más allá de los países más grandes. Según el buscador de coaliciones de ECFR hay varios gobiernos que apoyan de forma meridiana trabajar en proyectos de defensa más allá del marco estrictamente europeo. Si Reino Unido quiere aprovecharse de ello debería hablar con Lituania, donde hasta el 48% de los expertos consideran que su gobierno preferiría un acuerdo más allá del marco de la UE, así como Estonia (42%), Polonia (42%) y Dinamarca (40%). Reino Unido debería tener interés en trabajar con países de la UE que tengan miedo de que los recientes esfuerzos en defensa del club pongan en riesgo la OTAN, especialmente, los países del Este.
Al final, es muy probable que el mayor problema para el Reino Unido venga en forma de soberanía estratégica europea. La autonomía estratégica sigue siendo un tema muy discutido dentro de la UE, pero le da algo a lo que aspirar. Y, aunque muy pocos considerarían que sea un proyecto exclusivamente europeo, parece que Reino Unido no puede jugar un papel decisivo en él. Y esto debilitará el impacto de Londres tanto en la política exterior como en las decisiones de seguridad
*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Ulrike Esther Franke y titulado 'How Britain and the EU could cooperate on defence after Brexit'.
En noviembre, el primer ministro Boris Johnson anunció que el Ministerio de Defensa recibiría un extra de 16,5 mil millones de libras en los próximos cuatro años además de su presupuesto anual, alcanzando los 41,5 mil millones de libras en 2020. Esta es la mayor inversión en defensa por parte de los británicos desde el final de la Guerra Fría. Esta decisión fue particularmente notable porque llegó después de que el canciller decidiera cancelar el plan de gasto debido a la pandemia. El primer ministro dijo que él había decidido dar al Ministerio de Defensa una exención “para acabar con esta era de retrocesos”.